Tras meses desde su anuncio, el Ayuntamiento de Valencia por fin ha lanzado su Sandbox Urbano, un «laboratorio vivo», con el que quieren que empresas innovadoras e investigadores prueben sus proyectos en plena ciudad. Lanzado desde Valencia Innovation Capital y la Estrategia Urbana Valencia 2030, el proyecto servirá, sobre todo, como «un instrumento para la experimentación».
La Harinera fue el lugar donde se acogió su lanzamiento la pasada semana, con once proyectos innovadores de institutos tecnológicos ya dispuestos a probar sus soluciones. «Tú pones la idea, aquí tienes la ciudad», reza el lema de la iniciativa, una enfoque único para trasladar innovaciones directamente desde el laboratorio a la vida cotidiana, mejorando de paso «los servicios públicos, fomentando la transición verde y digital, y resolviendo los retos estratégicos de las ciudades modernas».
Paula Llobet, concejala de Turismo, Innovación y Captación de Inversiones, indicó en la presentación que la innovación en Valencia tiene un propósito: «Mejorar la vida de las personas y atraer inversiones tecnológicas e innovadoras que creen desarrollo económico y empleo de calidad. El Sandbox Urbano va a ser una herramienta clave para resolver en gran desafío que estamos viviendo en estos momentos que es la reactivación económica y la reconstrucción de las zonas afectadas por la dana en la ciudad y en el área metropolitana».
Además, declaró que, con este proyecto, la ciudad se convertirá en el «mayor escenario de pruebas de innovación de Europa». Según ella, pretenden "atraer talento, generar sinergias y apoyar a las empresas locales e internacionales para que lleven sus ideas del laboratorio a la realidad urbana».
En definitiva, que el lanzamiento del Sandbox Urbano colocará, bajo su punto de vista, a la ciudad «como un polo de atracción para empresas y proyectos internacionales. La constante actualización de los recursos del laboratorio vivo y el enfoque en la colaboración público-privada aseguran que Valencia será un espacio dinámico y en constante evolución para la innovación»
«Burocracia reducida»
Entre los once proyectos presentados al Sandbox Urbano se encuentra Aidimme, para recubrimientos que mitigan el efecto isla de calor, junto a soluciones como SmartChair y Facons para movilidad y edificación autónoma. Y Aiju, que apuesta por la seguridad infantil con superficies sintéticas en áreas de juego, mientras que Aimplas presenta Innorap, un sistema pionero para gestionar residuos textiles y redes de pesca.
Por otro lado, Ania cuenta con MixMatters, un proyecto europeo que transforma residuos mixtos en recursos valiosos, y Aitex con Hor-Eco, centrado en el reciclaje de alto valor para el sector Horeca. El IBV, por su parte, tiene el proyecto HER, un laboratorio de realidad virtual para estudiar la movilidad urbana, e Inescop tiene tecnologías que convierten residuos de calzado en mobiliario urbano sostenible.
Por otro lado, ITC presenta su proyecto Drainker, un pavimento cerámico permeable para gestionar agua de lluvia, e ITE su proyecto Turbines, que genera energía hidroeléctrica a partir de redes de agua urbanas. Por último, Itene quiere probar sensores IoT para optimizar rutas de recogida de residuos y reducir emisiones, e ITI pretende hacer lo mismo con Geoia, que aplica GeoInteligencia Artificial para resolver problemas urbanos.
«A todo esto se suma que el Sandbox Urbano es una herramienta de acceso sencillo y con una burocracia reducida, diseñada para eliminar barreras y maximizar la eficiencia. Esto agiliza los procesos de tramitación, permitiendo que las pruebas puedan comenzar en un plazo de menos de tres meses. Además, permite una bonificación del 100% en tasas de ocupación pública», según Llobet.