VITA (Vitality through Integrative Therapeutics for Aging), un proyecto del Instituto de Investigación del Hospital del Mar, el Centro de Regulación Genómica (CRG) e IrsiCaixa ha sido seleccionado como semifinalista en la competición XPRIZE Healthspan, organizada por la Fundación XPRIZE de los Estados Unidos.
Solo cuarenta proyectos, cuatro de los cuales europeos, de los más de 200 proyectos presentados han pasado a esta ronda, donde tendrán que demostrar su viabilidad a la hora de hacer propuestas para alargar la esperanza de vida de las personas. Es el único proyecto procedente de España que ha superado la primera fase de la competición.
El proyecto es una iniciativa de colaboración entre las tres instituciones. Busca una aproximación proactiva y accesible, que reduzca el riesgo de enfermedades crónicas relacionadas con la edad, permita incrementar la salud humana y alargar la calidad de vida hasta la tercera edad. En definitiva, su objetivo es rejuvenecer las funciones musculares, inmunitarias y cognitivas.
"Es un proyecto relevante en sociedades cada vez más envejecidas"
VITA propone una nueva terapia combinada entre dos fármacos cuyos mecanismos de acción pueden ser complementarios: la lamivudina, un inhibidor de la transcriptasa inversa (NRTI) que se utiliza en combinación con otros fármacos como tratamiento antiviral para el VIH y en solitario para tratar la hepatitis B, y la epigalocatequina galato (EGCG), una molécula presente en el té verde, que ha mostrado capacidad de mejora de la cognición en diversos colectivos. En paralelo, el proyecto promueve una intervención multimodal en el estilo de vida con potencial preventivo que mejora la salud.
El Dr. Rafael de la Torre, investigador principal del proyecto y coordinador del Grupo de Farmacología Integrada y Neurociencia de Sistemas del Instituto de Investigación del Hospital del Mar, explica a Innovaspain que la propuesta de VITA es relevante ya que pretende “el desarrollo de terapias que mejoren la calidad de vida de las personas que envejecen en una sociedad cada vez más longeva, en particular la española”.
Eficacia
Respecto a los dos fármacos seleccionados, De la Torre señala que la lamivudina y epigalocatequina galato (EGCG) son dos moléculas que ya han dejado constancia de su capacidad para proporcionar beneficios en la cognición y en la mejora de algunos trastornos metabólicos. “Por ejemplo en persona con síndrome de Down, o en individuos con declive subjetivo (SCD, estado preclínico de la demencia). Esperamos que la actividad sinérgica, fruto de la combinación de ambos fármacos, nos permita poder administrar dosis más bajas y reducir la potencial aparición de efectos adversos, aunque partimos de moléculas ya de por sí muy seguras”. El doctor añade que en la intervención estructurada sobre el estilo de vida de las personas incluirá dieta, actividad física y actividad intelectual a fin de impulsar la adhesión a hábitos saludables.
Peguntamos a De la Torre por las principales barreras a las que aún se enfrentan las investigaciones que tratan de abordar el envejecimiento. “Envejecer es un proceso natural degenerativo. No es considerado una enfermedad. Por lo tanto, no es susceptible de de tratamiento, excepto tratamientos sintomáticos en algunas dolencias, pero no el envejecimiento como un proceso global”. El experto indica que se mueven en un contexto donde “la prioridad de los recursos dedicados a investigación se focalizan en otras enfermedades crónicas, susceptibles de ser tratadas con fármacos, como la diabetes, el cáncer o las patologías neurodegenerativas”.
Una competición puntera
VITA combinará estudios en modelos animales y estudios clínicos con las dos moléculas en pacientes con declive cognitivo subjetivo o con deterioro cognitivo leve. Una vez superada la primera fase de la competición, el equipo que lidera el proyecto VITA dispone de un año y una dotación de 250.000 dólares para justificar el concepto de nueva terapia que propone, así como generar datos preliminares y presentar el diseño de un ensayo clínico que permita evaluar su eficacia. En función de los resultados, el proyecto optará a convertirse en finalista. En el caso de VITA, estos resultados se tendrán que proporcionar durante el primer trimestre del 2026.
La última fase consiste en un ensayo clínico que recibe una subvención de un millón de dólares por cada año que se calcula que la propuesta puede alargar la vida de las personas. Calculan esta cifra mediante unos algoritmos que permiten anticipar el número de años adicionales de vida saludable que puede proporcionar la nueva terapia. “En nuestro caso, si la propuesta funciona, tiene la ventaja de que es muy barata (los fármacos lo son, no están sujetos a patente y la intervención multimodal es asequible) además de que facilitaría la universalización de la aproximación respecto a otras en las que los costes son muy elevados”, concluye Rafael de la Torre.