El Gobierno de Brasil ha anunciado su intención de llevar adelante 57 nuevos proyectos de privatización, un paquete de medidas a través del cual pretenden recaudar alrededor de 11.000 millones de euros.
El aeropuerto de Congonhas (São Paulo) y la Casa de la Moneda, además de Eletrobras (el órgano responsable de la generación y distribución de energía eléctrica) son algunas de los proyectos de privatización del Ejecutivo que encabeza Michel Temer. A esto hay que añadir otros aeropuertos, carreteras, puertos y líneas de transmisión.
Desde que comenzó el programa de privatizaciones, estos ingresos “han contribuido de manera efectiva a la economía brasileña”, según palabras de Wellington Moreira Franco, ministro de la Secretaría de la Presidencia, que recoge la Fundación Consejo España-Brasil. “Significa la creación de nuevos empleos, inversiones… un negocio capaz de restablecer el desarrollo sostenible del país”.
El Programa de Alianzas de Inversiones (PPI por sus siglas en portugués), coordinado por Moreira Franco, ha sido diseñado para mejorar las infraestructuras del país a través de acuerdos entre las instituciones gubernamentales y la iniciativa privada.
De los 89 proyectos incluidos hasta ahora en el programa, 49 ya han celebrado concurso o cerrado contrato, 28 se encuentran en ejecución y 12 serán concedidos o renovados en lo que queda de año.
