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La Ley de Startups ya es una realidad. ¿Pero qué viene ahora?

La nueva ley ha sido aprobada por 177 votos a favor, 88 en contra y 75 abstenciones tras cuatro años de idas y venidas. Innovaspain reconstruye las últimas horas del que, al menos a nivel legislativo, es el hito del año para los emprendedores
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Llovía ayer en Madrid cuando a las puertas del Congreso de los Diputados representantes del Gobierno y del ecosistema emprendedor e innovador español se fotografiaban –como puede apreciarse encima de estas líneas– entre sonrisas, paraguas y algún que otro gesto de alivio. No es para menos. La Ley de Startups ha sido aprobada (177 votos a favor, 88 en contra y 75 abstenciones) tras cuatro años de idas y venidas. De ahí que Francisco Polo, el Alto Comisionado para España Nación Emprendedora –con quien Innovaspain conversó escasas horas antes de la votación– y uno de los que en la foto destilaba tanta alegría como alivio, haya catalogado el 3 de noviembre de ayer como "un día histórico para el emprendimiento innovador español".

No está todo hecho. Aunque el Gobierno se las promete felices, y en esta ocasión no le falta razón. Si el Senado aprueba el texto del Proyecto de Ley que el Gobierno aprobó en diciembre de 2021, y que durante su tramitación parlamentaria ha incorporado cerca de 80 enmiendas, España contará con la primera Ley de Startups de su historia. "Y es una ley que, aunque sea de país, la hemos hecho los socialistas", se ha encargado de recordar Carme Artigas, Secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial.

Ha sido la propia Artigas quien ante los medios de comunicación ha realizado un breve recorrido de la ley hasta la votación, el proceso de negociación y una valoración sobre las principales medidas. Una reflexión suya llama la atención: "Nadie ha cuestionado la validez ni la importancia de la Ley de Startups". Su euforia de las 5 de la tarde de ayer probablemente acabó en simple satisfacción a eso de las 20:30. Sumando los noes y las abstenciones son 163 votos que, de una u otra forma, sí que cuestionan la validez y la importancia de la nueva ley.

"La diferencia de un voto positivo a la abstención podría llevar la ley a las campanadas", comentaba Artigas en los prolegómenos de la votación. Era consciente de que la unanimidad era imposible, aunque a pesar de ello el Gobierno habrá cumplido dos de sus grandes promesas en torno a la innovación en esta legislatura: aumentar los presupuestos en ciencia e innovación y sacar adelante la Ley de Startups, bastante cuestionada durante estos últimos cuatro años que finalmente ha sido capaz de poner de acuerdo a la mayoría del ecosistema innovador español.

"Es una ley que apoya a nuestras startups dentro y fuera de España para que puedan competir de igual a igual en este mundo sin fronteras”, ha señalado la fundadora de South Summit, María Benjumea, una de las voces más reconocidas del panorama emprendedor español. También Aquilino Peña, fundador de Kibo Ventures, una de las principales referencias de la inversión en startups, ha celebrado las medidas. "Son extraordinariamente positivas, ya que equiparan la fiscalidad a la de los países más activos en inversión de la Unión Europea, tanto para business angels como para gestores profesionales de fondos".

Algunas pinceladas de la ley

El nuevo marco normativo introduce numerosas medidas para potenciar la atracción y retención de talento, además de ofrecer herramientas a los emprendedores para facilitar el proceso de creación e impulso de empresas emergentes. Una mejora en el tratamiento fiscal de las stock options (opciones sobre acciones) como incentivo para atraer y retener a profesionales de empresas emergentes, la bonificación de cuotas en favor de trabajadores autónomos de empresas emergentes en situación de pluriactividad durante tres años, o los incentivos fiscales y reducción de trámites burocráticos para business angels y fondos de inversión extranjeros, son algunas de las mejoras que establece la nueva ley.

Para beneficiarse de estas medidas, la normativa determina una serie de requisitos: entre otros, ser una compañía de nueva creación de hasta cinco años de antigüedad –siete en caso de algunos sectores estratégicos–, que tenga su sede social en España o que desarrolle un proyecto de emprendimiento innovador con un modelo de negocio escalable.

Ahora, la tramitación parlamentaria de la Ley de Startups encara la recta final en el Senado. "Ya queda poco para tener una de las mejores leyes de startups de Europa", ha asegurado Francisco Polo, que vislumbra una década prodigiosa para España en este aspecto. "Vamos a ser la nación emprendedora con mayor impacto social de la historia". Artigas, algo más comedida, ha valorado la ley como "la clave para estar a la cabeza de los mejores países del mundo para emprender, invertir y captar talento". Como en todo, el tiempo será quien decida si la nueva ley es un acierto. Lo que ya es un hecho es que existe. Algo impensable hace no demasiado tiempo.