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Los gusanos de la cera podrían acabar con los residuos de plástico

gusano plastico CSIC
Fuente: César Hernández / CSIC Comunicación

Una apicultora aficionada ha descubierto por casualidad que los gusanos de la cera son capaces de degradar el plástico de las bolsas de la compra y los envases alimenticios. Como decía Pasteur, la suerte favorece a las mentes preparadas. Y casualmente, esa apicultora aficionada es además una investigadora del CSIC, lo que la ha llevado a sacar partido del hallazgo fortuito. Como el problema del plástico es preocupante, porque al año se producen en el mundo 80 millones de toneladas de polietileno, que tarda entre uno y cuatro siglos en degradarse, Federica Bertocchini, que así se llama la investigadora, quiere encontrar la enzima que usa el gusano para eliminar el plástico y producirla a escala industrial.

Bertocchini descubrió esta útil propiedad del gusano de la cera un día que estos invadieron los panales que tiene en su casa y estaban empezado a alimentarse de los restos de miel y cera de sus abejas. “Decidí poner los gusanos en una bolsa de plástico mientras limpiaba los panales. Cuando acabé vi que se habían escapado de la bolsa a pesar de seguir cerrada y estaban por todas partes. La bolsa estaba llena de agujeros. Solo había una explicación: los gusanos los habían hecho. En ese momento empezó este proyecto”, explica la investigadora del CSIC.

Muchos importantes descubrimientos se han llevado a cabo por casualidad, como le ha ocurrido a Federica. En Ciencia esto se denomina serendipia, que se define como un hallazgo inesperado. Claro que también es necesario que el investigador tenga la habilidad de reconocer que ha hecho un descubrimiento importante.

Y haber descubierto que los gusanos de la cera (Galleria mellonella) son capaces de degradar el plástico es muy importante. El gusano de la cera, también conocido como polilla de la cera puede llegar a ser una plaga agrícola en las colmenas de abejas melíferas , ya que se alimentan de miel y cera. Y de ahí a comer plástico, por increíble que parezca, hay un pequeño paso, porque la composición de la cera es similar a la del polietileno, uno de los materiales más comunes para hacer bolsas y envases por su bajo precio y simplicidad en su fabricación.

“Aún desconocemos los detalles de cómo se produce la biodegradación, pero es probable que lo haga una enzima. El siguiente paso es detectarla, aislarla, y producirla a escala industrial. Así podremos eliminar de forma eficaz este material tan resistente”, detalla Bertocchini. Lógicamente, el descubrimiento ya ha sido patentado por la investigadora del CSIC, que ha trabajado con otros dos científicos, Paolo Bombelli y Chris Howe de la Universidad de Cambridge. El trabajo se publica en Current Biology.

De media, cada persona utiliza anualmente más de 230 bolsas de plástico, que suponen más de 100.000 toneladas de residuos. La degradación química lleva mucho tiempo y requiere líquidos corrosivos como el ácido nítrico. Es la primera vez que un equipo de investigación encuentra algo en la naturaleza capaz de degradar este material. “El plástico es un problema mundial. Pueden encontrarse residuos por todas partes; incluidos los ríos y los océanos. El polietileno, en concreto, es muy resistente, por lo que es muy difícil que se degrade de forma natural”, detalla la investigadora del CSIC, que desarrolla su trabajo en el Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria, en Santander. Al parecer los gusanos son auténticas máquinas de degradar el plástico: “Hemos realizado muchos experimentos para comprobar su eficacia biodegradando el polietileno. Cien gusanos de la cera son capaces de biodegradar 92 miligramos de polietileno en 12 horas, es realmente muy rápido”, destaca Bertocchini. Incluso cuando el gusano se envuelve en su capullo, el simple contacto de esta cápsula con el polietileno es suficiente para que este plástico desaparezca.