Desde tractores a cosechadoras pasando por cargadoras telescópicas. Todo este tipo de maquinaria agrícola podrá disfrutar durante todo un año de combustibles cero emisiones netas gracias a la nueva colaboración entre Repsol y New Holland. La idea es que, probando este tipo de combustible, se pueda demostrar que el campo -y, por tanto, el sector agrícola- puede reducir “de forma inmediata” sus emisiones.
Según Carlos Suárez, director de movilidad de la compañía energética, este acuerdo refuerza su apuesta por el sector del campo además de ser “un paso más” en favor de los combustibles renovables. “Esta es una solución que reduce de manera inmediata las emisiones netas de CO2 y es compatible con la maquinaria actual e infraestructuras de distribución y repostaje existentes sin necesidad de realizar ninguna modificación”.
Este año de prueba tendrá primero cuatro meses de evaluación. De ello se encargará un equipo de científicos de las dos compañías, además de investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), que irán estudiando el comportamiento del combustible renovable a través del uso real de este.
Concretamente, aprovechando que los tractores de New Holland cuentan con sistemas de telemetría, el equipo de científicos investigará variables como el rendimiento, la potencia o el consumo -de hecho, la parte de emisiones la analizarán los de la UCLM-. Tras ello, toda esta información se analizará para extraer conclusiones y dilucidar qué funciona mejor y qué contamina menos: si el combustible tradicional o el renovable.
Cabe recordar que, para Suárez, estos combustibles renovables amplían el abanico de tecnologías sostenibles para la movilidad, “lo que ayuda a los usuarios a elegir la que mejor se adapte a sus necesidades”. Y es que están producidos a partir de residuos de biomasa y combustibles sintéticos que, a su vez, están producidos a partir de CO2 capturado e hidrógeno renovable.
Un doble beneficio
Para Repsol, con esta estrategia se pretende obtener un doble beneficio. En primer lugar, promover una gestión eficiente de residuos agrícolas y ganaderos, algo que además promueve el empleo en zonas rurales. De hecho, hace unos meses llegó a un acuerdo con la organización agraria Asaja para impulsar la economía circular y la sostenibilidad del campo.
Berta Cabello, directora de Combustibles Renovables de Repsol, lo explicó así: “Con los residuos que tomemos del campo, vamos a hacer distintos productos. Pongo algún ejemplo: con los purines de la ganadería, vamos a fabricar biometano, que sustituye al gas natural. También con los residuos de cosechas y de podas vamos a fabricar combustibles renovables que pueden ir a aviones, barcos y a nuestros vehículos, incluida la maquinaria agrícola”.
Por otro lado, este año de uso de combustibles renovables para maquinaria agrícola ofrece “de manera inmediata” una solución “para aquellos sectores, territorios y consumidores que no tienen otra opción a su alcance a corto o medio plazo, como puede ocurrir en el sector agrícola”.