2020: el año en el que el turismo sostenible se volvió una necesidad

María Jesús Such Devesa y Patricia Aranda Cuéllar, de la Universidad de Alcalá, reflexionan sobre turismo rural, sostenibilidad y teletrabajo.
turismo sostenible

2020 será recordado, entre otras cosas, por ser el año en que el turismo se hundió en una crisis sin precedentes debido a la pandemia de coronavirus pero también el año en que el sector volvió a construir unos cimientos más sostenibles.

María Jesús Such Devesa, profesora de Economía Aplicada de la Universidad de Alcalá, y Patricia Aranda Cuéllar, investigadora vinculada al Departamento de Economía de la misma universidad reflexionan en esta entrevista sobre algunos temas que se han vuelto cruciales para el sector.

¿Cree que la pandemia ayude a hacer frente al turismo masivo?

La preocupación existente por el turismo masivo y su gestión ha dado paso al reto de la sostenibilidad turística como una necesidad más que como una opción, ya que se hace preciso ofrecer ciertas garantías por parte de los destinos para que esta reanudación del turismo sea segura para visitantes y residentes.

Esta caída en las tasas de crecimiento abre puertas a la adopción de innovaciones que permitan el desarrollo de una actividad turística en niveles más sostenibles tanto para las personas, como para el planeta.

Es probable que el concepto de “destino masificado” que teníamos en la etapa previa a la pandemia se haya visto modificado, haciendo que las alarmas salten con niveles inferiores de concentración de personas. No obstante, el problema de la masificación ha seguido existiendo durante este pasado verano en algunos destinos sin generar el rechazo esperado en los turistas. Aún es pronto para saber si la pandemia ha tenido algún efecto real en las preferencias de la demanda, como cabría esperar.

¿Creen que ha empezado la era del turismo rural? 

Es una gran oportunidad para los productos que se ofrecen desde entornos menos congestionados y más próximos al domicilio habitual del turista, pero no tiene que tratarse exclusivamente de turismo rural. Es cierto que las estancias en este tipo de alojamientos por parte de turistas nacionales subieron un 18,7% en el mes de julio de 2020 según el INE, pero esta coyuntura es una nueva oportunidad para profundizar en la diversificación de la oferta, tanto en destino como en producto.

Por otra parte, el turismo urbano es una oportunidad para destinos cuya demanda está muy concentrada en determinadas etapas del año, pero son capaces de ofrecer cierto aislamiento en temporada baja.

¿Qué nuevos hábitos han empezado a implementar los viajeros que antes no tenían?

Lo más notable, quizás, haya sido el menor uso del transporte colectivo y una clara preferencia por lugares en los que hay menor concentración de personas. Ambas características tienen traducción directa en una mayor vulnerabilidad para los destinos urbanos frente a los rurales, que tienen más capacidad para dar respuesta a este cambio de hábitos, que aún no sabemos si es momentáneo o permanecerá.

Además, también se ha visto una clara preferencia por viajes de proximidad frente a los destinos más lejanos, que habían ganado importancia en el mercado emisor español en los últimos años. Pese a que el turismo doméstico en España siempre ha sido vital, este se ha puesto aún más de manifiesto y se ha observado un ascenso en los desplazamientos a destinos turísticos cercanos a los grandes núcleos urbanos.

¿Creen que plataformas como Airbnb saldrán ganadoras?

El éxito de las economías de plataforma reside, sin duda, en su capacidad de adaptación. En el caso de Airbnb, el modelo de negocio se ha acomodado bien a las circunstancias cambiantes. La oferta en grandes ciudades se ha trasvasado, en gran parte, a los alquileres residenciales, mientras que se han generado nuevas oportunidades de negocio con oferentes distintos. 

Como ejemplo de capacidad adaptativa, en el tercer trimestre de 2020, las reservas a través de la plataforma Airbnb comenzaron a recuperarse en Estados Unidos, gracias sobre todo a las estancias de muchos estadounidenses en casas rurales cercanas a sus domicilios durante las vacaciones. Asimismo, según el informe 'Mercado del alquiler en España 2020', elaborado por Servihabitat, en septiembre de 2020, la oferta de pisos en renta se incrementó un 53% con respecto al mismo mes del año pasado, siendo Airbnb también protagonista de ofertas de alojamiento de larga duración.

¿Hace falta que la Administración genere opciones más sostenibles?

Esta crisis está exigiendo una respuesta diferente a lo sucedido en episodios anteriores y, probablemente por la naturaleza tan global y simultánea de la misma, está necesitando de más políticas públicas. Ya hay movimientos para abaratar el transporte ferroviario de viajeros, lo que en España pasa por nuevos operadores de líneas estratégicas como Madrid-Barcelona o Madrid-Sevilla.

¿Creen que el teletrabajo puede ayudar a atraer cierto tipo de turistas y ayudar en la recuperación económica del país?

Desde un abordaje español del asunto y pensando especialmente en la llamada “España vaciada”, diría que hay una reflexión pendiente que tiene que ver con la transición del turismo residencial hacia la migración, de la mano de la generalización del teletrabajo. Se percibe como una oportunidad para municipios en riesgo de despoblación pero innovadores que pueden apostar por la innovación turística como tractora de transformaciones necesarias.

El impulso a la innovación en turismo sería también una estrategia competitiva para evitar la despoblación estacional característica de algunas zonas turísticas, aprovechando el cambio en los patrones de movilidad y residencia, derivado del avance del teletrabajo durante la pandemia, difuminando aún más los límites entre turismo residencial y migración.

Las actividades económicas, entre las que se incluye el turismo, han de guiarse por criterios de sostenibilidad y resiliencia tanto para las personas como para el planeta. Por ende, en plena crisis COVID-19, cabe preguntarse si todos y cada uno de los agentes implicados esperan volver al escenario turístico previo a la pandemia.

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