El ecosistema tecnológico español sigue ganando tracción en Europa. Esta es una de las conclusiones del Spain Tech Ecosystem Report 2025 -elaborado por Dealroom.co en colaboración con Enisa y otras organizaciones- que constata que el valor total de las startups españolas ha superado por primera vez los 110.000 millones de euros, lo que duplica su tamaño desde 2020.
Según el informe, en 2024, las startups españolas levantaron 1.900 millones de euros en venture capital, en un contexto de caída en la inversión a escala global. Esta cifra coloca al mercado español como el séptimo de Europa. Unas cifras que, en los seis primeros meses de lo que va de 2025 ya han sido superados. En la primera mitad del año, la inversión en startups españolas asciende a 1.950 millones.
Asimismo, durante el pasado ejercicio se firmaron 672 operaciones. Un volumen importante que coloca a España como la cuarta plaza europea en estos registros. En lo que respecta a la valoración de las rondas, el grueso se concentró en operaciones de entre 15 y 100 millones de euros. La inversión en rondas más grandes (superiores a los 100 millones de euros) sigue siendo la asignatura pendiente, representando únicamente un 32% del total de inversión en venture capital, sensiblemente inferior a los principales ecosistemas europeos.
Según explica a Inovaspain Borja Cabezón, CEO de Enisa, “los buenos datos de este nuevo informe muestran el resultado del trabajo conjunto y sostenido en el tiempo entre las instituciones públicas y privadas y, sobre todo, entre quienes cada día generan, con su emprendimiento innovador, un país cada vez más competitivo". "Que España duplique el valor de nuestro ecosistema startup desde 2020 y cuente con un 2025 récord en inversión refleja un mercado maduro y en crecimiento y Enisa es promotora directa de esta buena dirección. Sin el impulso del dinero público este mapa no sería el mismo”, añade.
IA y climate tech lideran el futuro
IA y climate tech lideran con claridad la captación de capital en 2024 y se consolidan como las principales apuestas del ecosistema inversor, ambas por encima de los 300 millones captados durante el pasado ejercicio. A ellos le seguirían online travel, con 209 millones, y payments, con 208 millones.
En concreto, la inteligencia artificial ha atraído más de 2.000 millones de euros desde 2020, situando a España como el quinto país europeo por volumen de inversión en esta vertical. Le sigue el climate tech como uno de los segmentos más dinámicos, reflejando una fuerte alineación del emprendimiento español con las transiciones tecnológicas y sostenibles a escala global.
Para el CEO de Enisa “la consolidación de España como el quinto hub europeo en inversión en IA nos coloca a la vanguardia del grupo de países visionarios que acogieron de forma natural tecnologías como esta, que están revolucionando no solo el mundo empresarial, sino también la sociedad".
Y "aunque es necesario trabajar en un buen marco normativo que respete al máximo los derechos humanos, a través de la ética digital, es indudable que el modelo productivo y los beneficios de la inteligencia artificial generan un mundo de oportunidades para el emprendimiento y la ciudadanía”, explica Borja Cabezón.
"Hacia una industria más desarrollada y un país más competitivo"
Respecto al climate tech, el responsable de la Empresa Nacional de Innovación, constata que se trata de un sector de gran crecimiento. y "el mundo emprendedor ha sabido detectar su papel preponderante para aportar soluciones y tecnologías que den respuesta a retos tales como la creciente contaminación y neutralidad climática". "Este nicho de mercado está impactando de forma directa en la creación y atracción de empleo y talento de alta cualificación, en el desarrollo de la industria, y en nuestra competitividad como país"
El venture debt alcanzó los 2.300 millones de euros en 2024, y se afianza como una vía clave de crecimiento para las startups en etapas más avanzadas. Al mismo tiempo, la inversión corporativa ha marcado un nuevo récord al estar presente en casi el 20% de todas las rondas de financiación. Esta creciente implicación de grandes empresas refleja una mayor integración entre innovación y tejido empresarial.
Por su parte, las y los inversores internacionales continúan desempeñando un papel esencial en todas las fases del ciclo inversor, aportando cada vez más capital, así como experiencia y proyección global a los proyectos locales. Esta tendencia es testimonio del creciente atractivo del ecosistema español para la inversión internacional.
Perfil del emprendedor: más formación y con más experiencia internacional
Más de la mitad de quienes fundan startups de éxito son personas emprendedoras en serie. Una nueva ola que muestra signos de maduración del sector al replicar experiencias de otros mercados más maduros que está empezando a cerrar el círculo, invirtiendo en nuevas compañías o creando sus propios fondos y aceleradoras, multiplicando así el efecto red en el ecosistema.
Las trayectorias profesionales previas de estas personas también explican parte del dinamismo del ecosistema. Muchas han pasado por firmas como McKinsey, BCG o Bain, o por startups españolas como Tuenti, Carto o Geoblink, que se consolidan como grandes escuelas de talento emprendedor. Estas experiencias han contribuido a crear una generación de líderes con visión global y capacidad operativa.
Otro dato destacable es que el talento emprendedor en España está más preparado y conectado que nunca. Más del 80% de quienes han fundado startups españolas tienen formación de posgrado o superior, siendo instituciones como la Universidad Politécnica de Cataluña, Universidad Politécnica de Madrid y ESADE algunas de las principales canteras de talento. Además, cerca del 60% cuentan con formación en negocios o economía, mientras que un 23% procede del ámbito de la ingeniería o las ciencias de la computación, muchas de ellas con formación híbrida en ambas disciplinas.
Por último, el perfil demográfico dominante muestra que la mayoría de las y los fundadores tenían entre 31 y 42 años al iniciar su startup, aunque también se han identificado casos exitosos fundados por personas de apenas 20 años, como Fever, Sanifit o Social Point. "Esta diversidad de edades, junto con la creciente sofisticación del talento, apunta a un ecosistema cada vez más maduro y profesionalizado".