La predicción de accidentes y el análisis de conductas de prevención de las personas mayores que viven solas en casa tienen una demanda creciente. Esta demanda no está todavía bien resuelta, o está resuelta por medio de supervisión manual, en sistemas no eficaces ni con respuesta inmediata: ante desmayos, caídas en el baño, o patologías nocturnas, por ejemplo.
Ibermática, a través de su Instituto de Innovación i3B, ha trabajado en un sistema inteligente que introduce algoritmos de análisis predictivos avanzados (BigAnalysis, Inteligencia Artificial), de forma que va aprendiendo cuáles son las pautas de conducta habituales de estas personas y detecta cuándo son anómalas. Si el sistema detecta que sucede algo inusual (en un sentido amplio), o que no coincide respecto a las recomendaciones médicas, envía una alarma en tiempo real a la familia, al centro de atención más cercano o a los agentes médicos, sin intervención humana.
Para lograrlo, el sistema utiliza además la información de los sensores en el hogar (de posición, de paso o no por puertas, de humo, gas o temperatura), el conocimiento de sus actividades físicas recogidas por aplicaciones móviles, y las predicciones de cuáles son los comportamientos usuales en un estado, horario, situación y contexto determinados, extraídos de forma automática, y que además pueden ser complementados con la información de salud personalizada basada en informes clínicos codificados en el sistema.
Este proyecto se está desplegando ya de forma real en decenas de domicilios, consiguiéndose una fiabilidad de conocimiento de los usuarios con una precisión mayor al 81% de exactitud en la detección de comportamientos de hábitos normales.
Un testeo que, como explica Pedro María de la Peña, responsable del proyecto en i3B, está resultando satisfactorio aunque en este momento “es más una plataforma de provisión de servicios de monitorización, que un producto como tal, por lo que para poder ser adquirido habrá que pasar un proceso de industrialización por parte de Ibermatica en el que habrá que buscar socios sectoriales con los que dirigirnos al mercado, así como pulir algunas incidencias en cuanto estabilidad, rango de precisión de los sensores, etc”.
Sobre un despliegue comercial más amplio, y aunque todo depende del mencionado plan de industrialización, De la Peña explica que en un primer momento se dirigirá al ámbito privado, ya que el recorte en gasto en dependencia, “y en especial a los grados más leves de dependencia, que es a donde se dirigiré el producto, dificultará la puesta en marcha de nuevas iniciativas en el ámbito público”. Aunque esta situación se de en los primeros pasos de la vida comercial del producto, es responsable cree que una vez se hayan obtenido referencias significativas en el ámbito privado, y ya con resultados tangibles que permitan medir el grado de ahorro, “se procederá a realizar difusión comercial en el sector público, a la espera de conseguir apoyo, aunque sea limitado”.
Pese a que existe un amplio abanico de posibles aplicaciones en el ámbito de la domótica para personas mayores, que se aprovecharan de las rebajas en los precios asociados al hardware y el aumento de la potencia para ofrecer nuevos servicios, De la Peña admite que aún hay que realizar un trabajo paralelo que tiene que ver con concienciar de las ventajas de la tecnología en ámbitos en los que el afecto y el vínculo personal son fuertes. “Resulta difícil que personas mayores de 75 años , franja media de edad del usuario principal o de 50 años, franja donde se ubican los cuidadores familiares, confiar en la tecnología ambiental, ya que su experiencia se reduce a tecnología que exige la interacción del usuario”- concluye.