La verdadera disrupción se está produciendo en el modo en el que consumimos, dice Jaume López, director de consulting en DXC Technology España y Portugal. Sus 16 centros de excelencia en nuestro país lo convierten en la referencia en el grupo, en un momento en el que la gestión del conocimiento, y no sólo la acumulación de datos, resulta clave para diferenciarse en el mercado.
Pregunta: A raíz del estallido tecnológico de estos últimos dos años, ligado en buena medida a la inteligencia artificial (IA) generativa, en el mundo empresarial se habla de riesgo de parálisis por análisis, hay exceso de ruido.
Respuesta: Nuestro objetivo es convertir ese ruido en música. La aproximación hasta ahora ha sido táctica, en el sentido de probar, pero no todas las compañías están listas para pasar de las pruebas de concepto a la aplicación industrial. Nuestra receta es: no lo cambies todo, sino actúa de forma de forma orquestada, de forma estructurada, para conseguir ese valor. Realmente es ahí donde aparece nuestra aproximación exponencial.
Pregunta: Gracias al debate sobre la IA y las personas, por ejemplo, nos estamos dando cuenta de que no hemos documentado la experiencia de la gente. Faltan tantas cosas a nivel de datos.
Respuesta: La IA por sí sola no aporta ningún tipo de valor empresarial a largo plazo. Los consultores hemos hablado siempre de tecnología, procesos y personas, y ninguno de estos tres aspectos sale de la ecuación. Algo que probablemente en nuestra economía no hemos sabido hacer es gestionar el conocimiento. Cualquier iniciativa de IA pasa primero por identificar los silos que existen en la compañía, ponernos en valor y estructurarlos.
Hemos hablado durante muchos años de los datos, empresas y administraciones públicas se han volcado en generarlos, administrarlos y tener un gobierno, pero probablemente no se han centrado en el ámbito de conocimiento, y este es un aspecto que es clave para conseguir inteligencia. No podemos supeditar una respuesta a lo que hay en internet sin una curación. Las personas que tienen que estar supervisando, proporcionando y entendiendo la explicabilidad de un modelo de IA, y garantizando que todo eso se hace con ética.
Pregunta: Las grandes consultoras están divididas entre las que piensan que la IA va a tener sólo un efecto incremental sobre lo que hay y las que piensan que será disruptiva introducirá nuevos modelos de negocio. ¿Podemos adivinar ya la visión correcta?
Respuesta: Yo me veo más en la primera parte. Tenemos muchos negocios basados en elementos físicos. En esos casos, la IA va mejorar la forma como conceptualizamos, gestionamos, entendemos y tomamos decisiones. Será un acelerador. La gran conversación ahora es la posible burbuja y la inversión que se está realizando. La IA puede descubrir nuevos modelos de negocio probablemente, pero aún le falta un poco. El punto más transcendental va a ser cómo la IA nos cambia a nosotros DXCcomo consumidores. Ahora mismo, nuestras decisiones están basadas en diferentes criterios, no siempre de ventaja económica, muchas veces emocionales. Un asistente personal puede tomar la decisión de abrir y cerrar cuentas bancarias, de mover dinero entre bancos, basándose puramente en una décima del tipo de interés.
"Para ciertas cosas las marcas van a pasar ser commodities"
Pregunta: Todo un desafío para las marcas.
Respuesta: Los bancos van a sufrir una disrupción mucho mayor que la de las fintech, tendrán que llevar a cabo un cambio radical en su aproximación a los clientes, que ya no va a poder estar basada solo en el attachment de marca, porque para ciertas cosas las marcas van a pasar ser commodities. Si yo tengo un agente personal de economía, que toma las decisiones por mí, las voy a supervisar, pero no voy a realizar ningún esfuerzo. Y a una IA la marca le da igual. Las empresas tendrán que evolucionar hacia elementos de valor diferentes a los actuales. La IA no solo va a cambiar nuestra forma de trabajar como empresa, sino lo que representamos para nuestros clientes. Esa es la disrupción que viene en los modelos de negocio.
Viendo los casos de éxito de DXC, tan pronto moderniza los sistemas críticos de Iberdrola, un tema realmente delicado, como actualiza las operaciones bancarias de Unicaja. Se trata de dos tipos de proyecto a largo plazo, que van evolucionando con la complejidad añadida del cambio tecnológico.
Para nosotros como consultora la eficiencia no viene de hace dos años. Llevamos aplicando IA en nuestros procesos desde hace 20 años. Ahora estamos poniendo nuestra experiencia a disposición de nuestros clientes para que ellos también puedan escalar.
