Nanostine, una spin-off del CSIC dedicada al desarrollo de nanopartículas y recubrimientos para varios tipos de dispositivos, entre ellos, los aeroespaciales, ha sido la ganadora de la Open Call for Deep Tech Startups, competición que recibió 82 candidaturas, durante el foro Transfiere 2024, que se celebró hace unos días en Málaga.
Desde televisores QLED, a test de COVID-19, la nanotecnología está en auge. Las crecientes inversiones, publicaciones, patentes y el desarrollo de este mercado dan cuenta de ello. Se trata de una rama de la ciencia que se encarga de estudiar la materia a un nivel nanométrico, que es “un millón de veces más pequeño que una hormiga o mil veces más pequeño que el grosor de un cabello humano”, explica Daniel González, CEO de la empresa.
“Cuando eres capaz de organizar los materiales a un nivel tan pequeño, consigues mejorar ciertas propiedades o incluso encontrar características nuevas que no se conocían antes”, detalla González, doctor en nanotecnología por la Universidad Autónoma de Madrid.
Nanostine se fundó en 2020 aunque sus creadores, los investigadores Yves Huttel y Lidia Martínez, llevan más de 15 años desarrollando recubrimientos de superficies con nanopartículas mediante "sputtering", capaz de hacer recubrimientos ultra finos.
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Pero la suya es una versión mejorada. La empresa desarrolló una patente que permite sintetizar nanopartículas para hacer recubrimientos. “Nuestra tecnología es una versión 2.0 porque ya no solo podemos hacer recubrimientos muy muy finos, sino que además podemos hacer que estos recubrimientos no sean una capa continua, sino que estén formados por nanopartículas donde podemos controlar su tamaño y composición”, afirma González.
Desarrollo de materiales para satélites
Una de las áreas en las que la empresa se enfoca es la aeroespacial. “En este sector es muy importante cuidar la pureza de los materiales que se utilizan, para que los que se envíen al espacio no generen residuos”, asegura González. La empresa está trabajando con la Agencia Espacial Europea (ESA) en un proyecto para desarrollar recubrimientos de dispositivos de radiofrecuencia que van en satélites.
“Hacer recubrimientos con nanopartículas puede mejorar ciertas propiedades de los satélites para hacer que tengan un tiempo de vida mejor. Además, en el sector aeroespacial podemos realizar otro tipo de recubrimientos como los antimicrobianos, antibacterianos o hidrófobos”, agrega.
Nanostine también trabaja en el sector de la energía, así como desarrollando recubrimientos con nanopartículas para mejorar la sensibilidad de ciertos sensores. La empresa trabajó en 2022, junto con Acciona, en el desarrollo de un sensor capaz de detectar bacterias en tiempo real en plantas desalinizadoras de agua. Por último, trabaja en el área de la nanomedicina, en el desarrollo de recubrimientos antimicrobianos para implantes y prótesis, para evitar que el cuerpo las rechace o que se formen bacterias.
“Al final la nanotecnología va acabar entrando en todos los sectores de aplicación. Iremos viendo dónde podemos aportar algo y dónde podemos mejorar ciertos materiales”, apunta González.
La empresa no ha parado de crecer en estos cuatro años. Ha conseguido más de medio millón de euros en financiación pública y medio millón en rondas de inversión, así como por parte de ENISA. “A día de hoy hemos duplicado la facturación del 2023”, destaca González. Además, fue seleccionada como una de las 100 startups más innovadoras en España por el Referente en 2022, ese mismo año ganó la Pitch Competition de Startup Olé en la categoría de Aviación y Espacio, y en 2023 en la de Energía, y fue una de las 100 startups finalistas de South Summit 2023.
