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“¿Meamos plástico?”: la investigación de Rezero y Zero Waste Europe

Ambas instituciones han publicado los resultados de su estudio, en el que afirman que se han encontrado sustancias químicas peligrosas en el cuerpo humano
Rezero estudio

Fundación Rezero y Zero Waste Europe han presentado un estudio en el que se ha analizado muestras de orina para detectar la presencia ftalatos y fenoles –sustancias químicas utilizadas en envases de un solo uso–. Estas se asocian al cáncer y a enfermedades cardiovasculares, además de afectar el sistema inmunológico y reproductivo. Y el resultado es preocupante.

“Los  últimos  estudios  epidemiológicos  demuestran  que,  a  pesar  de  que  algunas  sustancias organocloradas (DDT, dioxinas, PCB) han disminuido su presencia en el cuerpo humano durante los últimos años, otras como los residuos plásticos (ftalatos, bisfenoles), polibromobifenilos y parabenos la han aumentado de forma muy significativa”, aseguran desde la fundación catalana

Así, según Rezero, “actualmente, en la orina de los adultos se detectan grandes cantidades de estos residuos plásticos hormonalmente activos que han tenido como principal vía de entrada en el cuerpo humano los alimentos y sus envases, debido a la migración de sustancias con acción hormonal desde el plástico hacia el alimento; del alimento al cuerpo y del cuerpo a la orina”.

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Los datos

Entre los objetivos principales de la iniciativa de Rezero y Zero Waste Europe –en colaboración también con Ekologi Brez Meja (Eslovenia), Zero Waste Latvia (Letonia), Za Zemiata (Bulgaria)  y ZERO (Portugal)–, se encuentra dar visibilidad a la exposición continuada a los que se está sometiendo la ciudadanía y concienciarlos –a la ciudadanía, los agentes económicos y las administraciones– sobre los impactos sobre la salud derivados de esta exposición.

Además, también quieren generar una corriente de opinión favorable hacia la prevención y la producción limpia desde la experiencia práctica y la información a través de las redes sociales; vertebrar una demanda social hacia los agentes económicos vinculados a la alimentación a favor de la reducción de plástico y la adopción de nuevas políticas de producción y envasado e incidir en un cambio normativo favorable a la reducción de los envases de plástico vinculados al sistema alimentario.

De hecho, para aumentar la concienciación de la ciudadanía han colaborado 50 líderes de opinión del mundo de la cultura, la ciencia, el deporte, el ecologismo, la salud y la política de Europa –diez son de España–, a los que se les han analizado las muestras de orina.

“En todos y cada uno de los 52 participantes del estudio se han detectado 13 de los 17 ftalatos analizados –que se utilizan como plastificantes y fijadores– y 6 de los 11 fenoles –los que dan forma y resistencia a los plásticos–. La media de compuestos detectados en la orina por individuo fue de 20,5, una cifra que no varió significativamente entre los países”, aseguran desde Rezero. “Del mismo modo, en todos y cada uno de los participantes del estudio se han detectado 13 de los 17 metabolitos ftalatos”.

Los problemas de salud asociados

Como indican en el estudio de Rezero y Zero Waste Europe, en los envases de plástico de un uso se utilizan productos químicos que funcionan como aditivos –como por ejemplo, la flexibilidad o la durabilidad frente al calor–. La cuestión es que estos aditivos, que a veces constituyen hasta el 80 % del producto, “no se adhieren al plástico y se filtran fácilmente en el entorno, incluido en los alimentos dentro del envase”. Del mismo modo, cuando las partículas de plástico se degradan “se exponen nuevas capas y es probable que se filtren más aditivos desde el núcleo del envase a la superficie, y luego, a los alimentos”.

Los principales aditivos analizados, como los ftalatos, pueden afectar la salud, alterando el sistema endocrino, actuando como disruptores hormonales o endocrinos. “Algunos de los posibles efectos asociados a la exposición a estas sustancias son el deterioro de la calidad del semen (incluidos daños en el ADN de los espermatozoides), la alteración de los niveles de hormonas sexuales, la infertilidad, efectos tiroideos, bajo peso al nacer, partos prematuros, alergias, obesidad o crecimiento de las células cancerosas”. Por su parte, los otros grandes aditivos, los fenoles, aumentan el riesgo de sufrir diabetes y enfermedades cardiovasculares, reducción de fertilidad y cáncer de próstata, entre otras.

Posibles soluciones

Según Fundación Rezero, “la legislación de la UE –ni los Estados miembros– no protegen adecuadamente de manera preventiva la salud humana”, por lo que piden que, mediante el Anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados, el Gobierno: “incorpore medidas y recursos para que los productos de consumo no contengan sustancias ni aditivos perjudiciales para la salud humana ni los ecosistemas y penalice inmediatamente los plásticos de usar y tirar, tanto por el mal que causan al medio ambiente como por el daño que le hacen a nuestra salud”.

Además, también le han pedido que garantice a la ciudadanía el acceso a los envases  reutilizables  en  los  comercios  y supermercados. “Por lo tanto, tienen que establecer cuotas  mínimas y obligar a los distribuidores a implantar circuitos de reutilización y sistemas de retorno (SDDR) y priorizar la investigación y la transparencia para que todos tengamos la información sobre la composición del plástico que entra en el mercado”.