«La profesión se ha puesto muy cuesta arriba. Al igual que disminuyen las cabezas de ganado y animales como la cabra malagueña están en peligro de extinción, cada vez hay menos pastores». Así lo asegura Alejandro Gallego, de la Asociación Pastores por el Monte Mediterráneo y coordinador del Proyecto Madre - Sierra de las Nieves. Una iniciativa que ha luchado para unificar la oferta de todo lo que sale de esta comarca, apostando por el desarrollo rural, local y económico de la zona.
Todo surgió en una reunión en mayo de 2022, donde se llevaron a cabo diferentes mesas de trabajo para hacer un diagnóstico de la ganadería, viendo los problemas a los que se enfrentaban, la subida en los precios del insumo, etcétera. De ahí salieron diferentes líneas de actuación y una idea en común bajo el Proyecto Madre, que se integró en la convocatoria del Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico con el apoyo de los municipios del Parque Nacional Sierra de las Nieves, en Málaga.
Básicamente, son tres los objetivos del Proyecto Madre: fomentar el asociacionismo, dinamizar económicamente la zona y sensibilizar a escolares y la población en general sobre esta problemática; esto es, impulsar el sector agroalimentario, frenar la despoblación y despertar la vocación en los más jóvenes.
Pastores sin tiempo
«En el medio rural tenemos una dificultad en el tema del asociacionismo, y es que no hay tiempo», asegura Gallego. «La vida del ganadero es muy sacrificada, los animales están desde temprano reivindicando su alimento, hay que sacarlos a pastar, ordeñar. Todos los días del año y sin posibilidad para salir a organizar tu sector ni manifestarse».
Por ello, se realizó un acompañamiento para promocionar la Asociación Empresarial Sierra de las Nieves —ya existente—, también para la creación de la Asociación Obrador Comunitario Sierra de las Nieves y, por último, realizaron un inventario de productores locales, consumidores, entidades públicas y privadas. Este último, un hecho clave: no se hacía un inventario desde 2011 y, de este modo, podrían ayudar al segundo punto de Proyecto Madre, la dinamización de la economía.
«Ahora se pueden encontrar pastores, productores y artesanos para organizar la venta de sus productos, que era uno de los hándicaps de la zona: no había un diagnostico claro sobre cómo se podía sacar adelante, hacer una foto del territorio», explica. Así, en ese plan de fomentar el asociacionismo había una asociación de empresarios y plantearon darle cobertura para que pudiera crecer y darle mayor facilidad. Intentar dar apoyo, formación y asesoramiento.
Con todo este trabajo consiguieron un acuerdo de colaboración con a Asociación de Empresarios Formalización de la Asociación Obrador Comunitario Sierra de las Nieves. Además, presentaron el Proyecto Madre en siete municipios y realizaron en tres jornadas formativas. Todo ello, sin contar con el potente catálogo de la zona: una base de datos con más de 400 contactos actualizados sobre productores locales, consumidores, entidades públicas y privadas.
La posibilidad de abrir las mentes
Así, en cuanto al segundo punto, el de la dinamización de la economía, realizaron una oferta de cursos y asesoramiento, diseño de actividades agroturísticas, promoción de productos locales y una encuesta donde conocieron las necesidades formativas de los pastores. «La idea era tener la posibilidad de abrir las mentes», recuerda Gallego sobre esta parte de Proyecto Madre.
La parte del agroturismo tuvo mucha importancia. Hace unos 20 años, montaron en la Sierra de Segura una «aventura» con trashumantes donde, con personas que querían conocer el medio rural de otra manera, acompañaron a los pastores durante su viaje a los valles. Con varios beneficios: mejoraron la renta del pastor, que de este modo vio que con este tipo de actividades tenían más ingresos, y que la gente viera la importancia de la ganadería y los bien que le viene al medio ambiente gracias a la limpieza de las montes públicos o la prevención de incendios.
«Ahora, muchos se han interesado sobre el agroturismo: dos ya lo han iniciado, y gente relacionada con el medio rural, como los apicultores, también han comenzado estos procesos. O una hortelana que elabora productos artesanos enseña cómo es su huerto y cómo saca esos productos tan buenos», cuenta.
Y destaca, de nuevo, el catálogo que permite ampliar el horizonte de venta de los productos típicos de la zona: «Hay que ahondar en ello, en ese catálogo de productos de Sierra de las Nieves, organizado por municipios y todo ordenado por pastores y artesanos. Si queremos vender esta idea —continúa—, la de que el malagueño muchas veces no sabe lo que tiene en su propia provincia, conseguiremos algo. Y dejar claro que el agro ha sido fundamental para configurar el paisaje de parques naturales, conservándolo. Comprando estos productos, aseguran la conservación del medioambiente. Y los pastores no pueden sobrevivir sin esto».
Hoteles, restaurantes, hospitales o comedores sociales ya cuentan con estos productos para sus menús, incentivando un desarrollo del medio rural a gran escala.
