Málaga- La Posidonia oceanica salvó el planeta hace 125 millones de años. Cuando la voracidad de los grandes saurios arrasaba la flora y la temperatura comenzó a subir, la posidonia, originalmente terrestre, trasladó su hábitat al medio acuático. De este modo, y debido a una elevada capacidad para secuestrar carbono, contribuyó a mitigar el calor y el ecosistema se recuperó. Además, diversas investigaciones han determinado que más de 1.000 especies dependen directa o indirectamente de la Posidonia. Sus praderas sirven como área de cría y protección de un heterogéneo grupo de jóvenes peces litorales. La buena salud de la Posidonia oceanica es, en definitiva, sinónimo de biodiversidad.
Hoy, la Posidonia oceanica mantiene intactos estos ‘poderes’, pero no vive sus mejores horas. La planta, endémica del mar Mediterráneo, ha visto cómo se reducen las extensas praderas de antaño por varias razones. Como explica Juan Antonio López, presidente y director científico de la Fundación Aula del Mar Mediterráneo, “no se entendería un Mediterráneo sin posidonias, y ahora estos bosques se están perdiendo”.
Entre los motivos para haber llegado a este punto están el deterioro de hábitat por actividades humanas (construcción, amarre de barcos, extracción de arena o algunas artes pesqueras), la presencia de especies invasoras (con el alga R. okamurae, procedente de Japón, China y Corea, a la cabeza) y el aumento de la temperatura.
Así las cosas “es urgente adoptar medidas adicionales”, tanto de conservación como de repoblación de la Posidonia oceanica y, en paralelo, comprender cada vez mejor sus peculiaridades biológicas. Por ello, en 2023, la Fundación Aula del Mar Mediterráneo (FAMM) dio vida al proyecto Bosques Sumergidos, en la idea de mejorar y analizar la situación de Posidonia oceanica en tres provincias bañadas por el Mar de Alborán: Málaga, Granada y Almería.
Del análisis a la acción
La semana pasada, la FAMM y Mares Circulares - el proyecto para la protección y conservación de entornos acuáticos y de la biodiversidad, así como para el fomento de la economía circular impulsado por Coca-Cola- presentaron en Málaga “una exhaustiva investigación” sobre el estado de conservación de las praderas en las áreas mencionadas.
Según lo observado a lo largo de 2024, la mayoría de las praderas muestreadas en la provincia de Málaga presentan un estado “desfavorable e incluso crítico”, y están siendo sustituidas por el alga R. okamurae. En este contexto, la FAMM, de la mano de Mares Circulares, va a poner en marcha un proyecto piloto de replantación de Posidonia en Marbella.

El estudio ha analizado el estado ambiental de ocho praderas de Posidonia. Cinco en Málaga, una en Granada y dos en Almería. Para realizarlo, se han seguido las directrices desarrolladas por la Universidad de Málaga y la Junta de Andalucía, que suponen el análisis de diferentes indicadores biológicos y ecológicos e incluye el uso de transectos y cuadrantes para medir la cobertura de las praderas, la densidad y longitud de los haces de Posidonia oceanica, así como la presencia de especies asociadas e invasoras.
En el entorno de Cabo de Gata, las praderas mostraron un estado más saludable, con densidades y alturas que indican una buena conservación. Por otro lado, en Granada, aunque las praderas se encuentran en mejor estado que las de Málaga, también enfrentan una presión significativa de R. okamurae, con coberturas invasoras superiores al 30% en algunos cuadrantes.
“Aún estamos a tiempo”
“Los seres humanos somos los principales causantes de su deterioro, pero también podemos ser su principal fuente de recuperación. Aún estamos a tiempo”, indica Juan Antonio López. El presidente y director científico de la Fundación Aula del Mar Mediterráneo añade que la posidonia es el bosque sumergido del Mediterráneo y su mayor baluarte.
