De pequeña, Ivana Millán (México, 24 años) soñaba con ser científica. Y lo consiguió. Estudió Ingeniería en Biotecnología en el Tec de Monterrey e incluso fue seleccionada entre decenas de estudiantes de todo el mundo para participar y representar a su país en un programa de la NASA. Pero aunque sigue soñando con alcanzar el espacio, se dio cuenta de que su deseo no es ser científica, sino divulgadora científica.
“Desde pequeña tenía este amor por el arte, pero también me gustaba mucho la ciencia, entonces decidí juntarlas y es por eso que hago videos de ciencia. Trato de que sean ligeros, divertidos, interesantes, que tengan una línea narrativa más que solamente datos”, explica la joven, que fue seleccionada en 2023 por la revista Quién como una de las 50 personas excepcionales que están transformando México. Comparte páginas con el chef Federico Rigoletti, del restaurante Puntarena que tiene sede en Madrid, así como con la escritora Cristina Rivera Garza.
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Un sueño cumplido
Cuando Millán estudiaba el octavo semestre de la carrera en 2022, se enteró de que existía la posibilidad de ir a la NASA a entrenar, aprender y vivir como una astronauta durante una semana a través del programa International Air and Space Program (IASP).
La joven fue seleccionada gracias a un proyecto que estudiaba los efectos que tiene la ausencia de gravedad en las células cancerígenas. La hipótesis de Millán, considerada en 2022 por la revista Forbes como una de las 100 mujeres más poderosas, era ver si esas condiciones ayudaban a que estas células murieran y, con ello, poder mejorar los tratamientos contra el cáncer.
Pero Millán no contaba con los medios para viajar. Así que organizó una campaña para recaudar fondos a través de las redes sociales. Y esta superó con creces sus expectativas. “Tuve el apoyo de mucha gente de Europa, de Estados Unidos, de Canadá. Me escribían correos de todas partes del mundo”, recuerda con emoción. Una situación que supuso a su vez una mayor responsabilidad: “creo que eso hizo esta experiencia todavía más bonita porque no solamente fui a un programa, me regresé y listo, sino que yo sabía que literalmente estaba cargando con los sueños y con la fe de muchísimas personas de todo el mundo”.
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“Cuando llegué a la NASA no llegué yo solita, sino que lo hice con toda esa gente que me apoyó en el camino”, subraya. Por ahora el proyecto está en pausa aunque la joven asegura que espera retomarlo en un futuro.
De científica a escritora
Millán creía que su sueño era ser científica. “Mientras todo el mundo veía caricaturas yo veía documentales de ciencias o el Mundo de Beakman”, relata, “pero cuando entré a la carrera, me di cuenta que estar en un laboratorio no me gustaba tanto”.
Obtuvo una beca para estudiar biotecnología en el Tec, campus Estado de México, y a mitad de la carrera se dio cuenta de que algo le faltaba. Pensó en cambiar de carrera pero, al ser becada, no podía hacerlo (si lo hacía, tendría que pagar las materias que había cursado y no se lo podía permitir). Así que decidió cursar algunas materias de la carrera de escritura creativa y narrativas digitales. Una decisión que movilizó incluso a las autoridades de la escuela. “Tuve que luchar mucho”, asegura.
“Efectivamente no había nada que me impidiera tomarla y me convertí en la primera ingeniera en biotecnología del Tec que tiene esta concentración [especialización] en escritura creativa”, destaca. “Fue el mejor semestre de mi carrera”.
De Instagram a TikTok
Millán ha logrado conjugar su faceta artística y la científica gracias a la divulgación científica. A través de sus cuentas de Instagram y TikTok explica de forma sencilla contenido sobre los hoyos negros, la evolución de la vida en la Tierra, el sonido de Marte o la Astrobiología.
Ella cita como sus referentes a la escritora mexicana Rosario Castellanos, con cuyos textos se introdujo a la literatura, y a la física y astrónoma Julieta Fierro, con la que se introdujo a la divulgación científica.
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Y ahora ella misma se ha convertido en un referente para jóvenes. “Muchas personas me escriben agradeciéndome porque les inspiré, ya sea a perseguir una carrera en las ciencias espaciales o en la biotecnología”, relata.
“Poco a poco te vas dando cuenta de que no es cuestión de cuántos seguidores tienes ni cuantos likes, ni nada por el estilo, sino de cuántas vidas impactas, y con que yo haga la diferencia en una ya con eso es suficiente para mí”, concluye.