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Hallazgos del CONICET (Argentina) sobre una bacteria causante de infertilidad femenina

Con gran incidencia en enfermedades de transmisión sexual
Agustín Luján. Foto: CONICET Fotografía | Cristian Rodríguez.
Agustín Luján. Foto: CONICET Fotografía | Cristian Rodríguez.

Un equipo de investigadores del CONICET (Argentina) ha demostrado la importancia de una proteína, la Galectina-1, en la interacción de Chlamydia trachomatism, bacteria que causa una de las principales infecciones de transmisión sexual, con las células que infecta.

“Es la bacteria de mayor incidencia en enfermedades de transmisión sexual (ETS), y tiene dos particularidades: la infección es asintomática hasta en el 70 por ciento de las mujeres y 50 por ciento de varones, y frecuentemente cronifica”, explica Agustín Luján, becario doctoral en el IHEM y principal autor del trabajo. “Se estima que alrededor del 50 por ciento de las mujeres infértiles es por causa de una cronificación de la infección clamidial”.

El equipo ha demostrado que la galectina 1 promueve la adhesión de la bacteria a la célula hospedadora, la invasión y así aumenta la infección clamidial. Por lo que una forma de reducir estas infecciones podría ser con terapias que ataquen a esta proteína.

Como describen los investigadores, la bacteria utiliza diversos receptores glicosilados para ingresar a las células cervicales. Galectina-1 funcionaría como una llave maestra que abre estas distintas puertas de entrada a la célula a infectar.

“Aquí es cuando galectina-1 actúa como un ‘puente’, se pega a los azúcares de la bacteria y de la célula hospedadora –afirma Luján–. En un experimento ‘cortamos' estos azúcares y demostramos que la infección disminuyó”.

Se ha descrito para otros patógenos que infectan las células del cuello uterino, como el virus de HIV y el parásito Trichomonas vaginalis, que cuando hay inflamación, galectina 1 se libera al medio (a la luz del útero o la vagina) y así favorece la infección. Este mecanismo podría explicar la alta frecuencia de co-infecciones en el aparato genital femenino.

El equipo de trabajo, cuyos resultados han sido publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), ha sido dirigido por Gabriel Rabinovich, investigador superior del Consejo y vicedirector de Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME, CONICET-FIBYME), y María Teresa Damiani, investigadora independiente en el Instituto de Histología y Embriología de Mendoza ‘Mario H. Burgos’ (IHEM, CONICET-Facultad de Ciencias Médicas UNCuyo).

El origen del vínculo entre estos dos grupos, cuenta Rabinovich, tuvo mucho que ver con Diego Croci, investigador adjunto y segundo autor del trabajo, quien actualmente se encuentra en el IHEM, Mendoza.

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