Un equipo liderado por el investigador Ramón y Cajal del Departamento de Psicología Biológica y de la Salud de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) Javier Virués, junto con la asociación ABA España y la compañía SlightlyRobot, colaboran en ‘SafeHands’, un proyecto pionero que ayudaría a medir la conducta de las personas ante el contacto facial, clave en la lucha contra la COVID-19, mediante el brazalete Immotouch.
Esta herramienta ha sido desarrollada por a startup estadounidense Slightly Robot. El brazalete actúa como una alarma vibro-táctil que monitoriza la conducta de contacto facial y alerta al portador del movimiento que va a llevar a cabo con sus manos. Hay que recordar que evitar tocarse nariz, ojos y boca es una de las medidas para prevenir el coronavirus. A pesar de parecer una recomendación sencilla, cumplirla es más complicado de lo que parece.
En pruebas
El grupo internacional antes mencionado se encarga de evaluar este comportamiento y comprobar la eficacia del brazalete. El estudio recluta participantes de España, Estados Unidos y Reino Unido que recibirán el Immotouch por correo y se prestarán a varias modalidades de uso, enviando los datos diariamente al equipo investigador para su análisis.
“Se cree que el brazalete ayudaría a eliminar la conducta al presentar una leve penalización (el estímulo vibro-táctil)”, explica Javier Virués. “Es de esperar que la mera presencia del brazalete llegue a tener un efecto disuasorio sobre la conducta de tocarse la cara una vez la persona se haya expuesto varias veces a la vibración”.
Además, el investigador de la UAM considera que “es probable que el uso del brazalete deba limitarse a contextos de alto riesgo de contagio, como las visitas a supermercados o centros sanitarios”. “Además, la aparente ausencia de dominancia manual de la conducta de contacto facial probablemente requeriría de llevar el brazalete en ambas muñecas”, añade.
