Crear soluciones tecnológicas para mejorar el acceso al diagnóstico médico, sobre todo en enfermedades de alta incidencia y coste. Ese es el propósito de la startup colombiana Salva Health, liderada por Valentina Agudelo. Hablamos en Madrid con la joven empresaria tras ser ver reconocida su labor con el Premio Princesa de Girona Internacional 2025 en la categoría CreaEmpresa.
La joya de la corona de Salva Health es Julieta, un pequeño dispositivo portátil e inteligente para el cribado de cáncer de mama sin radiación ni infraestructura avanzada. “Todo empezó en una feria de emprendimiento en la universidad. Desarrollamos un prototipo, y fue tal su acogida que nuestro círculo más cercano nos empujó a perfeccionarlo. No solo podía haber un buen negocio detrás, sino la posibilidad de cambiar el mundo impactando en miles de mujeres”, indica.
El recorrido de Julieta comienza en 2018, con una etapa de I+D “muy robusta y exigente”. Como explica Agudelo, se enfrentaban a un dispositivo médico nunca visto, de alta complejidad técnica. Establecieron los protocolos de investigación, las cuestiones regulatorias, las aprobaciones, la protección industrial… “Tuvimos que entender muy bien qué principio físico y biológico queríamos recrear; la electrónica y la técnica necesarias para pasar de la teoría a la práctica”.
Máxima versatilidad
Valentina Agudelo saca un Julieta de su bolso para demostrar que cabe en la palma de la mano. Seis electrodos lo conectan con el seno de la mujer en otras tantas zonas de exploración. El bluetooth posibilita interactuar con el dispositivo y realizar la lectura en apenas 5 minutos. Otro desafío consistía en automatizar todo el proceso para evitar la presencia de personal especializado durante la prueba. Ahí entra la IA y una serie de algoritmos capaces de identificar anomalías mamarias, con prioridad para aquellas mujeres con riesgo de cáncer.
Uno de los casos de uso de Julieta que más satisface al equipo de Salva Health es la posibilidad de llevar este cribado a zonas rurales y remotas de Colombia. “Nos aliamos con grandes organizaciones, que tienen acceso habitual a estos lugares, como la Liga Contra el Cáncer o la Fuerza Aérea Colombiana. Sus brigadas llevan el dispositivo a los pueblos y convocan a las mujeres para que se sometan al cribado, que puede ser gratis o tener un coste siempre bajo, de entre 3 y 5 euros”. Si el resultado de la lectura indica irregularidades, la mujer pasa a un segundo examen, esta vez con un profesional médico.
Seguir creciendo
La intención de Agudelo es que Julieta tenga también una presencia creciente en los centros de salud y en las farmacias del país. Incluso están explorando el desembarco en centros recreativos. “Haremos todo lo necesario para facilitarle a las mujeres una prueba de vital importancia”, añade. Hasta ahora han pasado por Julieta casi 3.000 mujeres. Con el foco en la expansión en Colombia, el dispositivo da sus primeros pasos en Venezuela, Perú y otras latitudes, como Nigeria. Pero el equipo de Salva opina que los problemas de acceso a un diagnóstico temprano no son un ‘patrimonio’ exclusivo de los países en desarrollo, de ahí que valoren seriamente entrar en Estados Unidos y Europa donde, a otro nivel, estas brechas son también una realidad.
La tecnología que tienen entre manos guarda el potencial de cribar el estado inicial de otras patologías. “Queremos crear otros ‘Julietas’. ¿Por qué no un Romeo para detectar cáncer de próstata? También investigamos en lo que atañe a la osteoporosis, el hígado graso o la diabetes”, argumenta Valentina Agudelo. “Nos orientamos siempre hacia la detección temprana en enfermedades de alta incidencia”.
La emprendedora considera que el Premio Princesa de Girona Internacional supone un antes y un después para Salva Health y sus proyectos. “Es un premio único por la credibilidad que aporta y por la red a la que nos da acceso. No se me ocurre una mejor puerta de entrada en España y Europa. El premio valida nuestro impacto y nos da una visibilidad increíble. No se trata solo de dinero, sino de lo que hay detrás y de cómo gestionar todo ese beneficio intangible”.
Agudelo no quiere terminar la conversación sin poner en valor el trabajo de su equipo, repartido en dos oficinas: Medellín (parte técnica) y Bogotá (administración). “Somos 23 personas -ingenieros, investigadores, médicos, expertos en negocio- con un lema: “Hacemos el bien, y lo hacemos bien”.