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Del 2030 al 2067

Hablamos del futuro lejano, pero, de hecho, el futuro ya está aquí. Algunos pensando que en septiembre empiezan la universidad; otros que empiezan la educación secundaria y otros aprendiendo a andar que, por si nadie se da cuenta, serán los jubilados de 2067
2067 bree

Coinciden en las librerías dos libros de dos prestigiosos profesores españoles como lo son Mauro F. Guillén y Francisco G. Bree (Paco Bree) que hablan del futuro o, mejor dicho, de hacia dónde vamos. Como sociólogo y economista de prestigio, el primero, profesor en la Wharton School de la Universidad de Pensilvania, habla de tendencias y nos lleva al año 2030, que da título al libro; el segundo, profesor y ahora director académico del Master in Business Innovation de Deusto Business School, se adentra en el mundo de la ciencia ficción para llevarnos a 2067 de la mano de Koji Lund, un diseñador de robots (Koji Neon: Neolud).

Es la presentación del primero el que me ha llevado a unir los dos. 2030. Viajando al fin del mundo tal y como lo conocemos. Cómo la colisión de las grandes tendencias actuales remodelará el futuro de todo. Por su parte, Paco Bree habla de ciencia ficción, pero es el desarrollo de la inteligencia artificial, como se puede definir a la combinación de algoritmos en casi todos los órdenes de la vida, y los nuevos materiales, los que nos llevan a familiarizarnos con los drones y los robots que nos acompañan y forman parte de nuestra vida en ese no tan lejano 2067. 

No es casualidad la coincidencia de estas publicaciones. Los cambios, sean con o sin pandemia, los venimos viendo desde hace unos años. Y tienen que desembocar en una nueva forma de vida porque nuestro entorno cambia. Habla el profesor Guillén del “trabajador desempleado” y el profesor Bree, en su thriller futurista, de cómo evolucionan los sueños, relacionándolo con el posible manejo del cerebro para adentrarse en los campos de la intuición y la premonición.

Ya sabemos que todo no es posible, pero es verdad que en las próximas décadas vamos a ver cambios que nunca nos habíamos imaginado. No están tan lejanos. Hace unos días hablamos en Innovaspain del denominado quinto medio de transporte, el Hyperloop, que estará presente en la Expo del año próximo. Por no hablarles de todos los avances de la inteligencia artificial, que ya inunda todos los sectores, incluido el más primario como es el agrícola y, por extensión, el agroalimentario.

Nos acostumbraremos. Es complicado asumir los cambios y en “2030” hay algunas citas que ejemplifican como cambia el mundo en 30 años. En 1992, recuerda Mauro Guillén, The Economist publicó un editorial sobre “la estupidez artificial” refiriéndose a la IA; el genio Elon Musk pensaba que se había pasado poniendo tanta automatización a su Tesla y, antes, el genial Picasso comentó de los ordenadores: “Son inútiles, solo pueden dar respuestas”.

Aconsejo que lean estos libros a los que me refiero. Nos abren a ese mundo nuevo que, aunque lleno de incertidumbres, nos anima a pensar una realidad: que el cambio lo estamos haciendo nosotros aunque no seamos conscientes. Hablamos del futuro lejano, pero, de hecho, el futuro ya está aquí. Algunos pensando que en septiembre empiezan la universidad; otros que empiezan la educación secundaria y otros aprendiendo a andar que, por si nadie se da cuenta, serán los jubilados de 2067, cuando comienza la saga creada por Paco Bree, ese futuro distópico, que igual no lo es tanto. “El principio de la razón explica las conexiones entre los fenómenos, más no a estos mismos”, escribe Schopeahauer en El mundo como voluntad y representación. Han pasado 200 años desde que lo escribió, pero nunca ha sido más actual.

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