“Me encontré con un propósito que era más grande que yo, y sentí la necesidad de hacer algo”, dice Julieta Rueff, la joven de 23 años que ideó el accesorio de seguridad personal FlamAid. “No fue tanto que yo buscara emprender, sino que emprender me encontró a mí”, explica en una entrevista con Innovaspain.
Rueff cuenta que todo comenzó cuando era estudiante universitaria en Barcelona, y vivía con inseguridad al volver a casa. “Hablando con amigas, me di cuenta de que teníamos todas historias muy parecidas”, recuerda. El acoso callejero es, precisamente, la forma de violencia de género más normalizada. El 78% de las mujeres jóvenes de Madrid, Sevilla y Barcelona ha sufrido este tipo de acoso, según el informe Safer Cities for Girls de Plan International.
“Después de un noche de mucho miedo, nace esta idea de, ostras, quiero que todas lleguemos a casa”, recuerda Rueff. Era noviembre de 2022, tenía 21 años, y decidió crear un mecanismo de defensa pasiva, una granada pero “pacífica”, para dar esa protección a las mujeres. Sólo unos meses después, con la asesoría de ingenieros y expertos, lo hizo realidad con el lanzamiento de FlamAid. Un accesorio que con sólo tirar de su anilla, emite una alarma sonora y envía la ubicación GPS a contactos de emergencia y a la policía.
Luchar con una granada “pacífica”
“Algo que a mí me gusta mucho es la parte simbólica de luchar contra la violencia de la manera más pacífica que existe, que es simplemente pidiendo ayuda y disuadiendo la situación”, señala Rueff. Ella conocía opciones como el spray pimienta, e incluso tenía uno, pero no le parecía algo práctico y seguro. “Por un lado, la mayoría no están homologados, son ilegales, y por otro, es un arma de defensa activa. Puede producir más violencia si no tienes la experiencia y las bases para usarlo”, explica.
Analizó entonces métodos como las alarmas de los hogares, que emiten un sonido de alerta y envían la dirección de la vivienda a la policía, lo cual podría hacerlo incorporando un GPS. “Y decidí seguir el principio de la activación más fácil del mundo, que es la granada de mano”, dice.
Julieta Rueff, creadora de FlamAid.
Un accesorio diseñado al detalle
La forma ovalada de la granada permite además que se expanda el sonido de su potente alarma de 110 decibelios. Y el accesorio, de diseño, ergonómico y elegante, está hecho con silicona hipoalergénica, “un material sencillo y compatible con nuestra piel”. Se vende en línea de distintos colores y precios, junto con fundas y complementos.
¿Sería una opción un acuerdo con la administración o una institución para escalar su alcance? Rueff dice que están totalmente interesadas en la posibilidad de colaborar a nivel público. “Siempre estamos abiertos a colaborar con asociaciones y fundaciones. De hecho, todo lo que recaudamos en charlas, en talleres que damos en universidades, en empresas, va en donaciones a asociaciones que comparten nuestros valores”, cuenta.
En este sentido, FlamAid tiene una aplicación sin costo con funciones similares (permite enviar un aviso y la ubicación a los contactos de emergencia), disponible para iOS y próximamente para Android. Aunque el teléfono no suele ser accesible en un momento de riesgo, esta es una opción más para dar protección, indica la joven, y “siempre será gratis”.
De Portugal a España (y a un propósito)
Rueff nació en Lisboa, y se mudó con sus padres a Barcelona a los 10 años, “sin hablar ni una palabra ni de castellano ni de catalán”. Ahora, dice, se siente “hija de ambas partes”. Cuando estudiaba Negocios y Marketing, pensaba que su siguiente paso sería trabajar en alguna consultora, pero decidió dejar ese camino para emprender, y su familia y amigos fueron su gran apoyo.
Aunque no recurrió a ellos para la financiación del proyecto, dice, como la etapa Friends, Family and Fools que suelen tener las startups. “Fui directamente a levantar capital”, dice, con la confianza de que los inversores verían el potencial de la herramienta. “Te diría que fue también uno de nuestros grandes aciertos porque ahora más que nunca me siento muy respaldada. Por un lado por mi entorno familiar y personal, y por otro lado por mi entorno laboral y profesional”, señala.
Ahora sus días se abocan 100% a dirigir e impulsar la startup. “Estoy muy feliz porque realmente es muy satisfactorio poder tener un propósito y saber que estás ayudando a personas a llegar a casa”, concluye Rueff tras repasar su historia.