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Recuperar el jabón de Alepo, símbolo de esperanza para refugiados sirios

Gonzalo Barroso

La marca de cosmética Letizia Buzón es la primera empresa española que se instala en la frontera turco-siria

jabon Alepo refugiados

Ilhas, doctora y madre de 4 hijos, era la directora de un hospital en Siria que fue bombardeado. Por eso, ella y su familia tuvieron que recorrer camino del exilio los 50 km que les separaban de Turquía, su nuevo destino como refugiados. En total, tres días de travesía con unas posibilidades de retorno lejanas y cuanto menos inciertas. Ahora, y a pesar de haber cambiado su casa con jardín por un pequeño piso de apenas 20 metros cuadrados en Turquía, Ilhas y su familia pueden ver un futuro. Su marido Ali ha participado en el diseño de la marca de jabón de Alepo Letizia Buzón.

Esta es solo la historia de una de las millones de familias refugiadas que ha dejado el conflicto sirio. La mayoría se fueron rumbo a Turquía y en ese país hay más de 4 millones de personas que huyeron de la guerra y buscan un futuro. Solamente en la región fronteriza entre ambos países viven millón y medio. Por eso, con el objetivo de ayudar a los refugiados sirios “a mantener su conocimiento y experiencia profesional a través de su trabajo y que así puedan depender exclusivamente de ellos mismos" se ha instalado allí, en la localidad de Gaziantep, la marca de cosméticos Letizia Buzón. "Intentamos que, a través de su trabajo, se integren socialmente en el país que les acoge. Queremos que recuperen su vida e ilusión” ha explicado la empresaria que da nombre a la compañía.

Así, Letizia Buzón, ha abierto la primera empresa española en la frontera turco-siria. Dedicada a la elaboración artesanal del tradicional jabón de Alepo, emplea a 50 personas, todas ellas refugiadas del conflicto sirio, “aunque nuestro objetivo es la contratación de 400 en siete plantas”, ha reconocido. Bajo la filosofía de “contar con el talento de los refugiados durante todo el proceso de desarrollo del producto”, son ellos los encargados no sólo de fabricar el jabón sino del resto de labores como el marketing o el diseño de la imagen de marca.

“Son personas que vienen con sus sueños rotos, con sus vidas perdidas por una guerra que no entienden” y ahora “han recuperado su dignidad y su ilusión”, ha resaltado Buzón. Por eso, el fin último es “generar riqueza, ingresos y así crear también oportunidades para otros refugiados. Y, por supuesto, cuando la guerra acabe, regresar a Alepo y ayudarles a reconstruir su vida y su país”. De hecho uno de los maestros jaboneros empleados por la empresaria española ya ha reabierto su fábrica de jabón en Alepo.

La compañía española garantiza que cada empleado tenga un contrato laboral legal acorde a su puesto de trabajo, con un salario medio mensual de 3.000 liras turcas (unos 600 euros), lo que supone un 50% más que el Salario Mínimo Interprofesional en Turquía y unas condiciones apropiadas de seguridad laboral.

4 MILLONES DE REFUGIADOS EN TURQUÍA

Desde que comenzara hace casi 8 años, la guerra de Siria ha dejado cerca de 6 millones de refugiados de los que la gran mayoría, en torno a cuatro millones según cifras oficiales, viven en Turquía. El gobierno de Ankara ha invertido “más de 11,4 billones de dólares en políticas sociales para el 94% de la población siria que reside fuera de los campos de refugiados”. Sin embargo, no tiene capacidad por sí solo de alcanzar todas las necesidades de la población refugiada. Se necesitan proyectos empresariales, de desarrollo e integración de una población en un país de acogida en el que permanecerán, en su mayoría, durante mucho tiempo”, ha asegurado Hakan Bilgin, presidente de Médicos del Mundo en Turquía.

“Es la crisis más importante desde la II Guerra Mundial” y eso, ha incidido, conlleva que “el impacto en la sociedad es muy grande, tanto por el país que acoge como por parte del que llega”. En opinión de Bilgin, “hay muchas cosas que se pueden hacer para ayudar a esta gente, no se puede pensar que un sólo estado puede ayudar y hacer todo lo que necesitan”. Se trata, en definitiva, de “dar un poco más de esperanza. Porque son personas preparadas y esta gente necesita oportunidades”. Por eso ha valorado la iniciativa de Letizia Buzón quien también ha anunciado que de cada pastilla de jabón de Alepo que se venda se destinará un euro a Médicos del Mundo en Turquía.

PROPIEDADES DERMATOLÓGICAS

Gran desconocido para occidente, el jabón de Alepo es un “tesoro de la humanidad” cuyos orígenes se remontan a la antigua Babilonia y que es necesario recuperar porque representa “el olor de un país, de una cultura, de una historia”, ha resaltado Letizia Buzón.

El producto se elabora de forma artesanal, por lo que el resultado es un jabón hecho a base de aceite de laurel y aceite de oliva. Supone, en definitiva, una apuesta por la cosmética natural y que tiene grandes propiedades dermatológicas. Así lo ha certificado el doctor Vicent Alonso, jefe de Dermatología del Hospital 9 de Octubre de Valencia, para quien el jabón de Alepo no sólo es útil en la higiene diaria. También “puede ser un activo complementario al tratamiento de muchas afecciones” como el acné, las dermatitis, los eccemas o la psoriasis.