Wearables, cuestionarios e inteligencia artificial. Juntas, estas tres herramientas pueden dar la clave para acabar, o al menos paliar, la vulnerabilidad y la ansiedad en los pacientes oncológicos de la tercera edad. Así lo cree un equipo de investigación del Instituto Itaca (perteneciente a la UPV), de ahí que hayan realizado un estudio combinando las tres para saber, primero, qué es lo que les lleva a esa situación, más allá de la enfermedad; y segundo, como prevenirlo.
«En nuestro estudio —Zoe Valero, investigadora del grupo Sabien-Itaca y autora principal del estudio— analizamos los desafíos que enfrentan las personas mayores que han superado un cáncer. Descubrimos que, además de su enfermedad, deben lidiar con problemas propios de la edad, como la fragilidad y el impacto emocional que todo esto conlleva, complicando su recuperación. Para entender mejor estos factores, utilizamos dispositivos como pulseras de actividad, los wearables, y básculas inteligentes, registrando datos sobre sueño y ejercicio, además de cuestionarios sobre ansiedad y vulnerabilidad», resume.
Así, identificaron que los riesgos no son estáticos, sino que cambian con el tiempo. Además, «entre las conclusiones más importantes encontramos que los patrones de sueño irregulares estaban relacionados con un aumento del riesgo de ansiedad, y la falta de ejercicio, con un aumento de la vulnerabilidad».
Pero ¿qué aporta este trabajo con wearables? Para Valero, es una nueva forma de cuidar a los pacientes mayores que han superado un cáncer. Y es que, hasta ahora, los médicos sólo contaban con una foto fija del estado del paciente basada en las revisiones periódicas. Y cierto es que el tamaño de la muestra y la duración del estudio representan limitaciones; sin embargo, estos resultados «sientan una base sólida para futuras investigaciones en monitorización remota de la salud».
Factores de riesgo no estáticos
Sin embargo, con el uso de dispositivos wearables y cuestionarios, ahora es posible tener información dinámica y continua sobre su evolución. «Esto permite ajustar los tratamientos y las visitas según las necesidades reales de cada paciente, en lugar de depender sólo de unas citas programadas», razona la investigadora.
Para ello, utilizaron dispositivos como el Fitbit Charge 4 y la báscula inteligente Withings Body+, que registraron datos objetivos de actividad y sueño. A su vez, los cuestionarios permitieron evaluar la ansiedad y la vulnerabilidad reportada por cada paciente. Un enfoque que les ha permitido demostrar que los factores de riesgo no son estáticos, sino que evolucionan con el tiempo.
Por ejemplo, en cuanto a la inestabilidad en los ciclos de sueño que afectó negativamente el bienestar emocional de los pacientes, se podría, por ejemplo, empezar a monitorizar el sueño, como otro wearable, que de este modo desempeñaría un papel clave en su atención psicológica
«Creemos que este enfoque no sólo mejorará la atención médica, sino que también tendrá un impacto directo en el bienestar de estas personas, ayudándolas a llevar una vida más saludable y adaptada a sus circunstancias», considera Valero.
Asimismo, desde el Instituto Itaca adelantan que la metodología utilizada es adaptable y replicable en distintos contextos. Por ello, su aplicación en otras enfermedades crónicas, como la diabetes o las cardiopatías, podría facilitar intervenciones personalizadas y mejorar los resultados clínicos.