Un equipo de investigación internacional liderado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha desarrollado un armario inteligente capaz de medir la memoria de una persona. Utilizando sensores magnéticos en sus puertas, el mueble detectaría desde esas pequeñas pérdidas habituales hasta la evolución de un paciente con alzhéimer. En el futuro se prevé que también será capaz de evaluar emociones o de estados nutricionales.
Los movimientos de apertura y cierre de las puertas están conectados con una placa de procesamiento (Raspberri Pi 3B) y un programa informático mide la manera en la que se llevan a cabo.
“La base para medir la memoria consiste en localizar el hecho de que el usuario abre las puertas de manera muy seguida una detrás de otra porque no encuentra lo que busca”, explica Iván García-Magariño, investigador del departamento de Ingeniería del Software e Inteligencia Artificial de la UCM. El armario mide el porcentaje de veces que le ocurre esto al usuario y así estima su capacidad de memoria.
De esta manera, el armario podría detectar pérdidas de memoria inusuales o medir la evolución de la memoria de una persona con la enfermedad de Alzheimer, destaca el experto. Según la Sociedad Española de Neurología, cada año se diagnostican más de 40.000 casos de este transtorno al año. Sin embargo, muchos pasan desapercibidos porque no se presta atención a síntomas como el de ir a buscar algo al armario y no recordar qué era.
Otras aplicaciones futuras
El equipo que trabaja en esta investigación tiene previsto desarrollar otras aplicaciones, como conseguir que el armario mida las emociones. “En concreto, estamos pensando en que detecte depresiones y ya hemos realizado distintas pruebas en este sentido”, afirma García-Magariño en declaraciones a Innovaspain.
Como explica el investigador de la UCM, hay estudios que demuestran que cierto tipos de alimentos (como el chocolate o patatas fritas, por ejemplo) se toman más a menudo cuando una persona sufre depresión o tiene estrés. Todos ellos se colocarían en un departamento distinto al que albergaría los productos saludables. “Se mediría qué proporción de veces se abre cada compartimento y, en función de eso, se podría determinar el estado de ánimo de una persona”, añade.
Esta vertiente también podría tener aplicaciones para personas que realizan dietas para pérdida de peso. “El plan es comercializar el producto cuando todas las funcionalidades en su conjunto sean lo suficiente valiosas como para que los potenciales clientes estén dispuestos a comprarlo”, afirma.
Metodología
Para validar estos dispositivos se realizaron pruebas en 23 sujetos de un rango de edad entre 18 y 60 años a los que se les pidió recordar dónde estaba situada una veintena de objetos que habían visto previamente en tres compartimentos del armario.
Junto a esta actividad, se llevó a cabo un test de caras y nombres validado internacionalmente. “La correlación entre las medidas de nuestro armario y las medidas del test validado eran estadísticamente significativos. Por tanto, concluimos que nuestro armario era capaz de memoria de acuerdo con los experimentos realizados”, asegura el experto de la UCM.
Además de la UCM, en el desarrollo de este armario participan la Universidad de Zaragoza, la Universidad de Harvard, el Hospital General de Massachusetts y la empresa aragonesa Edison Desarrollos.