En este momento de confusión, las tecnológicas están haciendo consultoría cada vez más, y las consultoras cada vez hacen más tecnología. Da la impresión de que las primeras están mejor posicionadas.
Lo diferencial de DXC Technology es que no hablamos, hacemos. Estar trabajando y entregar servicios críticos durante tantos años nos hace entender qué es lo importante y no perder realmente el foco. Las empresas tienen que operar todos los días, no pueden ser alteradas por una incidencia. Ahora mismo aspectos como seguridad están ganando mucha relevancia. Nuestro movimiento es más tecnológico, más operacional.
Precisamente, ¿dónde está ahora mismo el gran campo de batalla? Si alguien me preguntara a mí, diría que el área de operaciones está en boca de todo el mundo, nunca hasta ahora habíamos quizás visto la posibilidad de innovar tanto en operaciones.
La inversión que hay que hacer en operaciones es muy importante, y requiere tiempo. Tuve la ocasión hace poco de mirar una empresa de arriba abajo y en todos los departamentos había unas ganas enormes de cambiar, de mejorar, de entender las nuevas tecnologías para hacer mejor el trabajo del día a día. El problema es que faltan datos, era una cuestión de gobierno y de estructura. Eso obliga a hacer un proyecto largo más largo. En DXC Technology somos partidarios de intentar encontrar aquellos elementos de la compañía donde se pueden hacer cambios rápidos, para empezar a sentir ese valor y, a partir de ahí, empezar a escalar. La administración pública, por ejemplo, está haciendo esfuerzos reales para que sus procesos sean diferentes y no está trabajando en un solo ámbito. Ese es el cambio que tiene que haber, que las personas tengan ganas de hacer las cosas diferentes.
"La relación de una consultora con la Administración es también la de advisor"
Habrá que ver qué pasa cuando se acaben los fondos europeos.
Ha habido cosas en el sector público que se han hecho bien. He percibido en estos últimos años un diferente estilo, un cambio de mindset. Estamos intentando ayudarles a construir un gobierno de agentes para que trabajen mejor en sus procesos y sean ellos mismos los que desarrollen. La relación de una consultora con la Administración pública es también la de advisor.
En el caso del área de operaciones de las empresas, ¿hasta qué punto en las empresas que no reaccionen ya van a percibir un impacto a medio plazo? ¿O quizás no hay que dramatizar tanto?
Depende del sector. La cadena de suministro hace que la producción sea muy compleja, pero las empresas pueden seguir evolucionando a una velocidad de eficiencia de un dígito, porque están más afectadas probablemente por contextos socioeconómicos y geoestratégicos. El ámbito que está cambiando es el de consumo digital, que ya sufrió una fuerte disrupción por la transformación digital. Hay que adaptarse a eso.
Llama la atención la apuesta de DXC por los centros de excelencia en España, ¿la previsión es seguir abriendo más?
Seguiremos extendiendo la red, porque el ámbito de conocimiento que hay en España es realmente diferencial, y también el espíritu. La creación de centros de excelencia busca no tanto poner el conocimiento solo en un espacio como sí propiciar su desarrollo. La IA es una herramienta que tienen que utilizar todos nuestros ingenieros y consultores, no importa su ubicación, nos ayuda a trabajar en el día a día y a acelerar incluso nuestras propuestas.
Pero tenemos que crear espacios donde ese conocimiento se desarrolle. Actualmente tenemos 16 centros en España somos el país de de DXC Technology con más centros. La cercanía con nuestros clientes genera una cultura muy importante y, a partir de ahí, el conocimiento intenta exportar. Nuestras metodologías permiten que trabajemos distribuidos sin ningún tipo de disrupción. En cuanto a nuestros siguientes planes al respecto, considero que tenemos que abrir algún centro más de experimentación.
¿Hacia qué líneas?
Nuestro desarrollo corporativo va muy ligado a la cercanía a nuestros clientes y a la identificación de un talento especial. En Alicante, tenemos un centro de testing avanzado vinculado también a nuestro cliente Banco Sabadell. En Santiago de Compostela, está todo nuestro centro de inteligencia de negocio y también eso viene de un histórico, porque hay un área muy vinculada al Sergas. Hay un territorio en el que no tenemos ninguno, el País Vasco, y seguramente allí, vinculado también al proyecto de Iberdrola, el año que viene probablemente tengamos un anuncio de apertura de una nueva sede.
