La dehesa se muere. No se regenera, muchas enfermedades la están dañando y, además, el cambio climático le está afectando tanto que provoca sequías que perjudican directamente a la economía de Extremadura, Andalucía y el Alentejo (Portugal). Es por eso que ambos países se han unido en el proyecto CI Montado-Dehesa que forma parte del programa Interreg, para idear un plan de acción común que conserve y regenere este ecosistema.
La integrante de la Associação de Defesa do Património de Mértola (ADPM), María Bastidas, explica que es un proyecto que tiene cuatro grandes acciones. Y la primera está dedicada a la Constitución de Territorios de Aprendizaje. «Son territorios donde un conjunto de actores clave para el sector y para la realidad de los Montados y Dehesas se reúnen para debatir y tratar de resolver sus limitaciones y desafíos. Luego, tenemos un segundo grupo de actividades relacionadas con las políticas. Aquí se pretende analizar las políticas sectoriales existentes para el montado y la dehesa en estas tres regiones», cuenta.
El objetivo es conocer las nuevas realidades y enfoques en las políticas, pasando de políticas que apoyen prácticas a acciones que den resultados, y evaluar su potencial para la conservación de la dehesa.
«También contamos con un tercer grupo de actividades que busca mejorar áreas de montados y dehesas en estos Territorios de Aprendizaje —recuerda—. Y, finalmente, tenemos un cuarto grupo de actividades relacionadas con la transferencia y capacitación, que es central. Se realizarán visitas de intercambio, jornadas abiertas, talleres para agricultores y técnicos que gestionan día a día los montados y las dehesas, y acciones de comunicación global del proyecto».
Sólo así se logrará recuperar la dehesa en esos cuatro Territorios de Aprendizaje de CI Montado-Dehesa: dos están en Portugal: el Parque Natural del Valle del Guadiana y la Zona Especial de Conservación de Monfurado, en Alentejo. Y otros dos en España: el Parque Natural Sierra Morena de Sevilla, en Andalucía y la Sierra de San Pedro y el Parque Nacional de Monfragüe, en Extremadura.
Problemas de rentabilidad
Históricamente, la rentabilidad del montado siempre estuvo asociada a la producción de bellota, al aprovechamiento de la propia rama para alimentar a los animales en alturas más escasas. Y también el propio suelo, la propia vegetación. Algunos de los problemas principales que enfrentan los ganaderos de extensivo son la baja rentabilidad debido a la sequía, debido a la pérdida del ecosistema tal cual lo conocemos, debido al cambio climático y a diversos factores.
También hay algunos problemas como, por ejemplo, es la seca de la encina. La baja rentabilidad de las explotaciones se necesita suplir mediante ayudas, subvenciones. Y de ahí que CI Montado-Dehesa desarrolle los Territorios de Aprendizaje para promover la partida entre productores, administración pública e investigadores sobre cómo resolver los problemas de la sustentabilidad del montado.
Y por eso también se está llevando a cabo una evaluación económica para comprender los costos que esa mejoría podrá implicar. Y a medida que este trabajo va a ser desarrollado, se irán compartiendo los resultados alcanzados con visitas al terreno para que cualquier productor interesado en encontrar formas de mejorar el suelo del montado pueda tener inspiraciones y comprender aquello que puede funcionar en un caso y que podrá eventualmente ser transmitido para su caso particular.
Posibles soluciones: manejo del ganado
Una de las preocupaciones en CI Montado-Dehesa ha sido en qué condiciones está la calidad del agua que se está proporcionando al ganado. En las fincas colaboradoras se han analizado una serie de parámetros físico-químicos y biológicos y, en función de los resultados, se sugiere una serie de estrategias. Algunas son, por ejemplo, la instalación de abrevaderos o depósitos de agua alternativos, sobre todo para cuando no hay agua de calidad en las charcas poder proporcionar agua a ese depósito a través de pozos que son bombeos solares.
Otra estrategia que se recomienda es la gestión del entorno de las charcas. Las charcas deben estar en un entorno preferentemente libre del tránsito intenso del ganado o de zonas de comederos de ganado.
El pasto es la base de la alimentación del ganado en la dehesa. Estos suelen estar formados por especies anuales, son de escasa producción y estas producciones son variables a lo largo del año, son de producción estacional. Entonces, para mejorar el pasto, lo que pretenden desde el proyecto es aumentar esa producción, además que sea más sostenida en el tiempo y que permanezca durante el mayor número de años posible. «Tenemos que potenciar también la calidad del pasto para que el alimento del ganado tenga una mayor cantidad de proteína bruta».
Lo hacen potenciando el contenido de leguminosas en estas comunidades vegetales. Una buena producción, buena cobertura del suelo y además permite, por su capacidad de fijar nitrógeno en el suelo, potenciar también el desarrollo de otras especies interesantes para el ganado como las gramíneas. «Lo que hay que tener en cuenta es que el manejo del ganado es el único factor ecológico que puede controlar el ganadero».