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La decisión final a la hora de seleccionar un destino turístico ya no viene determinada exclusivamente por el precio, el buen tiempo o la calidad de las instalaciones. La flexibilidad en las reservas ante un posible rebrote de COVID-19 y la seguridad en las medidas de higiene y distanciamiento social ganan terreno de cara a este verano. En este contexto, el denominado turismo tecnológico ya es una realidad.

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Según Alberto Grande, responsable del Área de Innovación en Paradigma Digital, "estamos ante el verano más tecnológico que hemos tenido hasta la fecha, con múltiples iniciativas que ayudarán a garantizar la seguridad de todos nosotros y a seguir las normas que hemos tenido que establecer". La multinacional especializada en transformación digital de las empresas apuesta por cinco claves tecnológicas que ayudarán a la industria a afrontar la nueva normalidad: beacons, biometría, drones, realidad virtual y robótica.

"Históricamente, todas las tecnologías que se han desarrollado han tenido un impacto por su aplicación directa sobre el caso de uso para las que fueron definidas", apunta Grande. Además de las cinco destacadas por Paradigma Digital, el responsable asegura que también las tecnologías de visión artificial "van a tener mucho que decir en este verano y con los avances en los últimos años en el campo de machine learning existen muchos casos de uso viables".

Alberto Grande, responsable del Área de Innovación en Paradigma Digital.

Por ejemplo, actualmente se pueden entrenar modelos de machine learning que detecten si una persona lleva o no mascarilla o estimar la ocupación de un recinto o incluso un entorno al aire libre como puede ser una playa. "Estoy seguro de que veremos muchas iniciativas basadas en esta tecnología", sostiene Grande.

¿Qué aportan cada una?

1. Biometría y cámaras de control en aeropuertos. Las tecnologías biométricas, de cámara y de visión por computadora podrían combinarse para rastrear a los pasajeros a través del aeropuerto. Esto podría ser valioso tanto en un contexto de toma de decisiones en tiempo real, como también para determinar en retrospectiva con quién puede haber entrado en contacto un pasajero infectado en su viaje. Estas técnicas se han extendido muy rápidamente en los últimos años, como agrega Grande.

"Esto es debido al incluirse dentro de las capacidades de nuestros teléfonos móviles, en los que ahora mismo es habitual el reconocimiento dactilar o facial, consiguiendo además unos ratios bastante buenos en términos de seguridad". No obstante, Grande reconoce que a corto plazo no se van a implantar de forma masiva. "Probablemente veamos diversas iniciativas que irán marcando los pasos que otros utilizarán para innovar en el futuro".

2. Beacons informativos o pulseras digitales sensorizadas para el control del distanciamiento social. Uno de los sitios más frecuentados de Florencia, la Catedral de Santa María del Fiore (Duomo), es el primer complejo de museos del mundo que ejecuta el uso de collares de distancia social para sus visitantes. El dispositivo parpadeará, vibrará y emitirá un sonido suave cuando un visitante camine accidentalmente a menos de dos metros de otro, indicando que está demasiado cerca.

"Es una tecnología que llevaba bastante tiempo sin grandes novedades y que ha tenido un alto repunte como mecanismo para ayudar al distanciamiento que debemos guardar. Construir un ecosistema de dispositivos de este tipo es relativamente barato y se puede implementar en un tiempo moderado, lo que lo convierte en una buena solución ahora que hay que reaccionar tan rápido", cuenta Grande.

3. Realidad aumentada y recorridos 3D para fomentar el alojamiento vacacional. Sumergirse en casas evitando el contacto o la reunión física es posible con las funciones de 3D y realidad virtual. Algunas empresas como Sotheby's ofrecen ya esta experiencia en su web. "Después de estar en casi letargo durante varios años, esta tecnología ha avanzado muy considerablemente en los últimos años. Actualmente nos encontramos con varios gigantes involucrados en ella, como Microsoft y Facebook, entre otros".

A pesar de sus grandes beneficios, Grande avisa de que este tipo de soluciones –tanto realidad virtual como realidad aumentada y realidad extendida– "sufren un gran hándicap". "Todos estos dispositivos son grandes, incómodos y en algunos casos con un precio bastante elevado. Esta situación me hace recordar a los móviles de hace unos años, y pienso que seguirán una tendencia similar, los dispositivos serán cada vez más potentes y con mejores características, a la vez que el tamaño se reduce y su coste se modera, haciéndose más populares hasta convertirse en nuestro nuevo "gadget".

4. Usar un dron para desinfectar grandes espacios específicos y áreas públicas. En este innovador sistema, usado en los teatros de Broadway el innovador sistema, el desinfectante se almacena en el suelo y se bombea a través de una manguera hacia el dron flotante, que luego se extiende por todo el teatro. Mientras tanto, otro dron se desliza debajo de él para asegurarse de que la manguera no se enrede en ninguno de los asientos. El uso de drones es más seguro ya que evita el contacto físico y es más eficiente que hacer que varios miembros del personal caminen y limpien cada asiento.

"Los drones tuvieron un pequeño boom hace unos años, al sufrir un abaratamiento drástico del hardware junto con una rápida evolución y mejora en los propios dispositivos. Todos hemos oído hablar de las investigaciones que algunas empresas están realizando para crear drones que permitirían automatizar tareas, pero el foco ha sido principalmente en el entorno del transporte, existiendo pocas iniciativas en otros campos que tengan suficiente impacto", afirma Grande.

5. Robots para minimizar el riesgo de infección entre los trabajadores y los turistas. La robótica ya se encuentra muy extendida en el entorno industrial. "Habitualmente la vemos en formato de maquinaria". La robótica está en pleno auge ahora mismo, asegura Grande. Aunque, como añade, "nos encontramos con un reto cuando intentamos aplicarlo a otros entornos más libres, que por ahora se encuentra en fase de desarrollo".

"Robots antiepidémicos, se utilizan hoy por ejemplo en Ruanda para administrar controles de temperatura, monitorear el estado del paciente y mantener registros médicos de pacientes con COVID-19. Estos robots de alta tecnología tienen la capacidad de detectar de 50 a 150 personas por minuto, entregar alimentos y medicamentos a las habitaciones de los pacientes, capturar datos y notificar a los oficiales de guardia sobre las anormalidades detectadas. Esto sería algo que podría aplicarse a un hotel, aeropuerto, etc...", concluye Grande.

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