Desde este mismo año, la Unión Europea ha impuesto una nueva ley medioambiental que obliga a utilizar combustibles de aviación sostenibles (los famosos SAF). La idea es empezar de forma mínima, hasta llegar al 70% para el año 2050. Sin embargo, no se ha considerado —al menos, no de forma directa— cuánto puede afectar al comportamiento de los precios. Aerolíneas y usuarios sufrirán las consecuencias. ¿O tampoco será para tanto?
Un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha desarrollado un modelo de predicción no sólo para saber los precios, sino también para preverlo con tiempo. Arturo Benito, investigador de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio (ETSIAE) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), es uno de los coautores de este estudio y aclara que es, básicamente, una aplicación de un modelo que está desarrollado para la gestión de compañías aéreas.
«Generalmente, la gente piensa que las compañías aéreas funcionan prácticamente, digamos, en solitario, suben los precios, bajan los precios según la demanda», explica. «Pero las compañías aéreas compiten; compiten con otros y suben y bajan los precios y modulan la demanda en función también de lo que hacen los demás. Entonces, con este modelo, lo que está hecho en el artículo es una idea de qué puede pasar con la entrada en vigor de la nueva regulación ambiental de la Unión Europea».
Como cuenta Benito, desde el 2025 al 2050, todos los aeropuertos europeos —con más de 800.000 pasajeros anuales— deberán cumplir con ciertos porcentajes de combustible sostenible para ser mezclado con el queroseno. «Y el combustible sostenible es más caro en estos momentos, como el triple, que el queroseno», apunta. Por ello, los porcentajes van a ir aumentando: el primer año es un 2%, el año subirá otro poco y así hasta el ya mencionado 70% del 2050. Así que, ¿afectará mucho a los precios?
¿Habrá aumento de precios?
La respuesta es clara: sí, aumentarán los precios de los billetes, si bien no será igual en las compañías de bajo coste. De hecho, subirán más en estas.
Arturo Benito lo destaca: «¿Qué van a hacer las compañías aéreas con esa situación? ¿Con el coste del combustible incrementándose? Pues se supone que tendrán que subir las tarifas, pero ¿quién va a subir las tarifas más o menos? ¿Los grandes compañías de red o los de bajo coste? Los de bajo coste tienen más porcentaje de gastos de combustible que las otras».
Según él, el artículo estima que las compañías aéreas van a reaccionar de alguna forma a estas subidas y lo harán de dos formas: subiendo tarifas por un lado, pero al mismo tiempo mirando lo que hacen las otras compañías aéreas para mantener su posición competitiva.
«Las conclusiones son que si siguen al precio actual, desde luego, el mercado no lo soporta. O sea, tendrían que subir tanto el precio que la demanda bajaría mucho y entonces se produciría una crisis», advierte.
Sin embargo, ¿qué esperan los investigadores? «Esperamos que el combustible sostenible vaya bajando a medida que la producción vaya aumentando y no se ponga a los niveles actuales. Actualmente, con un 2% de combustible más caro, sube un poquito el coste, aunque es poco. Pero en el 2030, por ejemplo, dentro de cinco años, ya no será un 2% sino un 6%. Pues todo eso es lo que trata de describir el artículo y sostiene que el modelo este puede ser muy útil para la gestión de las compañías aéreas».
Esto es: la solución para no llegar a una crisis es que el combustible sostenible vaya bajando de precio hasta llegar a los niveles actuales del combustible contaminante.