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Tecnópole, 'la primera piedra' del ecosistema emprendedor gallego

El Parque Tecnológico de Galicia ha cumplido 25 años

Es uno de los corazones innovadores gallegos, pero no solo es eso. Ya son 25 años desde que el Parque Tecnolóxico de Galicia, Tecnópole, se ubicó en San Cibrao das Viñas, a 12 km. de Ourense, para proporcionar un espacio de crecimiento y desarrollo a las empresas de toda Galicia. Desde aquellos inicios han pasado muchas cosas y en todas ellas la innovación ha quedado remarcada como bastión de mando.

Así lo destaca la directora financiera de Tecnópole, Luisa Pena, recordando que, desde su inauguración el 10 de octubre de 1992, casi 300 empresas han pasado por el lugar “con un alto índice de consolidación”. “En Tecnópole se creó la primera incubadora gallega de empresas, el primer espacio de coworking de la provincia, el primer laboratorio de biotecnología en la modalidad de alquiler todo incluido y se pusieron en marcha infraestructuras como el centro experimental de energías renovables o el centro de tecnologías médicas avanzadas”, señala Pena, reiterando que el fin último es “favorecer la creación de nuevos proyectos empresariales o facilitar la formación y la práctica de profesionales”.

El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, durante los actos del 25 aniversario de Tecnópole.

No importa el sector, da igual la actividad. Tal como apunta la directora financiera del Parque Tecnológico de Galicia, este “es un parque multisectorial”. Si bien es cierto que “se prima la entrada de empresas de base tecnológica y con perfil innovador”, Pena subraya que “la innovación no es exclusiva de ningún tipo de actividad”, sino que “debe estar presente en todas las empresas”. Por eso disponen de compañías en el área de consultoría, la formación y la divulgación científica, entre otras.

Para ella todas las compañías que han pasado por el lugar son “casos de éxito”. En ese término entra en juego el impulso de la innovación como fortaleza. Por ello, desde Tecnópole prestan servicios para consolidar el crecimiento de las mismas mediante la prestación de servicios, la organización de actividades y la puesta a disposición de infraestructuras científico-tecnológicas.

En ese sentido, el Parque Tecnológico de Galicia, remarca Pena, “centra su esfuerzo en difundir las aplicaciones de la industria 4.0, la compra pública innovadora, las oportunidades de participación en H2020 y en dar a conocer los planes que la Xunta pone en marcha para favorecer la innovación en las empresas”. En definitiva, un conjunto de impulsos que puedan aupar el desarrollo de las mismas. Y no solo eso.

Foto de familia de Galiciencia 2018.

“En muchas ocasiones, Tecnópole toma la iniciativa para dar a conocer nuevas tecnologías o testar innovaciones que empiezan a surgir en el mercado con la intención de potenciarlas y presentarlas al mundo empresarial o a la sociedad en general”, apunta Pena, que recuerda el caso, hace ya casi 20 años, “de la creación de la primera tienda virtual de productos gallegos”; así como hace diez “la puesta en marcha de un programa de ahorro energético mediante un sistema de iluminación pública inteligente”; e incluso el más reciente desarrollo del Centro de Tecnologías Médicas de Vanguardia.

Actualmente, con la entrada en la red Enterprise Europe Network (EEN), desde este centro innovador en el núcleo de Ourense han puesto el foco en la internacionalización empresarial. El motivo viene de “los estrechos vínculos que existen entre los procesos de innovación y la vertiente internacional de los negocios”. A nadie le cabe duda, remarca Pena, de la “potencia como fuente de competitividad en el ámbito de la empresa del binomio innovación-internacionalización”. Es por ello que el Parque Tecnológico de Galicia se ha incorporado a esta red “con el fin de apoyar a las empresas en el proceso de internacionalización y en la búsqueda de nuevos mercados”.

“Los servicios que ofrecemos a las empresas orientadas a la mejora de su competitividad y crecimiento han sumado este año su asistencia en los procesos de internacionalización”, afirma Pena, añadiendo que su inclusión en la red EEN ha favorecido su expansión en el mercado internacional. “Dado que, afortunadamente, Tecnópole acoge a empresas con una probada capacidad de competir en los mercados internacionales, con este nuevo servicio las empresas usuarias pueden encontrar asesoramiento integral para expandir su mercado fuera de su país de origen y obtener respuestas sobre legislación, fiscalidad, instrumentos de ayuda, etc. en el ámbito comunitario –explica–. Además de promover su cooperación a través de encuentros business to business entre pymes y la gestión de ofertas y demandas de colaboración”.

Porque en el Parque Tecnológico de Galicia no hace falta ser un gran conglomerado empresarial para tener un hueco. Entre el más de un centenar de compañías que se encuentran ubicadas en este espacio de San Cibrao das Viñas conviven pymes, emprendedores y centros de conocimiento. Todos tienen su espacio a medida y con multitud de servicios que les permiten impulsar sus relaciones laborales.

Luisa Pena, directora financiera de Tecnópole.

Además de las citadas, Tecnópole se encarga de proporcionar prestaciones que cubren desde la seguridad y telecomunicaciones al acceso a instalaciones científico-tecnológicas. También ofertan a sus clientes participaciones en proyectos que les permitan ensanchar sus oportunidades empresariales, y para los emprendedores radicados en el lugar un acceso directo a un mercado potencial.

Para todo ello cuenta con un recinto de más de 500.000 m2 divididos en diferentes edificios y parcelas para las que hay destinado un presupuesto anual de conservación que ronda los dos millones de euros. “Un 30% de los ingresos es por facturación a empresas clientes y el resto se financia con partidas recibidas en los presupuestos de la Xunta de Galicia y otras ayudas públicas para proyectos concretos”, puntualiza su directora financiera, quien remarca las posibilidades que oferta el parque.

“En los últimos años, la actividad de Tecnópole ha traspasado los límites de su recinto con la realización de espectáculos de ciencia por las cuatro provincias gallegas, los cursos para profesores y la organización de la mayor feria de ciencia de Galicia, Galiciencia, que este año ha acogido proyectos de Cataluña, Andalucía, País Vasco y Asturias”. En este punto, la colaboración en proyectos educativos es vital, con el foco en la asociación con universidades gallegas e internacionales para que sus alumnos realicen prácticas en el lugar o actividades como las Aulas Tecnópole que acercan a los más pequeños el mundo de la ciencia.

“Las Aulas Tecnópole son talleres extraescolares dedicados al entrenamiento de los estudiantes (entre 12 y 18 años) en habilidades innovadoras para desarrollar ideas y diseñar proyectos directamente aplicables a actividades productivas, comerciales, de negocio o servicios”, explica Pena. Desde 2010 ya han pasado por ellas 570 jóvenes. A estos hay que sumar los 59 que durante los tres últimos años han acudido a las Aulas Tecnópole Robótica, unos talleres extraescolares sobre programación y robótica para los más pequeños (entre 8 y 11 años); así como al Campamento Tecnológico que desde el año 2013 ha acogido durante el mes de julio a 160 niños de entre 12 a 18 años.

“El objetivo principal de las Aulas es despertar entre los más jóvenes la curiosidad y el interés por la ciencia”, confiesa Pena, con el objetivo de que “en un futuro se puedan orientar a carreras científicas, fomentando además actitudes y aptitudes de emprendimiento innovador para incrementar el espíritu emprendedor”. Es decir, extender el espíritu que en Tecnópole se traslada al mundo desde Galicia.

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