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Omar López-Cruz, investigador del INAOE participante en la detección de ondas gravitacionales

“La astronomía del siglo XXI es distinta, es emocionante”
Omar López Cruz. Foto: archivo INAOE.
Omar López Cruz. Foto: archivo INAOE.

Un equipo internacional de astrofísicos, en el cual ha habido participación mexicana, ha detectado por primera vez, ondas gravitacionales procedentes de una colisión de estrellas de neutrones, utilizando para ello telescopios ubicados en diversas partes del mundo. Este hallazgo, que ha tenido mucha repercusión mediática en los últimos días, no ha estado exento de dificultad porque los astrónomos se enfrentan a diversos problemas a la hora detectar una onda gravitacional.

Así lo señala Omar López-Cruz, investigador del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) y uno de los participantes en la detección publicada en la revista Astrophysical Journal Letters. La complicación no viene solo porque no se conozca a ciencia cierta el objeto que la producirá, sino porque el método de detección es complejo. “Los instrumentos y sistemas que se tienen son tan sensibles que tan sólo caminando puedes perturbarlos. Se trata de detectores que son interferómetros. Si una onda deforma el espacio-tiempo, el desplazamiento que pueden detectar es más pequeño que un átomo”.

El equipo en el que participaba López-Cruz ha estado liderado por Mario Díaz, de la Universidad de Texas en Brownsville. También forman parte de el grupo Emmanuel Ríos López, estudiante de doctorado del INAOE; Vahram Chavushyan, investigador de dicho Instituto, y Deborah Dultzin, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM. Realizaron la observación a través del Gran Telescopio Canarias.

Confirmando a Einstein
El investigador del INAOE define las ondas gravitacionales como “una vibración en el espacio-tiempo”. “En el momento de la creación del Universo se generaron ondas gravitacionales –continúa–. También cuando dos agujeros negros se fusionan producen una onda gravitacional: vienen con dos masas distintas, se juntan y el producto tiene una masa distinta a la suma de los dos. La diferencia en la masa se radia, es energía, porque Einstein ya dijo que la energía es igual a la masa por la velocidad de la luz al cuadrado”.

Omar López-Cruz aclara que LIGO y Virgo solo pueden detectar ondas gravitacionales cercanas. “No pueden ir muy lejos porque se van diluyendo, como la luz va disminuyendo de intensidad. Einstein predijo las ondas gravitacionales, y detectarlas era una de las pruebas más difíciles de su teoría”. Y añade: “su teoría es maravillosa, ha pasado todas las pruebas que le han puesto, y esto era lo que faltaba”.

Las ondas gravitacionales son producidas por eventos muy violentos en el Universo como la fusión de agujeros negros, que produce tal cantidad de energía que le da una “cachetada” al espacio-tiempo. Hay otros eventos que pueden ser la causa. "Ya vimos que las estrellas de neutrones emiten ondas gravitacionales al fusionarse”, afirma. “También podrían venir de una estrella enana blanca que se fusiona con otra enana blanca".

Estos avances permite observar el Universo “en una fase que jamás habíamos explorado”, lo cual abre nuevos horizontes. “Hay otros fenómenos que no hemos catalogado y que ahora podremos clasificar de esta forma”.

Esto también significa un cambio de currículo para los astrofísicos. “Le hemos dado poco énfasis a la relatividad general porque los efectos son difíciles de observar; la teoría es muy bella pero complicada y trabajar con ella implica meterse con matemáticas muy avanzadas, pero ya no podemos escapar a ella. Los astrofísicos de este siglo deben saber relatividad general. La astronomía del siglo XXI es distinta, es emocionante”.

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