“Podríamos decir que somos el Tinder de la voz, pero no sería del todo exacto… vamos más allá”, explica como carta de presentación Rodrigo Menéndez, CEO de Murme, aplicación que se define como un espacio libre y anónimo donde intercambiar historias y encontrar personas con las que hablar. A diferencia de otras apps, Murme se desmarca del concepto dating y apuesta por dos nuevos conceptos en este tipo de plataformas: el anonimato y la voz. Disponible para Google Play Store, está presente en España, Argentina, Colombia, México, Chile y varios países más de Iberoamérica.
El origen de la app fue prácticamente accidental, ya que como explica Menéndez “surgió a raíz de una llamada a un número equivocado con quien acabé conversando muy agradablemente”. Fue entonces cuando Murme comenzó a gestarse con la idea de que la voz fuese la protagonista y no la imagen. Su funcionamiento consiste en que los usuarios graban un mensaje de presentación de 10 segundos en los que describen sus gustos e intereses, escuchan los mensajes de otros usuarios y si tienen interés en conocer a la otra persona, pueden enviarle un “murmullo”, la declaración de intenciones para entrar en contacto. Si ambos usuarios lo aceptan, Murme permite que intercambien llamadas o se envíen mensajes de voz gratis, sin limitaciones bajo tres modalidades: conversación, amistad o pareja.
El sistema va más allá de no incorporar fotografías, ya que, con el objetivo de garantizar a sus usuarios que nunca se cruzarán dentro de la app con ninguna persona que tengan como amigo en Facebook, es necesario darse de alta en Facebook Login. Menéndez ha destacado la “agilidad e inmediatez” de Murme, además de “ser una aplicación que carece de camuflajes como otras”. Dentro del modo ‘Onfire’, la app Murme comienza a llamar al azar a otros usuarios que también estén en este modo con el fin de mantener conversaciones esporádicas.