¿Qué cosas nuevas del territorio y las ciudades vamos a poder ‘ver’ a partir de ahora con el estallido de la inteligencia artificial, las mejoras en las tecnologías lídar y de fotogrametría, los avances en drones y satélites? El director de tecnología e innovación de ESRI, Aitor Calero, repasa el potencial del sector de geoposicionamiento, que será clave para predecir la evolución de fenómenos naturales como los incendios, pero también para el internet inmersivo del futuro.
Pregunta: Una compañera de ESRI, Este Geraghty, responsable del Sistema de Información Geográfica (SIG) de la Cruz Roja Libanesa, explicaba en una Geo Week lo importante que era disponer de mapas correctos en un momento de evacuación de ciudadanos. Un error, decía, puede crear conflictos.
Respuesta: Cualquier sistema de información tiene que empezar por el dato y en un SIG todo tiene que empezar por un mapa, por un saber dónde estoy y qué tengo a mi alrededor. A continuación, hay que combinar distintas fuentes de información. Es entonces cuando ya se pueden hacer cosas que de otra forma no se podrían plantear. En España, el Catastro gestiona toda la distribución del territorio, hace el mapa básico, y las confederaciones hidrográficas se encargan de delimitar el curso de los ríos, las zonas inundables, los pantanos o los acuíferos.
Esos dos organismos no tienen ninguna conexión directa administrativa, pero un SIG los puede combinar, y a partir de ahí se puede empezar a tomar decisiones. Hay muchas variables que se pueden extraer a partir de esa combinación de fuentes de información espacial.
Pregunta: Un grupo de investigación consiguió contar un millón de árboles en el desierto del Sáhara. Ahora que podemos introducir inteligencia artificial y disponemos de una tecnología de visión artificial cada vez más sofisticada, ¿qué cosas empezaremos a ver que antes no veíamos?
Respuesta: Se van a poder hacer en el futuro recuentos en tiempo real y a escala masiva del potencial de captura de carbono de los bosques en España. La sensórica en tiempo real va a permitir monitorizar el territorio como un gemelo digital vivo. En ese momento se podrá saber cómo se comporta una variable y, lo más interesante, con esa cantidad de datos y con la capacidad de computación, seremos capaz de movilizar modelos predictivos mucho más ajustados. La evaluación de un incendio, por ejemplo, que es algo muy complejo, muy variable, cada vez va a haber más más capacidad de monitorizarla.
El valor económico del activo digital
Pregunta: ¿Hasta qué punto es fiable la información de que disponemos? En Estados Unidos, cuando el informe de elevaciones alcanzaba el 95% del territorio, le daban un valor económico superior a 18.000 millones de dólares.
Respuesta: Es un concepto muy interesante averiguar el valor económico del activo digital. España en general tiene muy buena información geoespacial. Desde hace muchísimo tiempo se ha venido mapeando el territorio, hay cultura de recopilar información. Ahora, los satélites están monitorizando continuamente con mucho rango de frecuencias. Podemos detectar gases, zonas de secano, zonas que han sido quemadas.
Con inteligencia artificial, con reconocimiento de imágenes, se está empezando a cartografiar cosas que antes no podíamos abordar por el coste. Esa base está muy bien cubierta. Pero en el COVID nos encontramos con que no teníamos una cartografía de hospitales o de las áreas sanitarias. Cada comunidad tiene una manera de hacerlo, hay cosas intermedias o con diferente nivel de detalle.
¿El sector público está preparado para producir los datos que se necesitan para crear gemelos digitales?
Nuestra tecnología lo permite con datos del Catastro. Con un software se puede extrapolar la altura de un edificio, a partir del número de plantas del Catastro, para elaborar una primera aproximación de gemelo digital. Faltan detalles como la forma de los tejados o la estructura, pero tenemos vuelos con lídar, que es un rayo láser que mide distancias, y si se une esa información a la del Catastro, se puede dibujar.
Lo siguiente que está viniendo, aunque se está haciendo todavía a nivel local y por proyecto, sin una visión de país, son los vuelos de muy alta resolución. Permiten construir un gemelo digital muy realista del territorio. Es algo parecido a los mapas en 3D de Google, pero, como en ese caso, no vale con pasar una vez, hay que ir renovando cada cierto tiempo.
"El gemelo digital realista de una ciudad se vende solo"
¿Y cómo se crea la demanda de servicios de geolocalización?
En una reunión reciente del Comité Técnico de la Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI) presentamos un gemelo digital realista de la ciudad de Segovia y se vende solo. En el momento en el que uno ve el mapa tridimensional de su ciudad se crea un vínculo mucho mayor con esa herramienta. La demanda va a ir surgiendo poco a poco y crecerá exponencialmente. Obviamente, se construye sobre lo anterior, no es que vaya a desaparecer, pero sí va a haber una mayor demanda del formato digital tridimensional, porque los casos de uso son muy evidentes. Las visitas virtuales, las alturas de los edificios para los cuerpos de seguridad, las licencias de obra, hay muchos casos de uso interesantes.
