INNOVACIÓN AL DÍA

Desde hace ya tiempo las empresas españolas y europeas vienen buscando fórmulas para el desarrollo de tecnologías ponibles que se puedan aplicar al campo de la medicina, creaando aparatos que sirvan para medir las constantes vitales de pacientes crónicos de la manera menos intrusiva posible, como pueden ser el caso de los diabéticos.

En este sentido, una empresa de ingeniería valenciana ha desarrollado uno de los primeros relojes wearables para medir el nivel de glucosa en sangre en personas diabéticas; una tecnología que ahorrará a estos enfermos el incómodo pero necesario pinchazo para controlar sus niveles de azúcar.

El invento ha sido presentado por la empresa “ImasD Tecnología”, en el último foro The App Date, celebrado recientemente en Madrid. El conocido como eHealth es uno de los sectores con más proyección de futuro dentro del sector tecnológico, y muchas empresas farmacéuticas ya están viendo como poder aprovechar este nicho de cara a mejorar la vida de sus pacientes.

Además de la glucosa, el reloj también permitirá supervisar otras constantes como el oxígeno o el pulso. “En principio queríamos crear un sistema para monitorizar enfermos de Alzheimer o con cardiopatías pero acabamos yendo más allá”, ha señalado Pedro Peláez, uno de los principales responsables del estudio.

“Los sensores para el cardio ya estaban bastante probados y desarrollados pero vimos que en el caso de la glucosa había una oportunidad de futuro”, ha añadido. El sistema calienta la piel del usuario para abrir los poros de manera casi imperceptible y se deja caer dentro una microgota que posteriormente se recupera y proporciona los datos necesarios.

Dicho reloj cuenta con un consumible que se tiene que cambiar cada siete días, a razón de cuatro o cinco mediciones al día. La información se podrá consultar posteriormente desde el smartphone, pero es completamente autónomo, por lo que también se podrá adaptar a personas de distintas edades.

De momento ya han desarrollado un prototipo de gran tamaño y se han reunido con dos grandes farmacéuticas interesadas en el mismo. Ahora el próximo paso consistirá en reducir la escala hasta convertirlo en un dispositivo wearable. “Lo bonito de todo esto es poder llevarlo en la muñeca y poder programarlo desde una web de manera sencilla”, ha concluido Peláez.