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Cristina Postigo: “Hay que dotar de estabilidad a los investigadores jóvenes, aunque sea al margen del funcionariado”

La investigadora del IDEAEA-CSIC desarrolla herramientas que mejoren los procesos de desinfección del agua
Cristina Postigo investigadora ComFuturo proyecto enfocar aguas

Cristina Postigo es licenciada en Ciencias Ambientales por la Universidad Autónoma de Madrid y máster en Environmental Applied Geosciences por la universidad alemana Eberhard Karls. En 2006 se incorpora al Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) del CSIC, en Barcelona, para realizar la tesis doctoral en el campo de la química analítica ambiental. En 2011 se doctora por la Universidad de Barcelona (premio extraordinario de doctorado).

Su etapa post-doctoral incluye dos años (2012-2014) en la U.S. Environmental Protection Agency como investigadora Marie Curie. En el marco de esta beca, retorna al IDAEA, donde continua como investigadora Beatriu de Pinós (2015-2017), y actualmente, desde el 1 de septiembre de 2018, como investigadora ComFuturo.

Dentro del programa de Fundación General CSIC, Postigo es la artífice del proyecto ENFOCAR, nombre abreviado de ‘Enfoque innovador para la detección de sustancias citotóxicas y reprotóxicas en agua regenerada y potable’.

Reducir la toxicidad en la desinfección del agua

El objetivo de su propuesta es desarrollar una herramienta que evalúe y minimice la formación de compuestos tóxicos que se originan durante la desinfección del agua, “un proceso indispensable para proteger a las personas de enfermedades como el cólera o la diarrea”, apunta la investigadora.

En España, el proceso de desinfección más común en las plantas de tratamiento de agua potable es la cloración. “Es además un trabajo clave en la reutilización del agua residual que constituye, a su vez, un valioso recurso para zonas afectadas por la escasez de agua”. “Sin embargo -añade Postigo- durante este proceso, y de manera inintencionada, se producen subproductos de desinfección o DBPs (del inglés disinfection byproducts). Esto sucede cuando un desinfectante, por ejemplo el cloro, reacciona con la materia orgánica presente en el agua. Los derivados pueden llegar a ser más tóxicos que los compuestos de los que proceden”.

Su línea de investigación está justificada. Hasta la fecha sólo han sido caracterizados la mitad de los compuestos que se forman durante la cloración del agua potable. El desconocimiento es aún mayor en el caso de la desinfección con cloro del agua residual tratada. “Tratamos de identificar los DBPs que pueden provocar efectos adversos. ENFOCAR se basa en el análisis dirigido por efectos (EDA). Centramos los esfuerzos analíticos en las fracciones de las mezclas de subproductos de desinfección que presenten un determinado efecto tóxico”, señala Cristina Postigo.

Cariz social

Además de despejar varias incógnitas puramente científicas, ENFOCAR pretende generar impacto social. “Promueve la reutilización del agua al reducir la formación de compuestos tóxicos. Así aumentaría la cantidad recursos hídricos. En definitiva, el proyecto contribuye a la economía circular del agua y a proteger la salud pública y ambiental”, detalla Postigo.

La investigadora ComFuturo también busca que sus avances ayuden a que la legislación fije niveles máximos de subproductos más allá de los trihalometanos y ácidos haloacéticos, que son los únicos que actualmente tiene en cuenta “aunque no necesariamente sean los más tóxicos”.

Ahora espera que el apoyo de ComFuturo durante en este tiempo se traduzca en que los resultados lleguen a los autoridades y entidades encargadas de la gestión del agua en España. “Varias empresas ya han mostrado interés por el proyecto”, afirma Cristina Postigo.

Planes

Una vez concluya el programa, Cristina Postigo declara que le gustaría seguir haciendo ciencia, “a poder ser en España”. Entre sus pretensiones está incorporarse al CSIC como científica titular “o al menos obtener un contrato ‘Ramón y Cajal’ que me permita consolidarme como investigadora. La mayor gratificación será el reconocimiento del trabajo realizado”.

No oculta que su día a día es complejo, fundamentalmente por la escasez financiera. “En el campo de la química analítica todo es muy caro, y solo dispongo de 10.000 euros anuales. Esto hace que las repeticiones y pruebas en torno a un experimento sean limitadas. Tampoco me puedo permitir contratar a un técnico o a un estudiante de doctorado. Muchas veces no puedo optar a fondos adicionales por el carácter temporal de mi contrato”.   

Ciencia en España

“Es muy triste y desalentador saber que España es uno de los países de la Unión Europea que dedica menos presupuesto de su PIB a I+D+i (informe COTEC 2019). Ni siquiera el presupuesto reservado se ejecuta en su totalidad”. Cristina Postigo defiende la necesidad de dotar de más recursos y responsabilidades a los investigadores jóvenes. “Necesitamos un plan que nos incorpore al sistema de investigación de manera estable, aunque sea al margen del funcionariado”.

Y es que frente la comodidad de muchos investigadores veteranos, “los jóvenes suelen correr más riesgos y apostar por cosas nuevas. Contribuirían a generar conocimiento innovador. Mayor seguridad les ayudaría a adquirir la madurez e independencia suficientes para ser competitivos en convocatorias europeas.  Se trata de medidas que dotarían de sentido el gasto del país en formación predoctoral”, añade Cristina Postigo.

La investigadora, que cree fervientemente en la colaboración público-privada, opina que la situación puede mejorar una vez la I+D+i se convierta en una prioridad nacional, bajo una mirada que vaya más allá del turismo y la construcción. “Además, conviene promover programas de RSC Empresarial del estilo de ComFuturo para potenciar el mecenazgo del talento investigador y científico con capital privado”.