Jordi García Brustenga (ENISA): "España debe emprender como un único territorio"

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Jordi Garcia Brustenga, director de Operaciones y Estrategia de ENISA. (Imagen: Innovaspain).

“Vivimos un cambio de etapa muy interesante”. Después de dos décadas, en ENISA consideran que su trabajo de apoyo financiero (sus préstamos participativos son una referencia) y acompañamiento a las empresas españolas tiene más sentido que nunca. Ahora lo hace en un escenario nuevo. “El ecosistema emprendedor ha evolucionado, es mucho más maduro”, explica Jordi García Brustenga a este periódico.

El director de Operaciones y Estrategia de ENISA considera que, por suerte, ya no tenemos que lanzar preguntas básicas como: ¿En qué consiste emprender? “Están integrados en el tejido productivo. Sucede lo mismo con la innovación. Todas las partes entienden que son drivers irrenunciables; palancas para el desarrollo del país”.

La Ley de Startups

Superada por tanto la fase definitoria, García Brustenga asegura que ha llegado el momento de mejorar el modelo, ordenarlo y afrontar una etapa estratégica distinta. Señala que un pilar importante para que el emprendimiento arraigue con más fuerza será la Ley de Startups, cuya aprobación está prevista a finales de este año.

“A la incorporación del emprendimiento a la sociedad vamos a sumar una base jurídica”, detalla el responsable de ENISA. La Ley dotará a estas empresas de una acreditación importante. Las start-ups se verán reforzadas además por los planes fijados en la Estrategia España Nación Emprendedora o en el ADN de los planes de recuperación europeos. “Es una oportunidad única para dar el salto a un sistema de emprendimiento profesionalizado”.

Agilidad

En ENISA han detectado que cuando una start-up necesita ayuda, existen más de 30 agentes distintos en condiciones de prestársela. “Resulta caótico. Apostamos por una mayor agilidad con la instauración de medidas como la ventanilla única. Debemos ayudar a que la empresa tenga claro a quién acudir en función de lo que necesite en un momento concreto, ya sea financiación, talento o disponer de un espacio físico”.

Camino de esa nueva realidad esbozada por Jordi García Brustenga, los emprendedores y emprendedoras, “como en toda revolución”, son las primeras personas de la fila. “Asistimos a una transformación socio-tecnológica que modificará por completo nuestra manera de producir y consumir. La revolución digital empezó hace más de veinte años, pero es ahora cuando los cambios a los que nos empuja serán mayoritarios, no cosa de unas pocas personas”.

Un nuevo estilo de vida teñido de sostenibilidad que implica la muerte de lo analógico y donde lo relevante no será poseer, sino compartir. “Las start-ups son las que mayor agilidad atesoran para demostrar que de verdad podemos cambiar. Hacen posible la adquisición real de nuevos productos y servicios”.

De lo nuevo a lo bueno

Así las cosas, el director de Operaciones y Estrategia de ENISA no tiene dudas: “Si el emprendimiento siempre es importante, ahora lo es más que nunca”. Y en la transformación multisectorial que afecta a toda la sociedad—“que el Estado y ENISA apoyaremos” — hay otro punto a tener en cuenta. “Ha cambiado la naturaleza del relato de las start-ups. Ya no ofrecen lo nuevo, el último grito, sino lo bueno para la gente o para el planeta”.

La Ley de Startups pone el foco en este giro. “Una start-up para ser considerada como tal, ha de ser innovadora (sea o no digital), capaz de escalar y tener valor público: generar impacto para resolver alguno de los muchos retos que tenemos por delante”. Retos y problemas
—populismos, crisis, guerras— que a su vez son resultado de la propia transformación tecnológica. “En teoría, la siguiente fase es la positiva, una vez el nuevo modelo se haya asentado”. ¿Y la guerra de Ucrania? “No ha habido revolución sin su correspondiente guerra”, responde G. Brustenga.