Ahora mismo, ¿cuáles son los principales casos de uso para la tecnología de ESRI en España?
Cubrimos desde el sector de la defensa hasta las utilities, la red de servicios. Antes se usaban helicópteros, ahora se puede montar una cámara en un dron y añadir un sensor lídar para detectar las líneas de transmisión eléctrica. Con inteligencia artificial se extrapolan esos puntos y se reconstruye el tendido eléctrico para saber, por ejemplo, a qué distancia está la vegetación, por temas de seguridad.
En la Administración local lo más típico es la localización de expedientes de obra de licitaciones o la detección de construcciones ilegales de piscinas no declaradas. Hay casos en banca y seguros, quieren conocer dónde se distribuyen los clientes y si les va a afectar una posible zona inundable en su propiedad. Todo eso es muy habitual.
Has citado varias veces el lídar. Hay empresas de fotónica en España que están generando tecnología relacionada con ello y existe también el debate entre el lídar o la fotogrametría.
El debate lo abrió y lo exacerbó Elon Musk, probablemente porque renuncia a la instalación del lídar en sus Teslas. Para los SIG, son dos tecnologías que se complementan. En España tenemos un vuelo lídar muy bueno del Instituto Geográfico Nacional, y con esa información somos capaces de ya hacer un modelo digital, no hiperrealista, pero sí bastante bueno, de lo que es una ciudad, con muchos usos prácticos. Si a eso se le suma la posibilidad de coger imágenes aéreas de alta calidad, tienes el paquete completo.
"Cuanto más se consuma la información geográfica mejor para todos"
En la Geo Week de 2024 se hablaba de empate, sí. ¿Entiendes que haya compañías tecnológicas, como Meta o AWS que participan en esos eventos de geoposicionamiento? De hecho, AWS está con ESRI y TomTom en Overture Maps.
Depende del modelo de negocio. Meta está liberando muchos modelos de inteligencia artificial con open source. Nosotros tenemos integrado en nuestra tecnología uno, Segment Anything Model, que permite segmentar la imagen y trocearla. Si lo aplicas a una imagen aérea, ayuda a saber si algo es un cultivo, una casa o un coche. Detrás de eso también está su visión del Metaverso, con gafas de realidad aumentada que detectan las cosas del entorno y, partir de ahí, habilitan un modelo de negocio publicitario.
En el caso de los mapas es exactamente igual: saber por dónde se mueven los clientes es muy valioso, se puede establecer un patrón de movilidad. El modelo de Amazon sería el del cliente corporativo, empresas de logística que tienen su plataforma en la nube y quieren complementarla con datos geoespaciales. Obviamente, cuanto más se consuma la información geográfica mejor para todos.
Satélites y drones… ¿cómo se repartirán los roles?
Hay mucho solape. Hay cosas que se pueden hacer con drones y con vuelos fotogramétricos todavía, en función de la escala del tiempo. Lo que ha impedido la expansión del uso de drones, en España y en Europa, es la regulación. Es muy estricta, hay muchas limitaciones para volarlos y algunas normas no están demasiado claras. Están creciendo mucho las constelaciones de microsatélites y la resolución de los satélites, con periodos de revisita al mismo punto muy cortos, a veces incluso diarios. Eso permite generar aplicaciones, y no solo casos de uso, que antes eran impensables. Hay mucha combinación entre todos, no hay una respuesta única.
Apuesta por la geointeligencia artificial
Cuáles son las áreas estratégicas de desarrollo de ESRI para este 2025.
La fundamental es la de toda la industria tecnológica: la integración de herramientas de inteligencia artificial. Estamos trabajando en dos líneas. La primera la llamamos geointeligencia artificial, qué es IA aplicada al análisis espacial. Qué está cerca, qué está lejos y la extracción automática de entidades geoespaciales, es decir, a partir de una imagen reconocer si es un coche o dónde hay una ventana.
Luego está la parte de agente de automatización, ayudar al usuario a interactuar con las aplicaciones de nuestra tecnología, incluso con los mapas, con lenguaje natural. Antes tenías que ser un analista y haber hecho algún curso para saber cómo se hacía. Y la segunda línea estratégica sería la creación de gemelos digitales vivos, que se conecten a distintas fuentes de datos y se alimenten en tiempo real de todas ellas.
¿Cuándo lo veis posible? Hace falta reunir datos suficientes y de calidad.
La tecnología ya está ahí, falta todavía el impulso quizás, porque esto aplicaría más al sector público, que es en principio el que tiene más capacidad de inversión. Ya tenemos la capacidad para construir el gemelo digital base. Depende de la ciudad, no todas tienen la misma sensórica para alimentar el sistema. La plataforma de sensores está, de hecho, muy fragmentada. Todo eso se irá consolidando, todas las tecnológicas vamos hacia ahí, vamos a apoyar esa visión.