Universidad, escuela de negocios, FP superior y formación online. Alrededor de estas cuatro unidades de negocio, ESIC quiere orquestar su nuevo plan estratégico con el horizonte puesto en un momento simbólico: el año 2030.
La institución educativa de ámbito superior especializada en marketing, management y tecnología, presentó hace unos días en Madrid su hoja de ruta para expandirse, codearse con la competencia creciente y adaptarse a la revolución tecnológica sin fallar en el intento. Cada año pasan por ESIC más de 18.000 estudiantes, y en sus 60 años de historia ha generado una comunidad de más de 80.000 antiguos alumnos.
“Lo más importante es tener claro nuestro propósito: transformar personas para hacer un mundo mejor”, aseguraba Eduardo Gómez Martín, presidente de ESIC University. “Nuestra misión es formar buenos profesionales y profesionales buenos, con un profundo sentido ético y responsabilidad social. A los alumnos hay que hablarles también de cosas como la dignidad de las personas y el bien común, que nunca es el bien de una mayoría, sino el de todos”, añadía.
Gómez Martín, que llegó a ESIC hace una década, ha puesto en valor su gestión en este tiempo. “Hemos pasado de los 500 empleados a una plantilla de 1.212, y de facturar 56 millones a los 106 millones en 2024. El salto es sustancial”.
Momento clave
Integrante de la Congregación Religiosa de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús -propietaria y gestora de ESIC- opinaba que 2021 fue un año clave que marcó un punto de inflexión. “En medio de la pandemia desarrollamos grandes proyectos: nos convertimos en universidad, construíamos un edificio de más de 21.000m2 y abríamos FP en Madrid, Barcelona y Sevilla además de un campus en Medellín”.
Los planes del equipo directivo, “pese a que nos llegan ofertas”, son que la orden mantenga la propiedad de ESIC. “Tenemos afán de permanencia y queremos seguir. No nos sobra el dinero, ya que no nos financian ni la Iglesia ni el Estado, pero queremos cumplir una misión, no inflar nada para venderlo después”.
El rector de ESIC University, Ramón Arilla, recordaba que son una institución sin ánimo de lucro. “Lo que generamos lo reinvertimos para ofrecer mejores servicios a los alumnos o para ayudar a otros en misiones per se deficitarias en Bogotá o en Cuba. Somos fieles a un estilo único; una manera particular de entender el humanismo en las aulas. Llevamos la religión a nuestra manera, con hechos más que con una presencia explícita”.
Posicionarse
El marketing es la principal seña de identidad de ESIC, fuente de prestigio y leitmotiv para que la institución viera la luz hace 6 décadas. “Queremos ser buenos en todo y muy buenos en algo, por eso vamos a reforzar aún más el marketing. Debemos tener en cuenta que parte de los CMOs más importantes del país han estudiado en ESIC”, indicaba Eduardo Gómez Martín.
Respecto a la política de precios, el presidente de ESIC University exponía que “ni ofreceremos 2x1, ni grados a 60.000 euros. Preferimos una filosofía de precio medio, aunque algunos perciban por ello que no somos TOP. Es mejor ser los segundos que los primeros, desde esa posición podemos demostrar mejor nuestra fuerza. Parte de la competencia no nos ha puesto fácil el acceso a determinadas acreditaciones internacionales”.
La institución quiere ganar agilidad como centro adscrito de ESIC University en Valencia y Zaragoza, pero apuestan fuerte por Madrid “como hub de educación” en detrimento de Barcelona, que pierde de modo progresivo alumnos internacionales en favor de la capital. “Un 42 % de nuestros alumnos de posgrado y un 32 % de los de grado son internacionales. En FP existe más presencia nacional”, detallaba Gómez Martín.

En el apartado de la formación online, en ESIC no descartan acompañar el crecimiento orgánico de “alguna adquisición discreta” que les ayude a ganar terreno. A escala internacional, exploran mercados en México, Argentina y Oriente Medio.
Hace unos días, ESIC University oficializaba un acuerdo histórico con el italiano Istituto Marangoni para lanzar un Doble Grado pionero en Fashion Marketing entre Madrid y Milán. El programa comenzará en septiembre de 2026.
Propuesta de valor
“No hay nada concreto, pero está sobre la mesa”, señalaba Eduardo Gómez Martín acerca de posibles nuevos negocios en lo que están valorando entrar: la educación Infantil, Primaria y Secundaria (mediante la apertura de nuevos colegios), y las residencias de estudiantes, “para ofrecer a las familias, sobre todo de origen internacional, un paquete completo de formación y vivienda, y que se sientan más seguras respecto a sus hijos e hijas”.
En un entorno cada vez más competitivo, Gómez Martín opinaba que el fundamental la experiencia que la institución es capaz de ofrecer a su alumnado. “másESIC es nuestro departamento de Extensión Universitaria. Incluimos actividades de voluntariado, acción social, reflexión... El alumno lo valora muy bien, al igual que las empresas, ya que muchas habilidades que impulsamos son intrínsecas al desempeño laboral: trabajar en equipo, empatía, cooperación…” En esta línea, el presidente de ESIC University anunciaba que tienen la intención de colaborar y contar más estrechamente con la comunidad de antiguos alumnos.
Otro de los ejes del plan estratégico pasa por incorporar la inteligencia artificial -han cerrado acuerdos con Adobe o con el joven experto Anas Andaloussi- a las diferentes capas de la institución, tanto a nivel interno como en las aulas. Además, ESIC se ha posicionado como promotora del emprendimiento. Sus mentores y herramientas de acompañamiento desde que nace una idea hasta que recibe financiación y salta al mercado, son cada vez mejor valoradas por alumnos y otros agentes del ecosistema emprendedor-inversor.
Hacerse mayor
Antes de convertirse en universidad, ESIC University fue centro adscrito de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. “No queríamos ser universidad para comernos el pan de nadie. El equipo anterior a mí abrió el camino a pico y pala. Lo más sencillo habría sido hacernos universidad católica o comprar otra universidad y cambiarle el nombre”, aseguraba Gómez Martín.
El rector Ramón Arilla añadía que ahora están en una fase en la que deben adaptarse a las exigencias de ese nuevo estatus. Uno de los requerimientos de la actual normativa es que las universidades deben conseguir 20 proyectos competitivos en el plazo de 5 años. “Por nuestro tamaño, la única manera de lograrlo implica participar en consorcios junto a otras universidades privadas o públicas”.




