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Soberanía tecnológica, reto y oportunidad

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Por la oportunidad, merece la pena destacar de entre todo lo pasado en estos días la reunión organizada por el Fondo de Empresas Innovadoras (FEI). Una convocatoria que, aunque dedicada a la entrega de sus reconocimientos a empresas y personas individuales por sus actividades relacionadas con la innovación, destapaba un tema de máxima importancia para el futuro de todos, que es el desarrollo del concepto “soberanía tecnológica”, un documento elaborado por FEI que ha dado en la diana de lo fundamental frente a lo accesorio.

Lo primero que aclaró uno de los ponentes y autores del documento, Francisco Marín, reciente Premio Nacional de Innovación por su larga trayectoria profesional alrededor de este tema, es que soberanía no quiere decir autarquía. Soberanía, sobre todo, para hacer frente al cambio que se está produciendo y del que podemos quedarnos descolgados. Soberanía en unión del resto de la Unión Europea, con el fin de rescatar para España y Europa una potencialidad que permita ofrecer futuro en materia de investigación y desarrollo y empleo.

La pandemia nos hizo ver carencias importantes en materia industrial y tecnológica. Y la crisis energética, la de algunas materias primas y productos industriales, ha puesto en primera plana este concepto de soberanía tecnológica que se ha definido como la capacidad para proveerse de aquellas tecnologías críticas. Como ejemplo, baste recordar la incapacidad para proveerse de chips en este momento o de otros elementos básicos para seguir desarrollando la idea de la digitalización global. 

Si recordamos comentarios anteriores y temas que salen en la prensa diaria con esa misma frecuencia, la idea de desarrollo de una sociedad basada en la digitalización empieza a ser preocupante. ¿Qué pasará con el denominado Internet de las Cosas? ¿Y con el coche autónomo? El no tener capacidad de producción en Europa puede ser una tragedia y no a muy largo plazo.

A eso se refiere el concepto y no a la idea de fabricar todo lo necesario en diversos países. En esa línea, la FEI otorgó sus reconocimientos a aquellas empresas, personas e instituciones que más habían destacado a lo largo del último año, y los premiados fueron la Empresa Nacional de Innovación (Enisa), Marine Instruments, empresa pontevedresa dedicada a la tecnología marina y a Vicente Larraga, Mariano Esteban y Luis Enjuanes, tres de los investigadores de la órbita CSIC más brillantes en las diferentes especialidades que se relacionan con la lucha con el COVID-19.

El tema de la investigación médica es uno de los puntos que mejor explica el concepto soberanía tecnológica. No solo es que se haya detectado una descoordinación importante, sino que se ha hecho patente que no poder proveer a los investigadores ha retrasado meses sus investigaciones. La repercusión es enorme y por eso merece la atención del conjunto de la sociedad, sobre todo por las distintas administraciones públicas.

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