De manera paralela, el sistema de innovación, más maduro en otros aspectos, necesita del empuje emprendedor para escalar. “En nuestra hoja de ruta está lograr que el esfuerzo que se hace en I+D llegue antes al mercado. Es una tarea compleja, pero lo es aún más generar una molécula contra el cáncer o diseñar un nuevo microchip. Vamos a acometer todos los esfuerzos para lograrlo”.

Diálogo y alineamiento

Pese a que la voluntad del organismo público es generalista, en ENISA prestan atención a aquellas áreas de actividad donde el emprendimiento tiene más garantías de prosperar. “En todo caso, la voz de la empresa es la más importante. Desde el ámbito público tenemos a veces una visión sesgada que necesita de esta conversación constante”.

Para el directivo, en este momento, “es indudable” que Europa marca el camino en sostenibilidad, digitalización, cohesión o ética tecnológica. “El Gobierno de España se alinea con esta estrategia porque cree en ella. Desde ENISA acompañamos a determinados sectores claves para lograr soberanía tecnológica o mejorar problemáticas”.

García Brustenga alude a acciones concretas, como la línea de Emprendedoras Digitales, junto al Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, para paliar el déficit de propietarias o fundadoras de start-ups. Por otro lado, luchan contra la despoblación y promueven el equilibrio territorial mediante iniciativas como la línea AgroInnpulso. “Más que de especialización, hablaría de alineamiento con los planes de Europa que España concreta”. 

Llegar más lejos

Con la línea AgroInnpulso, ENISA cubre zonas del país donde sus préstamos representaban un pequeño porcentaje del total. A su favor juega el boom de los sectores agrotech y foodtech. “Queríamos ir más allá de las grandes ciudades y el agroalimentario es el mejor sector para levantar emprendimiento, ya sea tecnológico o de producto, en zonas rurales”.

El sector viene de pasar muchos años inmerso en un paradigma conservador y de incursiones innovadoras más bien tímidas. “Las cosas están cambiando muy rápido. No hablaremos de un emprendimiento masivo, pero sí de un giro cualitativo. Parten de lo mínimo, así que cualquier mejora implica un gran salto”.

Poner en valor la red

Nuevas líneas, nuevas áreas y una presencia más capilar. En la idea de tejer una red fuerte y fomentar el desarrollo territorial, ENISA ha firmado un convenio con APTE: diez parques tecnológicos ayudarán a avanzar más y mejor. “No tiene sentido que Badajoz copie a Madrid, pero sí generar dinámicas donde incorporemos en estos lugares las ventajas de los grandes nodos de emprendimiento: formación conjunta, generación de business angels en los propios parques… Es una perspectiva diferente. No copiaremos sectores, sino que explotaremos lo mejor del rural: agricultura, alimentación, turismo o experiencias”.

Estas conexiones —que también quieren potenciar con la Universidad— son para Jordi García Brustenga la base del ecosistema emprendedor. “El emprendimiento va de personas y equipos. Es un proceso social, y el que no lo entienda así no tiene mucho que hacer. Toda esta red ya existía en España, ahora vamos a ponerla en valor”.

Cohesión

Tras la crisis de 2008, se produjo una centralización de recursos en Madrid que ese momento tuvo sentido. La capital es, junto a Barcelona, la campeona del emprendimiento más techie y la innovación española, pero en ENISA creen que se están sembrando semillas que, más pronto que tarde, darán sus frutos. Un dinamismo que vibra en Canarias, Baleares o Galicia; la ribera del Ebro, Málaga, Valencia y Bilbao.

“Andalucía cuenta con un sistema propio que contribuye a preservar el arraigo social y económico. A la gente le cuesta moverse de allí. El gran reto son las dos Castillas, vaciadas por su proximidad con Madrid. Debemos emprender como un sólo territorio en el que todos seamos de todas partes, personas que nos movemos de un lugar a otro sin importar nuestro origen”.

Jordi García Brustenga insiste como conclusión en una idea: “Los valores que hay detrás de ser emprendedor o emprendedora deben estar absolutamente bien vistos. Es algo necesario para situar al país entre los mejores. No sólo existen Israel o Estados Unidos, podemos codearnos con ellos. A veces cometemos el error de fijarnos sólo en lo que viene de fuera”.  

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