Las conclusiones del reciente congreso COP26 y las recomendaciones de la Agencia Internacional del Clima urgen a tomar medidas para alcanzar la transición energética en 2050. Según los datos, al ritmo actual es imposible llegar a evitar el aumento de la temperatura. Es la hora de que todos trabajemos juntos en una misma dirección sabiendo que invertir en innovación climática es invertir en crecimiento.
Según un reciente informe de la consultora Boston Consulting Group, con la tecnología existente podemos eliminar el 25% de las emisiones de carbono actuales y con la que se encuentra en temprana adopción se podría eliminar un 40% más, alcanzando el 65%. Por tanto, quedan un 35% de emisiones de CO2 que sólo podemos eliminar con el desarrollo de nuevas tecnologías.
La innovación en soluciones climáticas es una oportunidad enorme para crear valor. Para ello, es necesario trabajar en la creación del ecosistema adecuado que permita acelerar el cambio y superar las posibles barreras mediante la colaboración y el riesgo compartido. En este escenario, los actores clave son los gobiernos e instituciones públicas, las universidades y centros de investigación, las empresas, los facilitadores, los inversores y los proyectos emprendedores. Entre ellos, las responsabilidades residen sobre los gobiernos, para que capaciten e incentiven la innovación climática; los inversores, centrados en cómo contribuir a la financiación de la transición con nuevas tecnologías y modelos de negocio; y las empresas, que son las encargadas de evaluar las necesidades globales, las fortalezas, las capacidades y el potencial impacto. Sin embargo, en este contexto, son los emprendedores los que juegan un papel crucial gracias a su potencial agilidad para encontrar un nuevos productos y soluciones que se ajusten al mercado.
Muchas de las empresas del sector renovable que han surgido en los últimos años nacieron como proyectos de emprendimiento para dar solución a la necesaria transición energética en la que estamos inmersos. En el nuevo diseño de la industria que buscamos fomentar es necesario contar con personas flexibles, nativo en la tecnología digital, y capaz de aportar valor
Si ponemos la mirada en el campo de la energía solar fotovoltaica existen muchas áreas por desarrollar, y solamente impulsando el I+D+i podremos alcanzar las metas marcadas para la necesaria transición energética.
Cuestiones como la gestión de la energía cuando el sol no brilla en el cielo, a través de su almacenamiento. Para ello, se requiere un impulso y abaratamiento de las baterías y del hidrogeno verde como vector energético. Pero también, la fórmula para lograr una convivencia perfecta entre la generación eléctrica y el entorno social y ambiental. Para ello es importante apoyar ideas emprendedoras e innovadoras que estén enfocadas en el desarrollo de tecnología que cubra esas lagunas tan necesarias en la industria energética. Por supuesto, las empresas debemos impulsar nuestras áreas de innovación, pero no podemos olvidar que ahí fuera hay emprendedores con ideas brillantes que pueden revolucionar la tecnología actual.
Más que nunca, la sostenibilidad es vehículo de innovación, y la innovación es la herramienta clave para que las energías renovables cumplan su necesario papel para lograr la descarbonización de la economía y la lucha contra el cambio climático. Eso es lo que buscamos, innovación desde la sostenibilidad, lo que implica la mejora o una nueva forma de trabajar que satisfaga las necesidades de hoy sin comprometer las de las futuras generaciones en un desarrollo equilibrado de los tres pilares: económico, medioambiental y social. Es necesario impulsar nuevos proyectos que nos permitan alcanzar los objetivos previstos de una forma más ágil e integral. Está en manos de todos hacer que proyectos emprendedores e innovadores alcancen el éxito y se desarrollen en beneficio de todos.
