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Anuario 10 aniversario

Cultiply: fermentación inteligente para mejorar el mundo

Esta empresa andaluza, creada por dos jóvenes emprendedores en 2020, apuesta por unificar dos disciplinas hasta ahora separadas: la ingeniería y la microbiología industrial
Biorreactor
Biorreactor

Javier Viña nació con la vena emprendedora. Desde temprana edad tuvo el interés de crear proyectos desde cero, y aunque al terminar la carrera de biotecnología en su natal Sevilla, hace diez años, no se imaginaba que en el futuro crearía su propia empresa, sabía que quería liderar algún proyecto que aportara algo positivo al mundo.

Fue en 2020 cuando, junto a su socio Sergio Romero (biólogo) decidió aventurarse y fundar Cultiply, una empresa especializada en biotecnología dedicada a la microbiología industrial y tecnologías de fermentación para procesos biotecnológicos.

No obstante, comenzar un proyecto de esta magnitud y con estas características en el año que inició la pandemia, significaba todo un reto para estos jóvenes. Aunque ambos contaban con gran experiencia en el sector de la microbiología industrial en el área de la industria farmacéutica y los bioprocesos de fermentación, se enfrentaban a un mundo que ahora tenía más conciencia de la importancia y la presencia de los microorganismos que existen a nuestro alrededor.

¿Cómo surgió Cultiply y en qué ámbitos están especializados?

Nos dimos cuenta de que había una serie de sectores en los que el área de la fermentación tenía muchas aplicaciones y que había una gran cantidad de empresas que podían requerir de esa tecnología, pero que no estaban usando todo el potencial de ese tipo de bioprocesos porque la mayoría estaban centrados en el mundo farmacéutico.

"En Cultiply unificamos dos disciplinas que hasta ahora mismo estaban separadas: la ingeniería y la microbiología industrial"


Entonces vimos que eso era una oportunidad de negocio y decidimos enfocar nuestros conocimientos en lograr avances, sobre todo, en ámbitos más cercanos a la sociedad, como lo es el sector agroalimentario.

Cultiply presta servicios de desarrollo de bioprocesos para sectores como el de los fertilizantes, el de los probióticos, el de proteínas recombinantes o el de ingredientes alimentarios. También trabajamos en la revalorización de subproductos. Somos como una especie de laboratorio externo especializado en el área de los bioprocesos con capacidad de escalar a nivel piloto o industrial.

¿Qué es lo que diferencia a Cultiply de las otras empresas del sector?


En Cultiply, lo que estamos haciendo es totalmente diferente y disruptivo, ya que en la empresa unificamos dos disciplinas que hasta ahora mismo estaban separadas: la ingeniería y la microbiología industrial.

Ahora mismo tenemos competidores que se centran solamente en los desarrollos modelo CRO (Contract Research Organization), que son empresas que prestan servicios de desarrollo por contrato, y otras compañías de ingeniería que, por su parte, fabrican las plantas de producción.

Hasta día de hoy, los clientes que requerían este tipo de servicios tenían que recurrir a dos tipos de empresas, a una CRO que les hiciera los desarrollos, y a otra de ingeniería que les diseñara las plantas de producción, los biorreactores, etc. Lo que nosotros hacemos en Cultiply es unificar estas dos disciplinas en una startup para que la garantía de éxito en los proyectos sea mucho mayor.

"Nos gustaría convertirnos en un referente de la microbiología y del desarrollo de procesos a nivel europeo"


¿Qué proceso sigue Cultiply para desarrollar los proyectos con los clientes?

Primero nos contacta una empresa y nos planeta una necesidad específica para desarrollar un producto que contiene microorganismos. A partir de ahí, con nuestra experiencia y capacidad de equipamiento, lo llevamos a cabo: transformándolo desde la idea hasta la fase final del producto. Por supuesto, siempre ateniéndonos a intentar reducir los costes de producción.

