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Luis Ignacio Vicente

De la intuición al hecho: por qué la propiedad industrial es la herramienta estratégica para asegurar nuestra soberanía tecnológica

Por Luis Ignacio Vicente, consejero Estratégico de PONS IP

Cuando en mayo del pasado año propusimos desde PONS IP a Cotec la creación de creación de un grupo de trabajo para analizar el papel estratégico de la propiedad industrial e intelectual en la soberanía tecnológica, partíamos de la intuición de que era un tema que todavía no se había abordado a fondo.  Este grupo de trabajo ha estado coordinado por PONS IP, y en él han participado 26 organizaciones miembros de Cotec. El pasado siete de noviembre presentamos en la sede de Cotec el resutado con la satisfacción de haber constatado que el consenso sobre nuestra hipótesis es mucho mayor del esperado. De hecho, un impulso de la gestión de la propiedad industrial en las empresas tendría un impacto sobre la soberanía tecnológica mucho mayor de que pensábamos en un principio

En las sesiones del grupo de trabajo hemos analizado como, tras las sucesivas crisis económicas y financieras de los últimos años, venimos asistiendo a una progresiva dependencia tecnológica de otros países en áreas que son fundamentales para el desarrollo económico y social. Para cambiar esta tendencia, uno de los mayores retos del sistema productivo español es aumentar la capacidad de innovación de las empresas para desarrollar actividades de mayor valor añadido.

Desde que me dedico a la gestión de la I+D+I hace ya casi 35 años, he predicado que es necesario invertir en investigación, desarrollar nuevos productos y llevarlos al mercado. Este mensaje ya está bastante asumido por las empresas y las Administraciones. Pero tenemos que ir más allá, y entender también que, durante todo el proceso de innovación, es fundamental el papel de la propiedad industrial incentivando la inversión con la promesa de un monopolio que ayude a conseguir un retorno suficiente. Sin duda, tener derechos exclusivos, como los que proporcionan las patentes, es una de las mejores herramientas para poder competir y llegar a conseguir la soberanía tecnológica.

Es indudable que esta soberanía no la podremos conseguir de forma individual, como país. Se hace, por lo tanto, necesario crear alianzas o establecer colaboraciones a largo plazo con otros países o empresas de otros países. En este contexto, pueden jugar un papel importante las patentes, ya que pueden servir como instrumento para intercambiar derechos sobre tecnologías, favoreciendo el acceso a tecnologías que no tenemos o para las que existe una fuerte dependencia de un solo proveedor.

El documento elaborado por el grupo de trabajo propone algunas recomendaciones dirigidas tanto a las empresas como a las Administraciones, de las que me gustaría destacar algunas de ellas:  

  1. Establecer un grupo de trabajo interministerial y en colaboración con el sector privado y la sociedad civil para realizar un papel de posicionamiento sobre las necesidades, demandas, visión y orientación de España de cara a las futuras medidas de la Estrategia de Seguridad Económica de la UE.
  2. Promover una coordinación más sostenida, basada en datos y buenas prácticas, y en iniciativas conjuntas de apoyo entre el Estado y las Comunidades Autónomas, como se ha mostrado en el caso del Valencia Silicon Cluster para el área de semiconductores.
  3. Fomentar una concienciación ciudadana a través de los programas educativos, los medios de comunicación y los canales de comunicación pública del papel e importancia de la soberanía tecnológica en la cotidianeidad de las personas.
  4. Crear una nueva línea de diplomacia tecnológica, inspirándose en los esfuerzos realizados en 2020 y 2021, y mapear las oportunidades de incorporar capital español -humano, financiero, en recursos e ideas- a las distintas iniciativas existentes en la UE.
  5. Promover y financiar en los programas de I+D+I, tanto para el sector público como el privado, la realización de informes de vigilancia tecnológica basados en patentes.
  6. Desarrollar un modelo de propiedad conjunta de patentes entre sector privado y el sector público con carácter temporal, de forma que finalmente la titularidad pase a ser del sector privado que tiene más opciones de comercialización.
  7. Crear una plataforma que promueva una oferta unificada de licenciamiento de patentes de diferentes organizaciones (universidades, centros tecnológicos, centros públicos de I+D o incluso empresas). Esta plataforma seguiría el modelo de patent pools, uno de los modelos más habituales para el licenciamiento de tecnología.
  8. Proporcionar ayuda a las organizaciones en los litigios de patentes fuera de España.
  9. Impulsar la generación y protección de tecnología propia frente a la adquisición de tecnologías de países no europeos, incluyendo en las futuras convocatorias de fondos públicos y del Next Generation, como los PERTE.
  10. Apoyar la generación de patentes internacionales en el sector público en sectores y tecnologías relevantes para la autonomía estratégica de la UE.
  11. Incentivar acciones desde la Administración Española que promuevan la generación en España de patentes esenciales, que son las que tienen que ver con los estándares de telecomunicaciones. 

En los próximos meses, Cotec, PONS IP y el resto de miembros de este Grupo, seremos proactivos en la difusión de estos resultados con el convencimiento de que nos jugamos mucho cuando hablamos de soberanía tecnológica y que hemos confirmado en este trabajo la oportunidad que ofrece el impulsar una cultura de la gestión de la propiedad industrial para contribuir a asegurar esta soberanía.

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