El éxodo de las ciudades a los pueblos es cada vez más una realidad en España. Al alto precio del alquiler, se ha sumado el confinamiento por la pandemia y el aumento del teletrabajo, como motivos para querer abandonar las grandes urbes. Por ejemplo, el interés por comprar una vivienda fuera de Madrid aumentó un 18 % y un 9,8 % fuera de Barcelona en seis meses, según un estudio de Fotocasa.
A raíz del confinamiento, el periodista Ramón Pradera comenzó a analizar esta tendencia al alza. “Detectamos que la migración del entorno urbano al entorno rural era una realidad, que había muchísima gente que se quería marchar a los pueblos”, asegura. “También por estar en un entorno más saludable en todos los sentidos […] Sin contaminación, sin ruido, sin atascos”, agrega.
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Y, tras seis años viajando en motocicleta por el país, se dio cuenta del fuerte problema de la despoblación. “Yo no hablaba de la España vaciada, yo hablaba de la España en coma. Pasaba por pueblos maravillosos, donde el más joven tenía 75 años. Si no se hacía algo pronto estos estaban llamados a desaparecer casi de forma inmediata”, asegura quien trabajó durante muchos años como presentador de informativos en Antena 3.
Así que decidió emprender un proyecto con el que podría, por un lado, ayudar a paliar los problemas de los citadinos y, por el otro, contribuir a repoblar esa España vacía. Creó Vente a vivir a un pueblo, una plataforma que funciona como un portal inmobiliario tipo Idealista: “Funciona de una manera similar pero en lugar de ayudar a una persona a encontrar una casa, ayudamos a los urbanitas a encontrar un pueblo al que irse a vivir, en función de sus prioridades”, explica Pradera.
“Mucha gente se quiere ir pero no sabe cómo hacerlo, no tiene información, o tiene información errónea. Y esto se debe a que la comunicación que han hecho los pueblos en los últimos años ha ido muy orientada a captar turistas. Claro, el turismo era la principal industria que teníamos en España…”, afirma Pradera.
Por ahora, el portal incluye 43 pueblos, de 150 habitantes hasta 20.000. Los hay en Galicia, Asturias, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura, Andalucía y, desde esta semana, en Canarias.
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En la página es posible encontrar video fichas informativas sobre cada uno: la distancia a una ciudad, los transportes, el tipo de vivienda disponible (para compra o alquilar), las ayudas o subvenciones que existen, las ofertas de trabajo, los centros educativos o deportivos, y el tipo de conectividad.
Desde que Pradera empezó se ha sumado más gente al proyecto y los Ayuntamientos, que son sus clientes, muestran cada vez más interés. Si hasta ahora estaban incorporando unos 10 pueblos al mes en la página, en un par de meses esperan incorporar cerca de 100 en el mismo periodo.
De urbanitas, a extranjeros
La plataforma tiene cinco perfiles muy definidos de usuarios, según ha detectado el periodista: urbanitas que quieren teletrabajar, los que quieren reducir sus gastos, personas que quieren una segunda residencia para posibles confinamientos, personas de otros países de Europa y jóvenes que se quieren emancipar.
A estos se ha sumado un sexto perfil. “Nos está escribiendo muchísima gente de países latinoamericanos, mano de obra cualificada que quiere venir a estos pueblos a desarrollar su vida profesional y personal”, señala Pradera. Muchos de los cuales son médicos, ingenieros o mecánicos, de países como México, Uruguay, Argentina, Venezuela o Chile.
Y, lo que todos buscan, sin importar su profesión, es que el pueblo tenga fibra óptica. Uno pueblo que no tenga “lo va a tener muy difícil para sobrevivir”, advierte.
En su opinión, el arraigo social sigue siendo el principal obstáculo para dar el salto a lo rural; a todo el mundo le cuesta “salir del espacio de confort”. “La mayoría de la gente no tiene idea de la calidad de vida que hay en los pueblos. Se vive muy bien”, sentencia.