El Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC) ha renovado su Consejo Directivo. Inicia así un nuevo periodo en su labor de reivindicar los derechos de estos colectivos y lo hace tras cumplirse un cuarto de siglo desde su creación.
Y es que el FILAC ha celebrado en Madrid, la semana pasada, su XIV Asamblea General Ordinaria. Fue en España, hace 25 años, cuando nació esta institución y lo hizo en el marco de la II Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado. Ahora se ha renovado a los 12 nuevos miembros de su órgano directivo, cuya presidencia ha recaído en Myrna Cunningham, médica cirujana y miembro del pueblo indígena miskito de Nicaragua.
El consejo está integrado por delegados indígenas y gubernamentales de Belice, Bolivia, Colombia, Chile, España, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Paraguay, Perú y Uruguay. Además, por primera vez se ha conseguido la participación paritaria de hombres y mujeres.
El FILAC desea abrir así una nueva etapa de renovado impulso a su trabajo. Su objetivo se centrará en la modernización y mejora de su gestión, con el fin de afrontar con eficacia y oportunidad los desafíos futuros. Actualmente, existen varios instrumentos que regulan y protegen los derechos indígenas, pero es necesario seguir apoyando procesos regionales y nacionales para que estos pueblos puedan hacer efectivo el ejercicio y goce de sus derechos.
Las actuaciones se centrarán en tres programas de alcance regional: el Programa de Diálogo y Concertación; el Programa de Desarrollo Económico con Identidad, y el Programa de Educación para la Equidad.
En el marco de este último apartado, el organismo internacional ha logrado la formación de 1.406 profesionales y líderes indígenas y no indígenas, a través de la implementación de 42 cursos de posgrados, maestrías y diplomados.