La joya del proyecto
La joya del Proyecto Madre fue, sin duda, una jornada dedicada a los pequeños mataderos. Tuvo un gran impacto en Málaga y el resto de Andalucía, ya que abordaba un gran problema con el que se encuentra el mundo ganadero: la falta de mataderos industriales para abordar el sacrificio de pequeños rumiantes, como ovejas y cabras. En Sierra de las Nieves este problema es especialmente sangrante.
«Animales así, de poco tamaño y edad, se tienen que ir a Sevilla, con lo que afecta al bienestar animal. A mucha gente le puede parecer raro que se hable de bienestar al lado de mataderos, pero no es lo mismo que animal tenga que sufrir haciéndose kilómetros que tenerlo cerca de casa», apunta Gallego.
Además, apunta que la cabra malagueña necesita de un alto grado de calidad en su tratamiento. Y hablaron con la Diputación de Málaga: «la Diputación es quien gestiona la marca ‘Sabor a Málaga’ y planteamos la necesidad de un matadero en la provincia, porque si no, nuestra carne autóctona no podía ser, digamos, de Málaga».
Al final, el Proyecto Madre impulsó esta jornada para dar a conocer el problema y ver qué soluciones podría haber. Fue un éxito brutal, como subraya su coordinador. «Hablamos sobre la necesidad, por ejemplo, de mataderos móviles, camiones que funcionan como alternativa perfecta para explotaciones que no se lo pueden permitir, como ya se hace en Cataluña —de hecho, pastores de allí vinieron al seminario—, lo que permite que haya kilómetro cero, comercio de proximidad, que al matar el animal restaurantes y tiendas tengan todo a mano. Que lo que se produzca aquí, se quede aquí, mejorando la venta, las ganancias de los productos y controlando su negocio, el sacrificio de sus reses, etcétera».
A estas jornadas también acudió un veterinario de Salud Animal de la Junta de Andalucía, de la Agencia Estatal Alimentaria, los pastores y veterinarios de Cataluña… Al final, vieron que en Málaga podía haber un cambio, que era posible también impulsarlo en las demás comunidades autónomas.
Combatir la falta de relevo
El tercer punto, el de la sensibilización de escolares y población general, ha estado presente en los dos anteriores, sobre todo por la necesidad de que la sociedad comprenda la labor de agricultores y ganaderos en Sierra de las Nieves. Pero el Proyecto Madre, además, se ha querido centrar en la falta de relevo generacional —de ahí que Gallego hable de pastores en peligro de extinción—.
«El proyecto se ha apoyado sobre todo en el catálogo, con fotos de calidad, porque al final a todos nos gusta ver al vecino que hace el queso, el que pastorea, etcétera. Hemos trabajado más allá de los medios de comunicación, con el objetivo de atraer a los pastores del futuro. Hemos descubierto que muchos quieren formarse en la universidad, trabajo y luego volver a sus pueblos a ser pastores», explica.
Por otro lado, a Gallego le llamó la atención que en El Burgo, en Málaga, trabajar con el último pastor de esa zona, una zona de pastores mítica. «Y los jóvenes querían volver», exclama. «Hemos trabajado a fondo en ese relevo generacional para que entiendan que eso de ‘Parque Nacional Sierra de las Nieves’ viene de unos valores medioambientales, no sólo porque sea bello, que también, sino porque se ha configurado así por los pastores».
Reseña también que uno de los incendios más importantes en los últimos años, en Tenerife, tuvo partes más afectadas que otras; curiosamente, las que peor estaban, eran las abandonadas por pastores. «El del pastor es un oficio que, si no existiera, habría que inventarlo para conservar los ecosistemas».
«Nos ha costado la salud»
Más allá de la satisfacción de llevar a cabo el Proyecto Madre, que terminó hace un año, lo que ha quedado para Gallego es que «nos ha costado la salud». Según él, les ha faltado apoyo de la administración pública, que es precisamente lo que hace falta para que estos proyectos lleguen a un siguiente nivel, que se implanten de manera mucho más efectiva.
La financiación de pequeños ayuntamientos es difícil de encontrar, y más para ONG como la suya. «Terminamos hace un año y, por ejemplo, el Ministerio de Transición Ecológica todavía no nos ha pagado, y eso que vamos con intereses del 8%. Han confiado en nosotros para esta convocatoria, pero hay que entender que las ONG y propuestas de este tipo no tienen tanto capital para responder. He hablado con el Defensor del Pueblo y parece que se va a solucionar. Pero creo que no se puede embarcar a asociaciones y pueblos pequeños en estas actividades. Nos ha costado la salud y nos ha achicharrado».
De todos modos, Proyecto Madre ha puesto la primera piedra para una transformación real de Sierra de las Nieves. «No puedes transformar la realidad económica sin apoyo institucional y en un año, es imposible. Pero nosotros hemos abierto una brecha y ahora sólo queda que siga transformándose».