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Agustí Fonts, coordinador de Valorización y Proyectos Estratégicos del IRTA

Agustí Fonts IRTA

Ingeniero agrónomo por la Universidad Politécnica de Valencia, Máster en Proyectos y Desarrollo por la Escuela Superior de Agricultura de Montpellier (Francia) y titulado en Alta Dirección de Empresas por ESADE, Agustí Fonts trabajó durante diez años en la Oficina Europea de Patentes (EPO) en La Haya (Holanda), en el ámbito de las invenciones relacionadas con ciencias de la vida. Desde 2001 ha ocupado varios cargos de responsabilidad en el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (Institute of Agrifood Research and Technology). Actualmente es coordinador de Valorización y Proyectos Estratégicos en el IRTA, entre los cuales impulsa aquellos relacionados con la digitalización de las actividades en toda la cadena alimentaria (dentro y fuera del instituto). Además, trabajó durante tres años en Guinea Ecuatorial impulsando el emprendimiento local en el ámbito rural. En la actualidad coordina una comunidad de innovación (INNOAPAT).

1. A lo largo de su trayectoria profesional, ¿qué decisión ha tomado que haya tenido como consecuencia un mayor grado de innovación?

La creación de la Comunidad de Innovación INNOAPAT, financiada por el programa RIS3CAT del Gobierno de la Generalitat de Cataluña, que agrupa a más de 50 empresas y varias universidades, centros de investigación y centros tecnológicos con la finalidad de obtener tanto fondos públicos como privados para resolver retos que las industrias del sector de la agroalimentación se plantean a través de una doble componente de investigación aplicada e innovación. El programa RIS3CAT dotó un plan de actuación a 3 años por valor de más de 12 millones de euros, de los cuales las empresas cofinancian, de media, más de un 65 %.

2. ¿Cuáles son las claves para culminar con éxito un proceso innovador?

En el sector agroalimentario en el que nos movemos, en mi opinión, las claves del éxito están en identificar una necesidad a cubrir que sea lo suficientemente interesante para que el beneficiario de la innovación esté dispuesto a pagar por ella. 

Se tacha muchas veces de conservador al sector de la producción primaria por presentar una gran resistencia al cambio, pero también es cierto que muchas de las innovaciones que se les presentan no resuelven necesidades efectivas o lo hacen a un coste inasumible. Sí que es cierto que el sector productivo ha dedicado históricamente un esfuerzo relativamente pequeño al capítulo de la innovación. Lejos estamos en Cataluña y en España de las prácticas que se llevan a cabo en la mayoría de países europeos y en Estados Unidos (por citar solamente unos cuantos), donde los agricultores y ganaderos se ponen de acuerdo para que una parte de lo que ingresan por la venta de sus productos vaya a un fondo (regional o nacional), que se destina a impulsar la investigación e innovación en aquellos temas que les afectan directamente. En estos países, los agricultores y ganaderos están más predispuestos a adoptar los resultados de la innovación, pues han sido ellos mismos quienes han contribuido a financiarla.

3. Tres consejos para quienes estén dispuestos a abordar cambios, acciones o procesos innovadores en su empresa o entorno

Primero, abre tu mente a la gestión del riesgo. Desde el IRTA hemos impulsado en la Comunidad INNOAPAT que empresas consolidadas se pongan en contacto con startups que estén ofreciendo alguna solución innovadora directamente aplicable en algún punto de su cadena de valor, y hemos visto lo difícil que es que se produzca un encuentro entre ambos. Las corporate (que así llamamos a las empresas consolidadas de un sector determinado) nos dicen que cómo se van a reunir con un joven que hoy está aquí pero que quizás dentro de 3 meses ya no esté, y que esto les parece una pérdida de tiempo. Hemos detectado una gran aversión al riesgo en las empresas de nuestro sector, muy ocupadas en resolver los problemas del día a día y con poco tiempo para dedicarse a actividades de riesgo, de las cuales, quizás, saldría una oportunidad muy buena, o quizás no saldría nada.

Segundo, ábrete a la colaboración con terceros. Dicho de otro modo, atrévete a implantar en tu empresa un proceso real de open innovation. No intentes hacerlo todo tú mismo y para ti mismo. En un mundo complejo como el que vivimos, en el que la solución nos vendrá muchas veces de la aplicación de tecnologías emergentes potentísimas de las que no tenemos expertos en nuestra empresa, una de las claves del éxito a las que antes hacíamos referencia es, en mi opinión, la capacidad que tengamos de abrirnos a colaborar, no sólo con los que no representan un riesgo de competencia, sino también con aquellos que tienen el mismo problema que nosotros ¡y que pueden ser competidores nuestros!

Tercero, pon al consumidor en el centro de tu innovación. Esta recomendación es muy potente y mucho menos teórica de lo que pueda parecer. Venimos de un sistema alimentario en el que el consumidor ha estado siempre AL FINAL de la cadena. Esto se está acabando. El consumidor quiere conocer qué está pasando en el campo o en la granja, quién interviene en los estados intermedios, qué sensibilidad tienen todos los actores que participan en el proceso respecto al medio ambiente, el empleo justo, etc. Y hay herramientas de trazabilidad como las que nos ofrece la tecnología blockchain que hacen posible que toda esta información llegue al consumidor. Haciéndolo así, estamos poniendo al consumidor no al final sino en el CENTRO de la cadena, que es done él reclama estar.

4. ¿Cuál es, a su juicio, la mayor innovación que ha tenido lugar en los últimos 50 años en todos los ámbitos?

Quizás sea la democratización de las tecnologías DLT (Distributed Ledger Tecnology), que es la base sobre la que se han construido las criptomonedas, pero que ahora ya sabemos que va a tener un efecto importante en muchos ámbitos de nuestra vida, tanto en el hogar como en la industria, en la Administración, etc. Lo que muchos llaman blockchain es una innovación que tiene el potencial de cambiar muchos de los oficios que hoy nos parecen intocables (notarios, gestores bancarios, gestores de recursos humanos, agentes de aduanas, agentes de patentes, asesores agrarios, técnicos de seguros, etc.) y que, por lo tanto, forjará un modelo distinto de sociedad en un futuro muy próximo.