MÁLAGA. Ayer y hoy se celebra Greencities, Urban Intelligence & Smart Mobility, en FYCMA (Palacio de Ferias y Congresos de Málaga), del Ayuntamiento de Málaga. El objetivo del este encuentro es abordar los retos de la agenda urbana desde una perspectiva sostenible y tecnológica. Más de un centenar de ciudades y municipios se reúnen con el tejido empresarial que lidera la transición hacia modelos más verdes y digitales.
Uno de los platos fuertes de la jornada fue el diálogo que mantuvieron los alcaldes de Madrid y Málaga, José Luis Martínez-Almeida y Francisco de la Torre. Una conversación que moderó Cristina Garmendia, presidenta de Fundación Cotec.
Futuro urbano
Madrid es la ciudad invitada en la XVI edición de Greencities. “El futuro pasa por las ciudades y los entornos urbanos”, argumentaba Martínez-Almeida. “Desde la administración estamos obligados a ser capaces de afrontar desafíos conjuntos y ofrecer soluciones comunes a esos retos. Nuestra vocación es el aprendizaje mutuo”.
El alcalde de Madrid llamaba a seguir la estrategia del “paso corto y la mirada larga” en la gestión municipal. En el día a día, resolver problemas “que pueden parecer pequeños” pero que son los que más interés suscitan: movilidad, seguridad, empleo, trabajo, medio ambiente… En paralelo, ha defendido que Madrid debe, “desde nuestra posición privilegiada”, asumir su responsabilidad, de manera compartida con otras ciudades, y poner sobre la mesa políticas de innovación, sostenibilidad o bienestar. “Madrid quiere ser una más en la búsqueda de soluciones para el conjunto de la sociedad”.
Con 3,5 millones de habitantes, Madrid es una ciudad en la que cada vez quiere vivir más gente , con una comunidad internacional que no cesa de crecer, en un ascenso que entraña el riesgo de desplazar a los propios madrileños. “La palabra clave es equilibrio”, explicaba Martínez-Almeida. "En una competición entre ciudades por atraer y retener talento, el elemento diferencial será la gente".
“En Villaverde, la esperanza de vida es mayor que en Alemania”
El alcalde admitía que la generación de un ambiente económico positivo y de prosperidad no puede condicionar que existan madrileños de primera y de segunda, y que las oportunidades y las “políticas públicas de calidad” deben llegar a todos los rincones de la ciudad. Todo ello marcado por la idea de que la identidad propia de la ciudad no se diluya en este proceso de cambio.
El equipo de gobierno de la ciudad entiende la sostenibilidad desde una triple perspectiva: ambiental, social y económica. “Otro gran eje de la ciudad que nos va a permitir dar un salto es la calidad de vida. Le queremos decir al mundo que hay pocas ciudades como Madrid; con la capacidad económica de una gran metrópoli y donde se viva como en una ciudad más pequeña”. En las encuestas que promueve el ayuntamiento sobre calidad de vida, el servicio mejor valorado por los ciudadanos es el transporte público.
Con un 55 % de desplazamientos sostenibles, Martínez-Almeida señalaba que el mejor feedback es que los usuarios de la EMT -a la que se sumó el servicio BiciMad- no hacen más que crecer año tras año. De vuelta al anhelado equilibrio, el alcalde de la capital admitía que hay aspectos a mejorar, como igualar la esperanza de vida entre los diferentes distritos. “Pese a todo, somos la ciudad del mundo con más esperanza de vida; es mayor en Villaverde que en Alemania”.
Esfuerzos eficaces
Desde su llegada al ayuntamiento en 2019, Martínez-Almeida se propuso acabar con los esfuerzos fragmentados en innovación y transformación digital. Crearon la Oficina Digital, que depende directamente de alcaldía, “algo por habitual”. Reestructuraron la propia organización del ayuntamiento para prestar mejores servicios. “Hemos liderado desde el ejemplo con políticas activas de innovación y transformación digital”. Y el abanico es amplio: desde un centro de ciberseguridad pionero hasta una app que conecta a voluntarios con personas mayores para que las puedan acompañar.
El alcalde reconocía que se produjo un cambio profundo a partir de la pandemia de COVID-19. “Los trámites digitales ahora son los mayoritarios frente a los presenciales (80 % frente a 20 % cuando hace 5 años era a la inversa) y la firma electrónica se ha disparado”. Añadía que otra nueva responsabilidad de la función pública es la de promover el re-skilling de sus ciudadanos. “Los tiempos de cambio también traen oportunidades. Ya no hay por qué ser abogado toda la vida si estudias Derecho y existe la posibilidad de cambiar por completo de actividad incluso después de los 50 años”.
Adaptación
Ha defendido también la colaboración pública-privada, y la entrada de innovaciones disruptivas, con la IA a la cabeza pero en la idea de que ayude a mejorar la ciudad a todos los niveles, agilizando trámites que aceleren la construcción de vivienda o ayudando a que los servicios de seguridad y emergencias tomen mejores decisiones. Almeida se ha detenido en un proyecto, la ordenanza sandbox, que permitirá que empresas de todo el mundo puedan probar en un entorno real sus prototipos antes de lanzarlos al mercado.
Eventos climáticos extremos, veranos abrasadores, avalancha turística… Martínez-Almeida hablaba de la importancia de la adaptación. Nuevas infraestructuras y medidas para ayudar a los ciudadanos a soportar mejor el calor, o descentralizar y desestacionalizar el turismo, son prioritarios en los planes de la ciudad.
La educación es la clave
Para Francisco de la Torre, los retos son “inmensos”. El veterano alcalde se ha mostrado de nuevo como un ferviente defensor de la educación como elemento irrenunciable para avanzar con éxito. “Debemos ser eficaces en transmitir determinadas sensibilidades. Hacer partícipes de estas cuestiones al alumnado de primaria y secundaria, que después influyen en sus entornos”.
Al igual que Almeida, afirmaba la alianza con otras administraciones es “absolutamente” necesaria. “Sobre todo en España, donde los municipios tienen 10 veces menos capacidad inversora que, por ejemplo, los ubicados en países del norte de Europa”. Añadía que, “si queremos avanzar, tenemos que ir de la mano de otras administraciones”.
El alcalde señalaba que, si bien la innovación no conoce fronteras, aquella ciudad que quiera crear oportunidades y disponer de talento de calidad, necesita, como es el caso de Málaga, de un sólido polo de I+D. De la Torre ha recordado que otra de las asignaturas pendientes del país es la mejora de la transferencia de conocimiento: acelerar la llegada de los resultados de investigación al mercado y por tanto a la sociedad.
Innovación y sostenibilidad
“Entendemos la innovación de manera trasversal; todas las áreas tienen espíritu innovador”, apuntaba. En cuanto a la introducción de la inteligencia artificial, sin renunciar a sus ventajas, ha indicado que lo primero es que la gente esté bien formada para saber utilizarla.
Ciberseguridad, datos, compra pública innovadora, proyectos pioneros como el de smart City junto a Endesa… la innovación puntera convive en Málaga con una activa política de sostenibilidad. “El clima y el mar deben estar en el centro de la agenda global y local”. Mejorar la gestión del agua es una de las prioridades de la ciudad, junto al incremento de zonas verdes y de confort climático, además de revitalizar los senderos del interior, una estrategia que podrá ayudar a descentralizar el turismo más allá de las zonas habituales.