El 75 % de la riqueza recae en manos de apenas el 10 % total de la población mundial. Consumimos los recursos equivalentes a la capacidad de dos planetas Tierra (y medio). El 82 % de la energía consumida procede de combustibles fósiles. El 71 % de las personas que habitan el planeta vive bajo regímenes autoritarios, una tendencia al alza… Y quizás lo peor es la visión que tenemos de nuestro propio futuro: cuatro de cada cinco personas perciben como negativo “lo que está por venir”.
Hace casi 20 años estas cifras no estaban sobre la mesa para guiar las decisiones. Muchos de estos retos ni siquiera estaban situados en la conversación ciudadana y social, en la agenda mediática o política. Sí lo estaban, sin embargo, en la mente de un grupo norteamericano de amigos que arrancaron el Movimiento B-Corp: una certificación, mediante la adopción de cinco estándares, para medir y evaluar el desempeño social y ambiental, de transparencia pública y de buen gobierno de las compañías. En resumen, un termómetro para medir el impacto de las empresas. Ya en el 2015, con la Agenda 2030 recién promulgada por la ONU, llegó a España de la mano de Raimon Puigjaner.
Su décimo aniversario en España coincide con un momento de intensos cambios legislativos, de ebullición comercial y política internacional, de presión y exigencias para un modelo empresarial más alineado con los desafíos actuales. B-Corp ha anunciado en Madrid un viraje clave en su trayectoria, pasando de cinco áreas principales (la columna vertebral de todo su movimiento) a siete grandes tópicos en materia de gobernanza; derechos humanos; acción climática; circularidad y gestión ambiental; justicia, equidad, diversidad e inclusión; y asuntos gubernamentales y acción colectiva.
“Buscamos recoger los principales temas en materia de sostenibilidad de impacto que tiene el mundo corporativo, dónde entendemos que hay que reforzarse para conseguir la transformación del sistema”, explica Lucas Hunter, director ejecutivo interino de B Lab Spain.
Las claves del nuevo mapa de certificación B-Corp
El trabajo para llegar a estos nuevos parámetros de medición es fruto un trabajo colaborativo. Han recogido consultas de 26.000 actores provenientes de 67 países. El resultado integra un tejido de urgencias y realidades que busca “dar facilidades a la empresa en un momento de incertidumbre”, y que se concretará en una evaluación holística del impacto de la empresa, adaptada a cada tipo de organización y a las diferencias entre regiones, y que vendrá acompañada de guías, ejemplos y recursos para su compresión e implementación.
Los nuevos estándares del modelo de evaluación B-Corp, -ya disponibles de forma gratuita en la aplicación B Impact- reemplazan al anterior sistema de puntuación acumulativa. En su lugar, cada empresa B-Corp deberá cumplir con criterios específicos obligatorios en cada una de las estas siete temáticas de impacto:.“Ésta no es una simple actualización, sino una reimaginación completa del impacto empresarial para responder a los desafíos de nuestros tiempos”, explica Lucas Hunter.
Dentro de los aspectos “más trasgresores” del nuevo mantra del movimiento está, por un lado, el salto cualitativo en materia de acción colectiva. Si bien el primer paso de B-Corp se situó en medir y gestionar el impacto de la actividad de la empresa, ahora esto se eleva a un modelo que considera el compromiso colectivo, además del económico, y mide la capacidad para tomar acción frente a los desafíos sociales y medioambientales de la empresa, en colaboración con otros actores de su ecosistema.
En lo que afecta a cuestiones legislativas, tras las regulaciones urgentes impuestas desde la Comisión Europea, las empresas B-Corp que cumplan estos nuevos requisitos estarán también más al día con estas exigencias regulatorias. Por último, los nuevos estándares resaltarán el liderazgo de las empresas. “La certificación no es para todos, pero el movimiento facilita las herramientas para que las empresas encuentren esa hoja de ruta, de forma libre, gratuita y confidencial, para focalizarse en los distintos temas”, explica Hunter.
El futuro no escrito de un mundo en cambio
Con más de 10.000 empresas certificadas en más de 100 países, -30 % en América del Norte, 43 % en Europa y 14 % en América Latina-; casi 400.000 que usan la certificación B-Corp para guiar su actividad, aunque no estén certificadas, y más de 1.000 en proceso de conseguirla, con este anuncio se activa un “exhaustivo plan” para dar a conocer los nuevos indicadores a la comunidad B-Corp y adaptarse a las nuevas estipulaciones del sello. “Las empresas que renueven su certificación el próximo año, con estos estándares plenamente vigentes, contarán con un periodo extra de 12 meses más para completar el proceso”, añade el director ejecutivo de B Lab Spain.
En España, ya existen más de 290 empresas B-Corp que trabajan en 190 industrias, 85 % pymes, lo que equivale a 16.000 millones de euros en facturación. La tendencia en los próximos años será mantener ese 30 % de crecimiento anual de empresas españolas adscritas, sobre todo en aquellos sectores en auge y más concienciados como el vitivinícola, hostelero o el de cuidado personal.
Entre los beneficios del sello, según cifras facilitadas desde B Lab Spain, el 76 % de las empresas que se adhieren a B-Corp experimentan un crecimiento del 60 % en su rendimiento. Conseguir la certificación les ayudará además a “implementar mejoras en la transformación de las cadenas de valor, conectar con esa ola creciente de clientes y consumidores comprometidos; fomentar la retención de talento y el acceso a la financiación”.
Un camino de “oportunidad”, en el que el planeta no espera a nadie: “Ante los desafíos comunes, una respuesta común”, recogiendo las palabras de Eva Garrell, directora de estándares y programas de la entidad en España.