Javier Viña, cofounder y CEO de Cultiply.
Javier Viña, cofounder y CEO de Cultiply.


Algunas empresas de fertilizantes, por ejemplo, requieren desarrollar productos sustitutivos que estén basados en microorganismos que son beneficiosos para las plantas. En este caso, optimizamos el crecimiento de esos microorganismos y el del nuevo fertilizante lo máximo posible.

Por otra parte, hay empresas que nos piden que revaloricemos sus subproductos. Es decir, materias primas que a veces son prácticamente residuos (algo que se va a desechar o que tiene un coste de tratamiento) conseguimos “dárselo de comer a los microorganismos” para producir algo más. De esta manera, algo que era un residuo se convierte en un producto de alto valor añadido.

¿Cómo estaban hace diez años y en qué punto ese encuentran ahora?

Hace diez años me gradué de biotecnología en Sevilla. Sergio Romero, mi socio, se encontraba trabajando en su área en otra ciudad. Ambos nos conocimos hace nueve años en el ámbito biofarmacéutico. Yo desde muy joven he tenido esa vocación por crear proyectos desde cero y emprender. En ese momento, cuando me gradué, no me imaginaba que fundaría una compañía, pero sí que sabía que lideraría algún proyecto disruptivo, y tenía claro que iba a trabajar en el mundo industrial/empresarial, en lugar del mundo académico.

En Cultiply nos encontramos en muy buen momento. La valoración del cliente ha sido muy positiva, hasta el punto de que ya hemos repetido y hemos hecho nuevos proyectos con los primeros clientes que confiaron en nosotros en 2020. Eso significa que ha habido recurrencia. También hemos tenido una expansión horizontal hacia otros mercados que inicialmente no nos habíamos planteado.

Biorreactor de laboratorio.
Biorreactor de laboratorio.


Al iniciar un proyecto de esta magnitud, siempre se necesita apoyo por parte de diferentes organismos…

Nosotros solicitamos una participación de ENISA cuando fundamos la empresa. Esto nos dio un colchón económico con el que pudimos hacer las primeras operaciones, como comprar el equipamiento que nos hacía falta, y contar con una ayuda para tener un fondo de maniobra para poder operar. Algo que fue muy beneficioso.

Todo esto siempre teniendo en cuenta que para que un organismo como ENISA te apoye de esa manera, tiene que haber un compromiso real por parte de los fundadores, ya que ellos te aportan un capital como préstamo participativo siempre y cuando vaya aparejado de una inversión por parte de los fundadores.

¿Cuáles son las perspectivas a futuro de Cultiply?

Nos gustaría convertirnos en un referente de la microbiología y del desarrollo de procesos a nivel europeo, ampliando nuestra cartera de productos y servicios, e intentando abarcar todas las etapas que requieren los clientes.

En este sentido estamos trabajando en otros proyectos en los que no solamente hacemos desarrollo en nuestras instalaciones a nivel conceptual, sino que ya escalamos los procesos de producción de esos microorganismos hasta una escala mayor: diseñamos plantas de fermentación, biorreactores, y otro equipamiento relacionado con el ámbito de los bioprocesos. Ese es el futuro de nuestra empresa, cubrir todo ese abanico de soluciones vinculadas a la fermentación.

Creo que lo que hacemos en Cultiply es la mejor manera de contribuir a la sociedad en general: a la creación de empleo de calidad, a desarrollar cosas que mejoren el mundo, a crear riqueza y bienestar en nuestra región, Andalucía, que es una tierra castigada por muchas cosas. Es especialmente relevante que lo llevemos a cabo aquí, que es donde más se necesita.

  • Cultiply fue galardonada como una de las empresas ganadoras del Certamen Nacional de Jóvenes Emprendedores que otorga el Instituto de la Juventud y el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.
  • Cultiply fue elegida como ganadora de los Premios Emprendemos Sevilla 2021 que otorga la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía a través de Andalucía Emprende.

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