“La Posidonia oceánica es una de las especies más longevas del planeta. Crece aproximadamente un centímetro cada año, y se han detectado algunas de 8 kilómetros de longitud. Es mucho el tiempo que hay que esperar para que una pradera madure, por eso estas acciones son importantes”, asegura. Pese a que, a nivel global, las praderas marinas solo ocupan un 1 % del terreno, acumulan el 18 % del CO2 de todo el fondo marino. “El mar es nuestro presente y nuestro futuro. Dependemos de él en todo lo que hacemos”, apunta López.
Mares Circulares , el programa de conservación de entornos acuáticos “más ambicioso del país”
Carmen Gómez-Acebo, directora de Sostenibilidad de Coca-Cola Europacific Partners Iberia, añade que, a la vista de los resultados de este estudio, “urge la necesidad de realizar medidas de conservación y restauración en aquellas praderas más degradadas y evitar, en la medida de lo posible, aquellas acciones que puedan alterar y degradar aún más el estado de las mismas. Queremos seguir contribuyendo a la protección y conservación de la biodiversidad marina de nuestras costas”.

Desde 2018, Mares Circulares ha trabajado en la protección de los ecosistemas marinos en España y Portugal. El programa ha logrando recoger casi 2.700 toneladas de residuos, incluyendo 31 toneladas de PET. Este esfuerzo ha sido posible gracias a la participación de alrededor de unos 55.000 voluntarios que han realizado limpiezas en playas, entornos acuáticos y reservas marinas.
En términos educativos y científicos, Mares Circulares ha premiado a 18 proyectos científicos y 10 startups y formado a más de 94.000 personas. Lo ha hecho impartiendo cursos de sensibilización y jornadas científico-técnicas en unos 230 municipios. Gómez-Acebo celebra la robustez de estas cifras. “Si tengo que elegir, me quedo con un dato: las casi 1.700 entidades con las que hemos colaborado”. Y añade: “Mares Circulares es el programa de conservación de entornos acuáticos más ambicioso del país”.
Un enclave privilegiado: ballenas y delfines
A bordo de una embarcación a motor, navegamos desde Benalmádena a la playa de Alamar (Cala Mijas). Allí, una actividad de esnórquel nos permite observar el estado de una de las praderas de Posidonia oceanica. A lo largo de la hora y media que dura el trayecto, Patricia Gutiérrez, ambientóloga y Técnica de Medioambiente en la FAMM, explica que atravesamos una zona de elevada biodiversidad.
“Estamos próximos al estrecho de Gibraltar, un corredor natural entre el Mediterráneo y el Atlántico para numerosas especies”. La experta detalla que, hace unos días, fueron observadas tres ballenas rorcuales (las más grandes del mundo solo superadas por la ballena azul) en la costa de Fuengirola. “Esta vez la culpa no es del cambio climático, sino de su comportamiento típico buscando aguas más frías en el Atlántico”.
También son habituales todo tipo de delfines, orcas incluidas. Sobre estas últimas, Gutiérrez destaca su nula peligrosidad para el ser humano. “Son muy inteligentes, con un lenguaje propio y una estructura social sofisticada”.
Otras acciones dentro de Bosques Sumergidos
La FAMM, bajo el grupo “Creamar Mijas”, que pertenece a “La red de protección marina y litoral”, está poniendo en marcha acciones de voluntariado, formación y sensibilización sobre los ecosistemas de posidonia en el litoral de Mijas.
Asimismo, la FAMM y Mares Circulares tienen previsto continuar durante 2025 con la labor de recogida de datos de las praderas. De hecho, a lo largo del año están previstas once inmersiones, tres más que el año pasado (seis en Málaga, tres en Almería y dos en Granada).
Otra de las acciones en 2025 será la ampliación de los acuarios situados en el Aula de Economía Azul que tiene la FAMM en el centro de innovación social de la Diputación de Málaga, La Noria (Málaga). El objetivo es cultivar una mayor cantidad de esquejes de Posidonia que puedan ser empleados en replantaciones.
El programa también incidirá en la sensibilización de la población sobre el problema. En concreto, en Málaga y Almería está prevista la celebración de sesiones de formación ambiental. Estarán enfocadas en biodiversidad y posidonia. Serán impartidas en colegios del litoral malagueño en las proximidades de la zona de estudio. También se editará una Guía Educativa sobre Bosques Sumergidos.


