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La mujer en el sector IT: de la conquista de la igualdad salarial al desafío de atraer talento

Esta industria, en constante crecimiento y con pleno empleo, supone una oportunidad para las mujeres que se cifra en al menos 120.000 puestos al año
tic mujeres

Myriam Blázquez, directora general de Experis, ha dado una buena noticia durante la presentación del informe Mujer y Tecnología: el reto del desequilibrio de género para perfiles IT y algunas propuestas para corregirlo. "Hay paridad salarial en el sector IT". El sector ofrece, además, un 70% más de salario a las mujeres en un contexto en el que se espera un crecimiento del 5,5% en esta industria con una expectativa de crear 150 millones de oportunidades en todo el mundo. Aun así, el camino por recorrer es largo, como desprende el informe en sus conclusiones.

Concretamente, el sector IT necesita este año más de 240.000 profesionales cualificados. De ellos, al menos la mitad deberían ser mujeres para incrementar de manera progresiva la presencia que tienen en el sector, lo que supondría, unos 120.000 puestos anuales. En la actualidad, las profesionales representan el 32,2% de la población activa en España, pero al hacer foco en el sector IT, esa ratio cae hasta un 20,6%.

No obstante, la oportunidad para las profesionales es notable: se trata de un sector con una remuneración media de 37.660 euros, lo que supera en más de 15.000 euros la media salarial de las mujeres en España, que es de 22.467 euros según datos del INE. El talento IT sigue encontrándose entre los más demandados, tanto en España como a nivel global, prosigue el informe. En este sentido, las empresas son conscientes de la carencia endémica de perfiles femeninos, están especialmente atentas para atraer a esas profesionales. "La solución pasa por la formación y la reconversión", ha señalado Blázquez.

El estudio repasa las principales causas por las que se produce ese desequilibrio, que se organiza en tres ámbitos: barrera educativa, sociocultural y profesional. Ante la primera barrera, el informe plantea un abordaje integral que revise la formación reglada, tanto universitaria como profesional, y, a la vez, que impulse el uso de otros recursos formativos que permitan preparar a las profesionales y dotarlas de las habilidades específicas que el mercado demanda en menos tiempo, como pueden ser los bootcamps.

Myriam Blázquez, directora general de Experis, durante la presentación del informe.

Para Blázquez, es fundamental que las mujeres pierdan el miedo a las carreras tecnológicas. "Trabajar en tecnología no tiene que significar tener una formación técnica", ha apuntado la directora general de Experis, que es licenciada en Derecho, una carrera desvinculada de las vocaciones STEM.

Referentes femeninos

Para afrontar la barrera sociocultural, desde Experis se apunta a la necesidad de poner en valor los referentes femeninos tanto del pasado, como Ada Lovelace, considerada la primera programadora del mundo, o Hedy Lamarr, que compaginó su faceta de actriz de Hollywood con inventos clave para desarrollar el wifi.

Pero para derribar la barrera profesional se hace necesario, una vez más, poner en marcha políticas de diversidad de género capaces de generar un completo ecosistema de talento e innovación que beneficie a todos los que lo practican. "Más que un techo de cristal, las mujeres nos ponemos un techo de cemento nosotras mismas", ha lamentado Bláquez, que opina reclama que "es crucial fomentar la diversidad revisando los procesos de selección y creando políticas de remuneración y promociones sin sesgos".

Para acelerar los cambios, el informe plantea seis propuestas de acción que las empresas del sector tecnológico pueden activar para lograr atraer al talento femenino: la revisión de los procesos de selección; una promoción activa y real de una cultura de empresa diversa e igualitaria; la creación de una política de remuneración y promociones sin sesgos, basada en criterios objetivos; la puesta en marcha de políticas reales de conciliación y flexibilidad, claves para atraer el mejor talento femenino; la formación periódica en políticas de igualdad y detección de sesgos cognitivos subconscientes; y, finalmente, un análisis de las bajas voluntarias de la compañía.

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