España participará en la construcción del que será el segundo aeropuerto en construcción a nivel mundial, el principal contrato del proyecto del nuevo primer aeródromo de México y una de las mayores obras de infraestructuras actualmente en marcha en Latinoamérica. Y es que el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) ha adjudicado al consorcio del que forman parte las empresas españolas Acciona (a través de Acciona Infraestructuras) y FCC, e integrado además por las compañías mexicanas Grupo Carso, GIA, Prodemex, La Peninsular e ICA, el contrato para la construcción de la terminal del nuevo aeropuerto internacional de la capital.
Dicho consorcio, que presentó la propuesta más solvente técnica y económicamente de las tres ofertas registradas (con un importe de unos 3.930 millones de euros), construirá la terminal del futuro aeropuerto, que contará con una superficie de aproximadamente 743.000 metros cuadrados distribuidos en cuatro niveles y por la que se estima que pasarán al año unos 68 millones de pasajeros.
Estructura sostenible
El edificio se construirá siguiendo un diseño en forma de equis realizado por los arquitectos Norman Foster y Fernando Romero que combina vanguardia arquitectónica, criterios de sostenibilidad y funcionalidad de las instalaciones para garantizar el tráfico fluido de los pasajeros en las zonas de transito aeroportuario y las áreas comerciales y de restauración. La terminal se encuentra dentro de una membrana ligera continua, casi aerodinámica, que abarca las paredes y el techo y que se sostienen en 21 grandes columnas en forma de embudo.
Tanto los materiales (con un importante uso de acero, aluminio y cristal) como el diseño están pensados para aprovechar la luz natural y facilitar la ventilación natural, reduciendo el consumo de energía, y el edificio incluirá equipamiento de autoabastecimiento de energía y agua. La nueva terminal contará con características específicas en su ejecución para obtener la certificación LEED Platinum (Leadership in Energy & Environmental Design).
El proyecto contempla también la construcción de 95 posiciones de contacto para el acceso a las aeronaves desde el edificio terminal y 68 puertas de embarque remotas, salas de llegadas y salidas de vuelos, zona de reclamo de equipajes y núcleos de servicios (instalaciones mecánicas, eléctricas, hidrosanitarias, antiincendios y el sistema de equipajes).
La construcción de la terminal es el contrato de mayor envergadura dentro del plan puesto en marcha por el Gobierno de México para construir el nuevo aeropuerto internacional de Ciudad de México y, como ya se ha señalado, una de las mayores obras de infraestructuras actualmente en marcha en Latinoamérica, con una inversión de 180.000 millones de pesos en su fase inicial, unos 8.330 millones de euros.