Un grupo científico interdisciplinario del Tec de Monterrey ha reproducido en laboratorio células corneales humanas ante la escasez de este tipo de tejidos para trasplantes. Este logro de científicos mexicanos puede reducir los costos de la operación, así como el tiempo de espera, ya que de una sola córnea se pueden obtener células funcionales para diez intervenciones.
“En México no tenemos cultura de la donación y hay muchas personas esperando una córnea para trasplante”, afirma Judith Zavala Arcos, miembro del equipo de investigación de la Escuela de Medicina del Tec de Monterrey, por cuyo proyecto científico recibió recientemente el Premio Bienal de Oftalmología. “Por ello nos dimos a la tarea de realizar una estrategia en investigación que pudiera ser una alternativa a quienes tienen este tipo de problemas de visión”.
Para logralo, según recoge la Agencia Dicyt, se dedicaron a estudiar todo el patrón genético de las células endoteliales de la córnea. Siguiendo patrones científicos de orden mundial lograron proliferarlas en laboratorio, pero su metodología modificó el sistema de cultivo con otra composición, y consiguieron que las células volvieran a manifestarse con todas sus funciones.
“Se ha descubierto que este tejido se coloca en una placa de cultivo, con una mezcla de moléculas empieza a proliferar, y nuestro trabajo consiste es mantenerlas funcionales –dice Arcos-. Lo que hemos logrado es que de un pedacito de córnea podamos expandir el tejido para hasta diez trasplantes, con células totalmente funcionales, de manera que el trasplante de córnea reduce su costo”.
Ingeniería de tejidos
Tras cuatro años para desarrollar células endoteliales de la córnea, el siguiente paso fue encontrar membranas de cultivo biocompatibles que funcionen como andamio en el trasplante de las células. Fue así que los científicos del Tec de Monterrey se acercaron a un grupo de investigación de la Universidad Johns Hopkins (en Estados Unidos) que trabaja con biomateriales utilizando colágeno, y que generan membranas que parece lentes de contacto.
Lo que hicieron los científicos mexicanos fue estudiar la bioseguridad de la membrana, mediante un modelo preclínico en el que se hizo un trasplante a lo que la córnea ha respondido favorablemente, es decir, se mantiene clara, sin inflamación, y los análisis patológicos dan como resultado es que la membrana tiene bioseguridad.
“Lo que sigue es la ingeniería de tejidos, en la que las células que logramos proliferar en laboratorio se van a colocar en esta membrana y lo que se va a generar es una córnea artificial biocompatible”, afirma el científico mexicano. Se harán pruebas de laboratorio con animales y posteriormente con personas, a quienes, por una incisión, se introducirá la membrana a la córnea y se extiende, esperando que no genere inflamación, opacidad, que sea compatible, además de que las células se mantengan adheridas, funcionales y estables”.
“Para llegar a ello hay que cumplir con estándares muy estrictos de los comités de ética de nivel internacional, pero tenemos esquemas de calidad muy altos; llevamos aproximadamente diez años de investigación, pero todavía hay trabajo por hacer”, plantea la doctora Judith Zavala, coordinadora científica del grupo de la investigación, que fue galardonada en 2014 con el Premio Dr. Jorge Rosenkranz.