Desde que cursaba el segundo curso de Ingeniería de Diseño, Miguel Ángel Sánchez no ha parado de trabajar en sectores tan variados como los videojuegos, la automoción, la arquitectura o el ámbito militar. Se cansó de la rutina y empezó a pensar en dar forma a un proyecto propio. Lo hizo junto a sus actuales socios en Proteus Innovation, Jorge Pradas (CTO de la empresa) y Julio Ferrando (CFO).
“Nos reuníamos por las tardes y surgían distintas ideas, pero ninguna nos convencía del todo”, explica a Innovaspain. De manera casual, dando un paseo por la playa de la Malvarrosa se toparon con un simulacro de rescate. “Nos fijamos en los estrictos protocolos a seguir para solicitar un helicóptero o el apoyo de Salvamento Marítimo… y eso que la persona no se encontraba muy lejos de la orilla. Preguntamos al socorrista si contaban con algún dispositivo para llevar un flotador a la víctima y nos confirmó que no. Teníamos una oportunidad”.
Primeros avances
Aquella fue la chispa que acabaría convirtiéndose en Nàutic, el dron marino más completo. “Hicimos un primer boceto que presentamos a Cruz Roja. La idea les gustó y nos invitaron a desarrollarla”. Poco después irrumpe la pandemia. Miguel Ángel Sánchez vuelve a su pueblo. En Villarrobledo reproduce una historia de emprendimiento ‘de garaje’, pero made in Albacete. “En contacto con mis compañeros, desarrollamos una primera maqueta del producto a tamaño real con tecnología 3D, vidrio y componentes electrónicos”.
Presentaron Nàutic a varias empresas y todas mostraron interés. Eso les llevó a abrir una primera ronda de inversión de 120.000 euros. “Tocamos muchas puertas hasta darnos cuenta de que los inversores ideales estaban en el sector naval. Lo entendían más rápido. Obtener inversión en hardware no es sencillo; el foco está en el mundo digital, las criptomonedas, el software…”. Pero los directivos de la industria no habían visto antes nada igual. “Más allá de la financiación, para nosotros ha sido fundamental rodearnos de estas figuras líderes de un sector que no conocíamos. Hemos aprendido mucho”.
Durante 2021 dan forma definitiva al producto y en verano de 2022 finalizan su desarrollo, empiezan a fabricar y testear todo lo posible. Ya suman 10 preventas y harán las primeras entregas a finales de año.
Nàutic
El CEO de Proteus detalla que las soluciones presentes en el mercado para ofrecer algo parecido dejan mucho que desear. “Es un producto que viene de China, inestable, poco fiable y con funciones limitadas”, añade Sánchez. “Nosotros respondemos a todo lo que necesitaban socorristas y tripulantes de embarcaciones”.
Partían de cero, así que optaron por preguntar a todos los interesados, escuelas de socorrismo incluidas, cómo sería el producto ideal en funciones, diseño y configuración. Nàutic es manejado con un mando de radiocontrol. Su alcance es de 500 metros y la autonomía de la batería es el triple que en la competencia. Una vez llega a la víctima, el socorrista puede comunicarse con ella a través del mando y darle instrucciones prácticas antes de emprender la maniobra de regreso.
En el caso de las víctimas pasivas, inconscientes, el socorrista puede impulsarse sobre Nàutic y dirigirlo con un joystick para llegar lo antes posible, sujetarla con un arnés y volver. El dron, que funciona también cuando es volteado, se convierte en una camilla en el agua. Tanto el mando como el dispositivo tienen una pantalla led que informan de la batería disponible y de la intensidad de la señal.
El producto está patentado. “Nos gusta destacar que todas las piezas plásticas y metálicas son fabricadas en España y que el componente electrónico procede de la UE”. En un futuro, los integrantes de Proteus pretenden que el dispositivo sea totalmente autónomo. “Que un buque dé la vuelta en una maniobra ‘hombre al agua’ puede demorarse 24 horas y costar 20.000 euros en combustible”.
Buenas perspectivas
La empresa ha abierto una segunda ronda de financiación por 250.000 euros de los que ya han cubierto cerca del 40 %. “Nuestro mercado está fuera de España, en los grandes yates, buques mercantes y embarcaciones pesqueras de Asia y América. Muchos distribuidores demandan el producto, pero nos exigen ir allí y hacer demos in situ antes de cerrar los acuerdos. Necesitamos ampliar equipo e incrementar la capacidad de fabricación”.
Tras pasar por Lanzadera, la aceleradora e incubadora de empresas de Juan Roig, Proteus es una de las startups ganadoras en los premios Emprendimiento 3i, impulsados por la Generalitat Valenciana y los Centros Europeos de Empresas e Innovación de la Comunitat Valenciana. “Lo más difícil de emprender ha tenido que ver con que nadie nos conocía. Ninguno somos una figura de referencia en el ecosistema, capaz de levantar grandes sumas de dinero. Hemos tenido que patear el terreno, acudir a muchos eventos y dar en el clavo con un producto que es una pasada”.
Desde su sede en el Club Náutico de Valencia, Proteus espera vender 500 unidades de Nàutic en 2023. “La competencia vende una media de 500 unidades al mes llevando 4 años en el mercado. Nuestro objetivo para 2023 es vender más de 500 unidades para escalar rápidamente y mejorar la producción. Esto nos permitirá crear nuevos departamentos de I+D en la empresa y desarrollar nuevas embarcaciones que cubrirían otras necesidades detectadas”, concluye Miguel Ángel Sánchez.