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El chat GPT y la “sociedad líquida”

chat gpt

Resulta notorio cómo el “descubrimiento” del chat GPT, como elemento de ayuda y falsificación en el mundo estudiantil, ha hecho comprender que esto de la Inteligencia Artificial es una realidad que transforma, por invadirlas, nuestras vidas. Los grandes momentos de la comunicación se producen cuando un hecho sin importancia es capaz de explicar lo que nos costaba comprender y asumir.

A pesar de tener ya una masiva presencia de lo digital en nuestra vida, la comprensión de los cambios es más lenta y por eso nos escandalizamos porque los alumnos utilicen un sistema nuevo para sortear las exigencias de los profesores, cuando en realidad lo que tendríamos que pensar y preguntarnos es por qué los profesores, ahora sorprendidos, no sabían de la existencia de las posibilidades la IA a estas alturas.

Vamos con retraso si pensábamos que la idea del famoso “Rincón del vago” no iba  a replicarse en algo digital que fuera capaz de contestar a casi todas las preguntas que le hagas. Y más cuando con la IA hace años que es capaz de redactar las noticias de Bolsa o incluso crónicas deportivas con bastante solvencia y sin entrar en valoraciones personales. El caso de este programa es fascinante por la ingenuidad en la que vivimos la mayoría de los mortales, mientras que grandes cerebros desarrollan los algoritmos que transforman nuestra vida.  

Nosotros mismos barajamos hace años la posibilidad de tener un ordenador como compañero, pero dado el coste del programa pensamos que era mejor dedicarlo a remunerar el trabajo de cada persona que hace posible todos los días Innovaspain. En cualquier caso, el caso de chat GPT nos ha hecho ver por la vía de la realidad esa “sociedad líquida” que preconizó el gran sociólogo Zygmunt Bauman, entendiendo por tal una sociedad capaz de adaptarse a continuas realidades nuevas por la constante evolución científica.  

Por vía del ejemplo me llamó la atención la buena ocurrencia de Enrique Arribas, presidente de la Asociación de Marketing de España y ex VP Director de Marca y Marketing Corporativo de Banco Santander: la de hacer preguntas al chat GPT. Por ejemplo, a la pregunta sobre generar emociones, la máquina le ha reconocido que “la IA no tiene la capacidad de experimentar emociones humanas como la empatía, lo que es fundamental” para la toma de decisiones en ciertas materias, además de no tener la capacidad para “comprender los matices y complejidades del comportamiento humano y las interacciones sociales”.

Domingo Senise, un especialista en el tema, escribía hace siete años en Innovaspain un  artículo que ya por el título, “Érase una vez en 1954…”, nos indicaba que la IA no es cosa del otro día y de ahí la reflexión sobre cómo la comunicación de ciertos temas merecería una reflexión antes de lanzarla, si es que queremos que se comprenda bien por todo el mundo.

Pero sigamos con las emociones, que es el gran reto. El chat GPT nos informa de cómo está su desarrollo en un tema tan crucial sobre su capacidad de asumir emociones humanas: “en la actualidad -contesta a Enrique Arribas-, los sistemas de inteligencia artificial son capaces de reconocer emociones humanas y de simular algunas expresiones emocionales, pero esto se hace por algoritmos y técnicas de aprendizaje automático que buscan imitar el comportamiento humano”. La pregunta y la discusión, algo más que académica, está en ver quién es capaz de crear el algoritmo que permita salir de las órdenes humanas. No hay consenso entre los especialistas en este caso.

Si tenemos en cuenta que hay más de 40 chats de este tipo en los que se puede entrar con facilidad -o con una cierta facilidad-, esto quiere decir que es verdad que hay indudables posibilidades de que los alumnos copien. Pero más interesante es que los profesores adecúen sus clases a estas realidades.

Tampoco es que siga mucho el tema concreto; sin embargo, la prohibición de usar estos programas me parece algo similar a aquellos “luditas” que iban contra las máquinas porque les iban a quitar los trabajos ya aprendidos. Más que oponerse, hay que inventar nuevas fórmulas que hagan posible que estos desarrollos de Inteligencia Artificial, término que habría que revisar, sirvieran para plantear de otra manera la educación que, como no puede ser de otra manera, también se ve afectada por estos grandes cambios. Todo ello, porque forma parte de esa “sociedad líquida” que adelantó el citado Bauman. Será bueno tenerlo presente para lo importante y no para lo accesorio.

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