Pastores, rebaños, paisajes inmejorables. Productos locales, artesanía, cultura. Todo ello está en Caminos Trashumantes, un proyecto social de turismo cultural y desarrollo territorial implantado en rutas trashumantes tradicionales que, tras muchos años, siglos e incluso algún milenio, se abren al turismo. La idea es que se pueda recorrer la Península Ibérica de norte a sur, de este a oeste, revalorizando las vías pecuarias, fomentando la biodiversidad y ayudando a la sostenibilidad económica y social de la España Rural.
Kenza El Hemdi Sánchez es técnica del proyecto Caminos Trashumantes, y cuenta que quisieron desarrollar esta iniciativa por dos motivos. El primero, para promover la práctica milenaria de la trashumancia como «actividad con gran valor para la conservación de la biodiversidad y los ecosistemas». Y, por otro lado, para acercarla a sectores que suelen desconocerla y, de este modo, educar al público, sobre todo, aquel que reside en zonas urbanas. En definitiva, crear un caso único en Europa, ya que se incluiría un total de 125.000 kilómetros en los que se conectan espacios naturales de alto valor y protegidos.
«Nosotros lo que hacemos son dos cosas —explica de nuevo—: por un lado, creamos experiencias piloto y demostraciones de turismo sostenible, de hecho, está en la convocatoria de Experiencias Turismo España, a través del Ministerio de Industria y Turismo del Gobierno de España. Y, dentro de estas experiencias tenemos un ámbito de actuación, que son las cañadas reales».
El Hemdi se refiere a dos de las grandes rutas trashumantes de la Península Ibérica, la de la Cañada Real Leonesa Occidental y la Cañada Real Conquense o de los Chorros. Ambas, ya trackeadas desde el inicio hasta el final, por etapas, con el objetivo de que la ciudadanía pueda conocerlas a partir de las numerosas experiencias que encontrarán a lo largo de ellas. «Y, aprovechando los rebaños de oveja merina [un antiguo regalo de reyes, pues no se permitía su salida de España], experiencias en pastos de veranos, que pasamos desde la dehesa de San Francisco hasta Salamón, en León, donde vuelven a bajar en octubre».
40 días y 40 noches
Gran parte del éxito de esta iniciativa se debe a la Fundación Monte Mediterráneo —a la que pertenece la propia El Hemdi—, así como a Cesefor, COW consultoría de marketing y comunicación, Ayuntamiento de Checa y Wild Watching Spain, que son el resto de promotores. «Concretamente, Monte Mediterráneo lleva desde el 2009 organizando estas experiencias, por lo que ya teníamos ciertos contactos».
Como en Trujillo, donde la familia del pastor José Manuel recorre junto a sus 1.850 ovejas merinas los 700 kilómetros entre esta localidad extremeña y Valverde de la Sierra (León), cruzando montes, valles y pueblos. «Salieron a finales de mayo y llegarán en la primera de julio, pasando realizando por el camino actividades abiertas al público, paradas nocturnas y documentación audiovisual», detalla.
Un proyecto y un concepto realmente innovador que ha encontrado turistas bastante receptivos. En el caso de Trujillo, que se marca como el hito del inicio de Caminos Trashumantes, había una familia de Valladolid que se fue al inicio sólo para eso, ya que querían una experiencia así y no la encontraban en ningún otro lugar.
40 días y 40 noches de trashumancia. «También en julio tendremos en Salamón una actividad de este tipo, con un acompañamiento de rebaño desde uno de los chozos típicos de la zona, y bajaremos con un grupo de discapacitados, para dirigir la iniciativa a todo el mundo sin excepción. Es una actividad bonita y especial», subraya la técnica.
La mayor red española trashumante
Pero en Caminos Trashumantes hay «otra parte» de la que hablaba El Hemdi: la creación de la mayor red española trashumante. Para ello, han creado dos tipos de herramientas: primero, la Asociación Club de Producto Caminos Trashumantes de España, que alberga las iniciativas relacionadas con la cultura trashumante, con experiencias como estas, con artesanos de lana, con proyectos textiles, catas de quesos, visitas a queserías, centros de interpretación…
«Y a su vez, queremos que cuando se entre en la web se pueda ver el catálogo de oferta, donde se complementa con servicios básicos, como los de trasporte, alojamiento y restauración cada vez que se quiera viajar a estas zonas», especifica.
Según ella, es un trabajo «complicado», pues es un segmento muy específico. Incluso para la recopilación de productos locales a veces se encuentran con personas a las que no les gusta trabajar así, cambiar su forma de hacer las cosas. De ahí que sea tan importante la labor de concienciación, ya que, en el fondo, es digitalizar estos trabajos lo que aportaría ingresos extra a los artesanos de la zona.
«Sí, es un proyecto complicado. Pero es muy bonito y de verdad que realmente merece mucho la pena», asegura El Hemdi.