Cómo se puede analizar un bosque natural con uno creado por el hombre hace 70 años. Esa es la idea de un proyecto —llamado Biodiversidad y funcionamiento ecosistémico en restauraciones forestales: un análisis a gran escala espacial y temporal (BioFoRest)— que revisa las actuaciones de reforestación desarrolladas en los últimos 70 años en Castilla-La Mancha y la Comunidad de Madrid. Todo ello, para elaborar recomendaciones e indicadores para la toma de decisiones en la planificación y gestión de la biodiversidad de los bosques.
Estrella Conde, investigadora de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) --coordinadora del proyecto--, cuenta que l objetivo principal del proyecto Bioforest es ver si las reforestaciones que se llevan haciendo en España desde hace un siglo llegan a los mismos niveles de biodiversidad y funcionalidad ecosistémicas que los bosques de referencia que tenemos en el país.
«Los resultados que estamos obteniendo son que hay unas diferencias claras en cuanto a la estructura forestal entre las reforestaciones y los bosques de referencia. Está afectando a otros grupos de organismos como por ejemplo las hormigas en las que estamos observando que a niveles de número de especies y diversidad no encontramos claras diferencias entre reforestaciones y bosques de referencia», explica Conde.
Sin embargo, cuando se enfocan más en la composición de la comunidad de hormigas sí que se observa que hay diferencias entre estos tipos de bosques, siendo las hormigas de los bosques de referencia especialistas forestales. «Además cuentan con más singularidad que las que nos encontramos en las reforestaciones que son más generalistas y además más frecuentes de encontrar en la Península Ibérica».
BioFoRest llegará a final del proyecto en diciembre del 2025, con un presupuesto total de 375.026,82 euros, de los que el 94% pertenece a la Fundación Biodiversidad.
Resultados
Por su parte, Ana García, coinvestigadora principal de BioFoRest, considera que los resultados de este proyecto son importantes para la gestión del territorio porque permitirán averiguar qué tipo de prácticas de reforestación son más adecuadas para recuperar la biodiversidad y el funcionamiento ecosistémico de estas plantaciones forestales.
«Este proyecto permitirá conseguir reforestaciones en un futuro con mejor funcionamiento a nivel ecosistémico, con mayor biodiversidad, lo cual permitirá que proporcionen servicios ecosistémicos de mejor calidad, lo cual supondrá un gran beneficio general para la sociedad y para el medio ambiente».
Asimismo, García espera que el impacto científico de este proyecto sea bastante elevado ya que están trabajando con una aproximación multitaxón en los mismos sitios de estudio; «es decir, estamos trabajando con diferentes grupos de organismos, plantas vasculares, hongos del suelo, hongos de la madera muerta, líquenes y briófitos de los troncos de los árboles, estamos trabajando también con nematodos del suelo, con hormigas, con mariposas, con bacterias…».
Y sentencia: «El hecho de trabajar con todos estos grupos de organismos a la vez en los mismos sitios nos permitirá obtener unos resultados mucho más concluyentes a la hora de conocer cómo las distintas prácticas de gestión afectan a la biodiversidad y al funcionamiento ecosistémico de estos bosques».


